El proyecto imposible de Felipe II: la invasión de China

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Imagen de la Ciudad Prohibida de Pekín (WIKIPEDIA/kallgan)

¡Feliz año a todos! Espero que hayáis tenido una buena entrada en este 2016 que, espero, sea muy lector.

Recomendaba el escritor León Arsenal, en la entrada sobre las mejores novela históricas del 2015, la novela La caja china (Ediciones B, 2015), de Jesús Maeso de la Torre, como su mejor lectura del género en el año pasado. Aseguraba que la destacaba por el «esfuerzo de retratar las aventuras de los jesuitas empeñados en la evangelización de China«.

Esa recomendación me lleva a esta novela de aventuras históricas ambientada uno de los asuntos más originales que ha tratado la producción nacional del género: el (loco) plan de Felipe II de conquistar China. Parece ser que el monarca español (retratado en otra gran novela de este año), se planteó hacerlo en diversos momentos, aunque su sueño estaba construido sobre el desconocimiento que se tenía de aquellas tierras.


Si no hubiera fracasado la Armada Invencible, creo que a Felipe II se le habría metido en la cabeza conquistar China. Menos mal que no lo hizo, habría sido un fracaso monumental


El autor, historiador y un auténtico nombre imperdible de nuestra novela histórica actual, con once novelas y diversos galardones, me cuenta que llegó a esta historia a través de un libro de un profesor de la Universidad Pompeu Fabra, «Aún siendo historiador, nunca había leído que Felipe II hubiera intentado conquistar China. Me pareció una idea muy sugerente. Comencé a investigar, y el tema por desconocido y original ha sido muy comentado por crítica y lectores», explica.

El historiador asegura que el plan fue «un ataque de megalomanía de Felipe II», que sólo descartó tras el fracaso de la Armada Invencible. «Si no hubiera fracasado», aventura Maeso, «creo que se le habría metido en la cabeza llevarlo a cabo y habría hecho acopio de barcos. Menos mal que no lo hizo, habría sido un fracaso monumental».

Con esas trazas, Maeso de la Torre nos embarca en una historia de venganzas, descubrimientos y, sobre todo, de aventuras de los españoles, cartógrafos, religiosos, en la China del siglo XVI. Una novela de aventuras sobre un encuentro entre culturas, tan diferentes como exóticas.


O los conquistadores pasaban mucha hambre en España o tenían mucha sed de oro y títulos


En los últimos años, muchos han sido los escritores españoles que han vuelto su mirada hacia la historia de Asia. Maeso entiende la fascinación: «Es tan diferente a nuestra sociedad, que resulta atractiva». Y asegura que «la relación de España con Oriente es aún una gran asignatura pendiente».

En cualquier caso, aquella intención o plan ya da una pista de que por aquella época los castellanos se lanzaban, con muy poco, a la aventura. «Los españoles de la época se lanzaban a la aventura con pocos medios» asegura y pone un buen puñado de ejemplos: Hernán Cortés, Pizarro, Almagro… «O pasaban mucha hambre en España o tenía mucha sed de oro y títulos. No sé por qué, pero los españoles tenían una osadía y una valentía muy diferente al resto de europeos».

Y, al historiador y novelista, le sale un punto de amargura. «Los españoles tendemos a minimizar nuestra historia y yo siempre que tengo ocasión al hablar con escritores o historiadores anglosajones se lo digo: el español parece tender a rechazar su Historia o a no darle importancia. La presencia española en Asia es tan desconocida como importante. Los españoles con el Galeón de Manila inventamos lo que es la globalización económica: traíamos productos europeos a América, llevamos de America a Asia. Esos viajes nos deberían llenar a todos los españoles de un orgullo extraordinario».


Los españoles inventamos la globalización económica con el Galeón de Manila


«Hemos tenido mucha influencia en Asia o América y por eso me da pena que cuando se dan acontecimientos históricos como el final de la guerrilla en Colombia, España no esté ni participe. El descubrimiento de América no es otra cosa que una transformación extraordinaria del mundo. Es uno de los hechos más importantes de la Historia: pasamos de tener un mundo constreñido a Europa y Asia a tener todo ese mundo en el horizonte. Y sin embargo, hemos sido víctimas de la Leyenda Negra. Vivimos en una cultura anglosajona. Interesa más la poca historia de EE UU o la de Inglaterra».

Sale el descubrimiento de América en la conversación y no puedo evitarlo. Le pregunto por la polémica de las declaraciones sobre este asunto de los alcaldes de varias formaciones políticas nuevas durante el día de la Hispanidad, entre ellos el alcalde de su ciudad, Cádiz. Me cuenta, que el «respondió» a esas palabras. «Me llamaron para preguntarme y dije: me parece la mayor simpleza histórica que ha podido salir de un alcalde, que además es profesor de Historia. No puedo creerlo».


No se puede pedir a hombres como Cortés o Pizarro que respetaran los Derechos Humanos, que serían muy posteriores


«España civilizó América», asegura. «No solo conquistó, que también, sino también fundó ciudades, universidades… Llevamos la civilización, pero en los compartimentos de aquella época. No se puede pedir a hombres como Hernán Cortés o Pizarro, que no conocían los Derechos Humanos que serían muy posteriores, que los respetaran«.

Es para él, otro caso de leyenda negra, pero con una peculiaridad: «A todos los países, las leyendas negras les prescriben. A nosotros no, y es porque somos los propios españoles las que no nos las quitamos de encima. ¿Qué ciudades fundaron los ingleses para los indios? Para ellos, el indio bueno era el indio muerto y no tienen hoy esta actitud. Igual pasa con la Inquisición, ¿acaso solo existió en España?». De acuerdo o no, se agradece que el escritor se moje y que lo exprese con argumentos.

Abandono la Historia y las polémicas y vuelvo a la literatura. Le insisto en que me parece que su novela es puro género de aventuras. Y coincide. «Crecí con libros de Emilio Salgari y Julio Verne, me los leía todos. Yo quiero que la gente se entretenga y se emocione«. Habla de escritores que hacen literatura sublime pero que no le captan en absoluto y remata: «Prefiero que la gente entré en mis novelas, se lo pase bomba, vaya a otras vidas y otras épocas».

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4 comentarios

  1. Dice ser slower baby

    Igualmente.
    Interesantísimo,pienso leerlo. A ver cuando hablas del emperador Zen He. 1371
    Una vez leí un proyecto también de Felipe ll que consistía en llevar el río Guadalquivir a las puertas del Escorial.
    ¿ Qué sabes de eso?.
    Por otro lado y sin ser historiador,cada vez me llegan más referencias del ¨holocausto¨de Cortés y cia. Vienen a decir que de holocausto nada de nada, que se aliaron ellos mismos con españoles para acabar con otras tribus y así hasta el infinito. Si no llegamos nosotros en esa época,se los encuentran a todos muertos pues se bastaban y sobraban para eliminarse unos a otros.
    Con respecto laos derechos humanos, no sé si como tal , pero famosas son las leyes de los reyes católicos dando el mismo trato a los indígenas sobre el papel. De ahí los cruces. Los anglosajones no se mezclaban,los usaban y mataban.

    http://www.elmundo.es/la-aventura-de-la-historia/2014/06/10/5396e7af268e3e54428b4587.html

    04 enero 2016 | 11:27

  2. xx-siglos

    Muchas gracias Slower Baby. No tenía noticias de esa historia escacharrante que me cuentas¡ Indagaré.

    No te preocupes, que de China se va a hablar y mucho en este blog. Pero dame tiempo 🙂

    Y sobre lo otro, creo que es un debate más político que histórico. En cualquier caso, creo que la utilización de la palabra holocausto, en este caso, es totalmente errónea.

    Gracias por comentar¡

    04 enero 2016 | 11:33

  3. Dice ser Marcelo

    Recuerdan cuando los periódicos eran escritos por periodistas y no blogueros ….

    04 enero 2016 | 13:03

  4. Dice ser Cyrano

    Para ser completamente honestos aún no he leído el libro, pero lo haré.Respecto a la idea de Felipe II, me parece que podría haber sido totalmente pausible (al menos el control de una zona, no de todo el imperio) y no veo la «locura» que se menciona.
    Los portugueses conquistaron en la India y mantuvieron durante siglos el Reino de Gao y en China poseían el enclave de Macao que podría servir de punta de lanza, sobre todo cuando Portugal se incorporó al reino de España.
    Asimismo España tenía bases bastante estables en Filipinas y había hasta señores de la guerra Japoneses interesados en apoyar a España en la invasión.
    Lo que me llama la atención de este artículo es que denoste la personalidad de Felipe II como «loco o megalómano», cuando PRECISAMENTE FUE FELIPE II QUIEN SE OPUSO AL PROYECTO POR DESCABELLADO.
    Parece que ese «condicionamiento a desmerecer nuestra propia Historia» no sólo afecta a los «vagamente letrados».

    04 enero 2016 | 13:37

Los comentarios están cerrados.