Raisuni, el rastro de un león en el Protectorado español en Marruecos

Raisuni (WIKIPEDIA)

Raisuni (WIKIPEDIA)

Hoy te propongo un viaje al Protectorado español en el norte de Marruecos durante el final del siglo XIX y, sobre todo, en las tres primeras décadas del siglo XX en busca de un personaje que pide a gritos protagonizar una novela: Ahmed Al-Raisuni. De hecho, al presentar mi segunda novela, un bloguero e historiador me propuso que escribiera una historia sobre el incidente Perdicaris, opción que no descarto

Yo descubrí a Raisuni gracias a un peliculón de aventuras llamado el El viento y el león (1975), escrita y dirigida por John Milius, que estaba inspirada, muy libremente hay que decir, en Raisuni y el secuestro de Perdicaris: Sean Connery interpretaba a un personaje llamado Raisuli (como también se conoce al personaje histórico) y Candice Bergen a otra, apellidada Pedecaris (cambio de sexo incluido). En cualquier caso, aunque el filme merecía la pena, el personaje real es aún más fascinante. Lo siento, Sean.

Esto sí es despedirse de una mujer, ya lo dice el que subió el vídeo.

Por eso, en cuanto vi que Catalina Rodríguez acababa de publicar Raisuni, el rastro del león (Almuzara, 2015), no dudé en invitarla a que nos hiciera de guía en XX Siglos por tan fascinantes personajes, escenarios y hechos. Esta doctora en Filología inglesa y traductora es una gran conocedora del antiguo Protectorado español y ya tradujo al castellano la biografía que sobre Raisuni hizo la periodista inglesa Rosita Forbes (Raisuni, el sultán de las montañas). El libro, breve, es un relato apasionante, documentado y que se lee, ciertamente, como una buena novela de aventuras.

Por todo esto, le pedí a Catalina que nos hiciera de guía sobre este personaje que cabalga entre la leyenda y la historia y…

 


Raisuni, el rastro del león

Por Catalina Rodríguez

Este libro no contiene ninguna novela porque no me invento nada, pero sí el relato de la vida, o las varias vidas, de un personaje singular, hilvanado en un paseo por los sitios que marcaron su propia historia, la de su país y la de España.

Gran parte de la vida del polémico Ahmed El Raisuni transcurrió durante el Protectorado español, un entorno sociopolítico bastante tornadizo*, sometido a las fluctuaciones que imponían los distintos intereses en conflicto y a las guerras, fueran internas o impuestas. A través de este poliédrico personaje, que participó directamente de unos acontecimientos que, indiscutiblemente, fueron trascendentales para la historia de España, el libro es un recorrido por hermosos escenarios, como Tánger, Asilah, Tetuán, Larache o Chauen, y paisajes del norte marroquí que fueron testigos directos de la creación del Marruecos moderno y de la gestación aquel aciago capítulo de nuestra historia reciente.

Y es que, para hablar de Raisuni, hay que hablar de las montañas del Yebalá, una de las claves primordiales que ilustran su controvertida forma de ser y de actuar. El Yebalá es la región geográfica que -más o menos- se extiende desde Tánger a Tetuán y desde allí al sur, hasta los límites meridionales de Alcazarquivir, Wazzan y Chauen, al norte de Fez. Es una región montañosa, bastante parecida a nuestras sierras de Cádiz y Málaga, y no se debe confundir con el Rif, que abarca la franja montañosa oriental del territorio marroquí hasta el Mediterráneo. Los yebalíes –tribus de origen bereber, mezclados con árabes y andalusíes- siempre han intentado conservar su idiosincrasia frente a las imposiciones foráneas. Ciertamente, en tiempos de Raisuni, los habitantes del Yebalá fueron un verdadero obstáculo frente a la ocupación, a la que combatían ayudados por las características topográficas de la zona y, por tanto, un serio problema para los colonizadores españoles. Incluso en la actualidad, a pesar de la influencia extranjera y de la modernidad, los yebalíes aún conservan costumbres ancestrales basadas en la defensa de los principios del honor y la autoridad de su fe. En general, manifiestan un gran respeto por sus tradiciones religiosas y, por supuesto, por la honorabilidad del linaje del profeta Mahoma, los jerifes. Muley Ahmed Ibn Mohammed Ibn Abdullah El Raisuni fue uno, si no el más célebre, de ellos.

Cubierta de 'Raisuni, el rastro del león'.

Cubierta de ‘Raisuni, el rastro del león’.

En el libro, he seguido su rastro a través de datos históricos, geográficos y antropológicos, pero  la biografía de Raisuni está impregnada de leyenda y no me he esforzado en descartarla pues pienso que lo real y lo imaginario se mezclan permanentemente en cualquier vida y, sean sucesos fidedignos o fantasías o mentiras, hay que entenderlos con la debida reserva. Por eso el libro tampoco es una tesis. Y aunque los datos que he manejado son bastante fiables, no pretendo establecer verdades absolutas ni mucho menos elementos de juicio que condenen o premien las acciones del jerife. Sigo la recomendación de Tomás García Figueras, contemporáneo de Raisuni y uno de sus más conocidos biógrafos: “Emitir un juicio del Raisuni entra en la categoría de lo temerario: su complejísima política, su reserva, la falta de documentación que merezca el título de seria, la necesidad en que se encontraba de jugar a la vez partidas tan diversas, la altura de sus combinaciones políticas, todo ello dificulta la cuestión de modo extraordinario.”

En la actualidad, sobre todo en Marruecos, el personaje de Raisuni sigue generando polémica. De hecho, se suele contraponer su figura a la de Abd El Krim El Jattabi, el líder de la independencia nacionalista marroquí. Conociendo el entorno histórico, sospecho que el presunto enfrentamiento entre ambos dirigentes fue debidamente propagado y bien aprovechado, tal vez por otras razones, más prosaicas, que las puramente ideológicas. En todo caso, convendría  pararse a considerar a quién beneficiaba todo aquello pues, conociendo a las partes implicadas, los oponentes no fueron sólo ellos dos, habría que considerar, por lo menos, a los colonizadores franceses  y a los españoles – y, entre estos, algunos de los nefandos personajes que trastocaron el curso de la historia de España– … Pero esa es una trama histórica que dejo a los especialistas.

Desde luego, Ahmed El Raisuni no fue un hombre corriente. A estas alturas ya me parece natural que la literatura sobre el jerife esté sembrada de especulaciones y leyendas. Comprendo que haya generado posiciones cruzadas, opiniones que oscilan entre la infamia y la virtud,  pero también me parece que el carácter paradójico que de él se nos presenta podría estar ligado, aparte de a los consabidos intereses que suelen subyacer en la interpretación de este tipo de personalidades, a la incomprensión, por no decir el desconocimiento, de su entorno. Es evidente que Raisuni cometió crímenes, pero, lógicamente, no fue el único y, en muchos casos, fueron vistos como actos de justicia y apoyados por los paisanos -o bien aprovechados por los beneficiados.

La existencia de Raisuni – siempre escoltada por la controversia suscitada por los distintos, en muchos casos contrarios, intereses de  sus afines, sus enemigos o sus víctimas – es una historia múltiple, de traición y desengaño, de triunfos y derrotas, de honor y descrédito, pero refleja la reivindicación perseverante de una verdad propia en forma de destino. Y como muchos personajes de esa categoría, Raisuni fue, de algún modo, víctima de su propia ideología. Más allá de cualquier mitomanía y de las inevitables valoraciones éticas o políticas, es innegable que Muley Ahmed El Raisuni ocupó su sitio en la historia y, por lo tanto o por lo menos, no merece el olvido.

Así que el libro es como un cuento sin moraleja, la crónica de una vida en la que coexisten la virtud y la infamia, la realidad y la ficción, en una tensión que, a mi entender, conforma la historia de la humanidad.

 

(*Las negritas en el texto son del bloguero, no de la autora del mismo)

Otras firmas invitadas en XX Siglos…

1 comentario

  1. Dice ser José Luis Gónzalez

    este personaje que con el tiempo se intento vender como un luchador del Yebala en realidad se trataba de un asesino sanguinario, sin definición religiosa ni politica solamente imponia el terror, siendo la zona de Asilah, Arcila para para los residentes en el protectorado por cierto la zona de Marruecos con mas ciegos debido al castigo preferido de Reisuni sacarle los ojos a sus enemigos.

    23 noviembre 2015 | 10:12

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