Llevo escuchando años y años noticias sobre el lince ibérico. Normalmente todas con datos negativos sobre muertes por atropello y otras circunstancias que hacen que la desaparición de este felino en serio peligro de extinción sea cada vez una realidad más cercana. Pero a la hora de preparar este post, cosa que hago al alimón con mi nueva compañera Laura Álvarez, me entero de que la situación límite del lince ibérico está mejorando desde hace pocos años.
Por su apariencia física se asocia a cualquiera de las otras líneas de felinos existentes, pero el lince ibérico está más próximo a un tigre que a un gato en la escala evolutiva. La época de celo es en enero y febrero, adelantándose en las regiones meridionales desde finales del mes de diciembre hasta mediados del mes de febrero.