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"No hay espejo que mejor refleje la imagen del hombre que sus palabras" Juan Luis Vives

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El PP de Castellón fulmina a la novia de Carlos Fabra en la Diputación y apunta ahora a su hija Andrea, diputada nacional

Esther Pallardó

La vicepresidenta de la Diputación de Castellón, Esther Pallardó. Foto Javier VIlar

La dirección provincial del PP de Castellón, que preside Javier Moliner, ha fulminado a Esther Pallardó, la pareja sentimental de Carlos Fabra, ex líder popular en la provincia y expresidente de la Diputación.

La condena a prisión a Carlos Fabra a cuatro años de cárcel por fraude fiscal ha supuesto su aislamiento y debilitamiento absoluto en el PP, lo que está provocando el progresivo relegamiento de los cargos más leales al que durante 22 años presidió la formación popular en Castellón.

El joven Javier Moliner, que curiosamente fue elegido por Carlos Fabra como su sucesor en la presidencia del PP de Castellón primero y de la Diputación después, es quien está llevando a cabo la laminación total del fabrismo. Moliner está haciendo gala de una contundencia total frente a posibles casos de corrupción y también quiso dejar claro desde el principio que no toleraría la más mínima injerencia de Carlos Fabra en su liderazgo.

Así, Moliner se ha desprendido durante esta legislatura de dos puntales de Carlos Fabra en la Corporación Provincial, los diputados Francisco Martínez y Adelino Santamaría.

Ahora, el PP de Castellón ha comunicado a Esther Pallardó, la ex jefa de prensa de Carlos Fabra, que acabó convirtiéndose en su pareja sentimental, que no repetirá ni como vicepresidenta de la Diputación ni tan siquiera de concejal en el Ayuntamiento de Burriana.

Y los siguientes en caer pueden ser otras dos mujeres muy cercanas a Carlos Fabra. Primero Marisol Linares, quien fuera secretaria general del PP de Castellón y mano derecha de Fabra durante muchos años, que podría quedar fuera de las candidaturas al Parlamento valenciano por Castellón. Esa es la clara intención de Javier Moliner, el nuevo barón provincial del PP.

Andrea Fabra junto a su padre, Carlos Fabra

Andrea Fabra junto a su padre, Carlos Fabra, condenado a prisión. Imagen: Atlas

La otra mujer es Andrea Fabra, hija de Carlos Fabra y esposa de Juan José Güemes, ex consejero de Sanidad en el Gobierno de Madrid con Esperanza Aguirre. El PP de Castellón quiere relevarla de diputada en el Congreso por la provincia. Pero en este caso no lo tendrán tan fácil. Andrea Fabra mantiene buenas relaciones personales con distintos altos cargos de Génova y esa puede ser su salvación: tradicionalmente el PP logra tres diputados en el Congreso por Castellón y el PSOE dos.

No obstante, aunque Andrea Fabra lograra que Génova la salvara frente a la presión del PP de Castellón po relevarla,  la caída en votos tanto del PP como del PSOE podría provocar que Podemos y Ciudadanos lograran un escaño cada uno, lo que dificultaría la ‘supervivencia’ de Andrea Fabra en el Congreso y podría suponer el fin de la saga familiar. La familia Fabra ha tenido hasta siete miembros distintos presidentes de la Diputación de Castellón desde el último tercio del siglo XIX… pero parece que puede llegar a su fin.

 

Podemos Valencia contra Monedero

Montiel con Errejón

Montiel con Errejón en un acto de Podemos en Valencia.

La investigación abierta por la Agencia Tributaria contra el número tres de Podemos, Juan Carlos Monedero, por posible fraude fiscal en el cobro de 425.150 euros por parte de los gobiernos de Venezuela, Bolivia, Nicaragua y Ecuador por asesorarles en la creación de una moneda común ha provocado duras críticas por parte del resto de partidos políticos, principalmente del PP, el PSOE e Izquierda Unida.

Pero también están surgiendo, cada vez más, voces internas en Podemos que reclaman la dimisión de Monedero, cofundador de Podemos, o incluso su expulsión si éste se resiste a dimitir.

El dirigente más tajante que hasta ahora se ha pronunciado contra Monedero ha sido Antonio Montiel, candidato a secretario general de Podemos en la Comunidad Valenciana avalado por Pablo Iglesias.

Montiel ha asegurado, en declaraciones a la emisora 99.9 Valencia Radio: “Creo y espero que este hombre, Juan Carlos Monedero, sepa dar una explicación satisfactoria en lo personal y en lo político”. “Todavía no he oído sus explicaciones”, ha criticado. Preguntado por si él dimitiría por una investigación de fraude fiscal, respondió: “Probablemente”.

Iglesias con Monedero y Errejón.

Iglesias con Monedero y Errejón. EFE.

En la Plaza Podemos –foro de debate oficial abierto- son numerosos los militantes y simpatizantes que reclaman la dimisión o expulsión de Monedero. “¿Por qué ha presentado una complementaria? Eso sólo se hace si has defraudado y te han pillado, y no quieres que aumente la sanción”, critica un usuario que sentencia: “O explicación, o expulsión. No hay término medio”.

“Monedero, si realmente ha cometido alguna irregularidad y de verdad busca luchar por el cambio, lo mejor que puede hacer es dimitir. Es más, deberíamos echarle”, subraya otro usuario del foro de Podemos.

La cúpula ampara a Monedero

De momento, la cúpula del partido está cerrando filas y protegiendo a Monedero, aún a riesgo de que la investigación de la Agencia Tributaria derive en sanción por fraude fiscal. Pablo Iglesias y Luis Alegre, y en menor medida Íñigo Errejón, están amparando a Monedero, pese a la fuerte presión del resto de partidos políticos que se incrementan ante la aparición de nuevas información que ponen en duda la veracidad de las de momento escasas explicaciones del número tres de Podemos.

Pero sectores internos del partido también están cada vez más molestos por el caso Monedero, que da munición al PP, el PSOE e IU para desgastar a Podemos a tres meses de las elecciones autonómicas y municipales. Y lo que es peor, transmiten la imagen de que Podemos es un partido como los demás, que en cuanto salta un posible caso de corrupción tiende a proteger a su dirigente, en lugar de abogar por la limpieza y la transparencia, apartando temporalmente al dirigente investigado hasta que se resuelva si su actuación fue legal o ilegal.

El dirigente de Podemos ingresó en un principio en su cuenta personal los 425.125 euros cobrados en 2013, pese a que el trabajo fue realizado en 2010. Posteriormente, los beneficios de asesoría se transfirieron a la firma Caja de Resistencia Motiva 2 Producciones SL, donde Monedero figura como administrador único. Esta empresa se creó en octubre de 2013. Según el número tres de Podemos, el dinero cobrado lo utilizó para costear la tertulia política La Tuerka. Tras hacerse pública la investigación, Monedero abonó el pasado 29 de enero 200.000 euros correspondientes al IRPF de 2013 por el pago de 425.150 euros por parte de los gobiernos de Venezuela, Nicaragua, Bolivia y Ecuador por la asesoría para la creación de una moneda común (que no llegó a materializarse).

Toni Cantó, de Vecinos por Torrelodones a candidato a presidente de la Generalitat

Año 2007. Un movimiento ciudadano decide presentarse a las elecciones locales en Torrelodones (Madrid) cabreados por la gestión del PP en el municipio madrileño, y de la nula oposición que en su opinión realizaban PSOE e IU.

Toni Cantó

El diputado de UPyD Toni Cantó. (EFE)

Liderados por Elena Biurrun, una vecina harta de que el Consistorio no le hiciera caso y pusiera solución a un colector maloliente junto a su casa, Vecinos por Torrelodones fue ganando adeptos y logró ese año 2007 el 23,2% de los votos y cuatro concejales frente a los 9 del PP, 3 del PSOE y uno de Actúa (una escisión deIU).

En el puesto número cinco de la lista de Vecinos por Torrelodones iba el famoso actor Toni Cantó, que no entró por un puñado de votos. Optaba a concejal de Cultura.

¿Qué hubiera ocurrido si hubiera sido edil? Probablemente nunca habría acabado en UPyD y por tanto no sería diputado por Valencia en el Congreso ni el próximo candidato a presidente de la Generalitat por la formación que lidera Rosa Díez. Vecinos por Torrelodones desbancó al PP del gobierno en 2011, apoyado por el PSOE y Actúa.

¿Partidos nuevos con caras nuevas? Podemos, UPyD y Ciudadanos se nutren de muchos excargos de IU, PSOE y PP

Partidos políticos ‘nuevos’ pregonan que ellos representan la regeneración, la nueva forma de hacer política con caras nuevas. Pero, ¿son realmente caras nuevas? ¿nunca han ostentado cargos públicos en la Administración? ¿seguro?

Rosa Díez

La líder de UPyD, Rosa Díez

En Podemos, partido que más despunta en las encuestas y de más reciente creación, muchos de sus dirigentes proceden de Izquierda Unida, donde estuvieron en segunda o tercera fila. Es conocido que Juan Carlos Monedero, por ejemplo, fue asesor entre 2000 y 2005 de Gaspar Llamazares cuando este era el líder de IU.

Si bien es cierto que Podemos es el partido que cuenta con más caras nuevas, la mayoría prácticamente desconocidos hasta antes de las elecciones europeas en política, no es menos cierto que también han realizado algunos fichajes polémicos procedentes de antiguos partidos.

En Valencia, Podemos nombró portavoz en Llaurí a Vicent Climent, histórico y polémico ex alcalde que fue condenado a cárcel y estaba prófugo.

El otra localidad valenciana, en concreto en Benicull, el alcalde Joan Vicent Geribés, anunció que se daba de baja de Esquerra Unida (la federación regional de IU) para integrarse en Podemos. Ante el revuelo y las acusaciones de transfuguismo, Podemos tuvo que rechazar su incorporación, aunque había participado activamente en Círculos de Podemos en la comarca de La Ribera, según admiten fuentes de la formación de Pablo Iglesias.

En Unión, Progreso y Democracia (UPyD) también hay destacados dirigentes que proceden de otros partidos. En Alicante, por ejemplo, el candidato de UPyD a Les Corts es David Devesa, exdirigente del PP en Benidorm que elogiaba a la formación de la gaviota y que ahora los critica de forma furibunda.

La propia Rosa Díez procede del PSOE, donde fue consejera en el Gobierno vasco, eurodiputada e incluso optó a liderar el Partido Socialista, pero logró un resultado muy pobre en el Congreso en el que venció José Luis Rodríguez Zapatero a José Bono.

Ciudadanos es, probablemente, el partido que con más descaro se ha nutrido y se nutre de ex dirigentes procedentes de otros partidos políticos. Y luego hace hincapié en que representan un partido nuevo, con caras nuevas e ideas nuevas.

Albert Rivera

El presidente de Ciutadans, Albert Rivera.

En Valencia, uno de sus referentes en la provincia es José Enrique Aguar, exalcalde del PSOE en Benetússer durante dos décadas. Se decantó en un congreso del PSPV-PSOE por el exministro Antoni Asunción frente al entonces oficialista Jorge Alarte y Aguar acabó fuera del partido. Hoy es uno de los hombres fuertes de Albert Rivera en la Comunidad Valenciana.

En Alicante, su líder es Emigdio Tormo, exdirigente del PP de Elche que se enfrentó a la actual alcaldesa popular, Mercedes Alonso. Se fue del partido y no tardó en afiliarse a Ciudadanos. Otros cargos del PP como Juan Córdoba, Emilio Argüeso o Fernando Mut, ex presidente del PP en Gandía y exdirector general de Arquitectura de la Generalitat también se han integrado en Ciudadanos.

En esta guerra de fichajes hay trasvases incluso en los propios nuevos partidos. El ex líder de UPyD en la Comunidad Valenciana, Alexis Marí, acaba de anunciar su integración en Ciudadanos, ha despotricado contra el autoritarismo de Rosa Díez en UPyD y ha pedido a sus afiliados que se sumen también al partido que lidera Albert Rivera.

Estos son algunos casos en la Comunidad Valenciana, pero hay muchos otros en toda España. Caras desconocidas puede, pero no son políticos nuevos.

Rajoy relevará a la imputada Castedo y baraja sustituir a Fabra por Rita Barberá

Rajoy con Barberá

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, pasea junto a la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, por los jardines de La Moncloa el pasado viernes 12 de septiembre.

El alcalde de Valladolid, el lenguaraz Javier León de la Riva, ha abierto la caja de Pandora sobre las candidaturas del PP en la Comunidad Valenciana. De la Riva afirmó el lunes: «Habrá que ver si Rita Barberá es candidata a la Alcaldía o a otra cosa».

En el PP no pasó desapercibida la reunión que mantuvieron recientemente Rajoy y Barberá en la Moncloa. Muchos la interpretaron como la voluntad del presidente del Gobierno y líder del PP de postularla como candidata a presidenta del Gobierno valenciano.

Esto significaría, por tanto, el relevo del actual presidente de la Generalitat Valenciana, Alberto Fabra, a quien de momento las malas encuestas no ayudan a su intención de ser el candidato. Fuentes del PP de la sede de Génova sostienen que «Rajoy debería buscar acomodo a Alberto Fabra en caso de relevarlo». «Quizá el Senado», apuntan.

Desde el entorno de Alberto Fabra aseguran, no obstante, que «el President trabaja sin descanso para sacar adelante a la Comunidad Valenciana» y recuerdan que su intención es ser el candidato del PP a la presidencia de la Generalitat.

Pero en Madrid hay un runrún cada vez más intenso: Rajoy quiere de candidatos, dicen en Génova, al tándem Rita Barberá (Generalitat) y Esteban González Pons (Ayuntamiento de Valencia).

Pero González Pons prácticamente acaba de aterrizar en Bruselas, es el actual portavoz del PP en el Europarlamento, y preferiría seguir allí.

Rajoy, Cospedal y González Pons

La secretaria general del PP y presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, junto al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. En primer plano, Esteban González Pons. Foto: Ángel Díaz/EFE

Por ello, es posible que Rajoy permitiera a Rita Barberá elegir a la persona que la sustituiría de candidata a alcaldesa:«Se habla incluso de presentar a un independiente, una persona de prestigio en la sociedad valenciana». Tal candidato, caso de que finalmente Rajoy aceptara esta opción, estaría ‘apadrinada’ por Rita Barberá, quien lideraría la campaña electoral, tanto en la Comunidad Valenciana como en la ciudad de Valencia, apoyando al ‘tapado’.

No obstante, fuentes del PP no descartan que, si no encuentran a un candidato independiente de garantías, presentar a un candidato del partido. Al respecto, creen que el actual portavoz del PP en Les Corts, Jorge Bellver; la actual concejal de Medio Ambiente, Mari Àngels Ramón-Llin, o el secretario general del PP de la provincia de Valencia, Vicente Betoret, (actual alcalde de Vilamarxant pero afincado en Valencia) pueden tener opciones.

No obstante, el deseo del presidente nacional del PP, sostienen fuentes de la dirección nacional, es presentar a Rita Barberá y a González Pons para tratar de salvar ambos gobiernos, el de la Generalitat y del Ayuntamiento de Valencia.

En cuanto a la Generalitat, las encuestas no pintan bien para la formación de la gaviota, que hoy en día, y según la práctica totalidad de los sondeos publicados, perdería la mayoría absoluta. No obstante, seguirían ganando con claridad a un PSPV-PSOE que también está a la baja.

De hecho, es probable que el Parlamento valenciano pase de tener cuatro fuerzas PP (con mayoría absoluta), PSPV, Compromís y Esquerra Unida, a estar mucho más fragmentado con la entrada de Podemos, que se perfila como tercera fuerza política, y de UPyD, que superaría no sin dificultades la barrera del 5% de los votos a nivel autonómico. Toni Cantó será seguramente su candidato. Eso sí, una eventual alianza con Ciudadanos les permitiría acceder a Les Corts con más fuerza en escaños.

La cúpula del PP cree que, con Rita Barberá de candidata a presidenta de la Generalitat, los populares lograrían una victoria muy clara respecto al PSOE, lo que dificultaría la conformación de un gobierno cuatripartito de izquierdas con Podemos, Compromís y Esquerra Unida. De hecho, el líder del PSOE, Pedro Sánchez, ya ha descartado públicamente ningún pacto de gobierno con Podemos, a quienes califica de «populistas» y equipara a la extrema derecha francesa.

En el PP consideran que Rita Barberá podría «salvar la Generalitat» gobernando en minoría, con pactos puntuales con el PSPV o UPyD.

¿Y en el Ayuntamiento de Valencia? En la actualidad el PP tiene 20 concejales (mayoría absoluta) por ocho ediles del PSOE, 3 de Compromís y 2 de Esquerra Unida. UPyD no logró entrar.

El el PP creen que podrán quedarse al borde de la mayoría absoluta, con entre 16-17 concejales de un total de 33. Si UPyD entrara esta vez en el Consistorio, dicen en el PP, sería más fácil asentar una mayoría de gobierno «sólida».

El PSOE está enfrascado en elecciones primarias entre el actual portavoz, Joan Calabuig (respaldado en la sombra por el líder del PSPV, Ximo Puig), y el concejal Pedro Sánchez, que está aglutinando a diversas corrientes críticas.

Por su parte, a la izquierda del PSOE se está impulsando una posible coalición electoral bajo el paraguas de Ganemos o Guanyem, que podría dar entrada a Compromís, Esquerra Unida y Podemos. No obstante, las posiciones a día de hoy están muy alejadas y es complicado que tal alianza, que podría incluso aspirar a superar al PSOE en votos, cuaje.

Sonia Castedo

La alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, en el pleno del Ayuntamiento.

Donde sí tiene claro el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que habrá un relevo es en el Ayuntamiento de Alicante. Fuentes de la dirección nacional del PP señalan a la actual consellera de Bienestar Social, Asunción Sánchez-Zaplana, ex concejal en el Ayuntamiento, como sustituta de la actual alcaldesa, Sonia Castedo, quien se encuentra doblemente imputada en el caso Brugal.

El riesgo, temen en el PP, es que Castedo decida presentarse con un partido independiente a su medida y pueda lograr un buen resultado.

Por último, en el Ayuntamiento de Castellón el actual alcalde, Alfonso Bataller (que relevó a Alberto Fabra), se perfila de candidato, con el apoyo como número dos de la candidatura de Javier Moliner, actual presidente provincial del PP y de la Diputación Provincial de Castellón.

Fabra versus Fabra: el corrupto Carlos se acerca a prisión, Alberto rechaza el indulto

El presidente de la Generalitat Valenciana, Alberto Fabra, hace bien en oponerse al indulto del otro Fabra, de Carlos, el expresidente de la Diputación de Castellón condenado a 4 años de prisión por defraudar 700.000 euros a Hacienda.

Carlos Fabra

El ex presidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, en 2013 ante la Audiencia Provincial.

Militantes del PP fieles al polémico Carlos Fabra recogieron firmas para pedir su indulto, pero el jefe del Consell, quien ha hecho de la contundencia contra los presuntos corruptos su principal seña de identidad, ha dejado bien claro que ni el PP ni su Gobierno apoyarán la petición de indulto. «En ningún caso», advirtió.

No en vano, lo contrario sería un insulto a los ciudadanos, que asisten atónitos a escándalos de corrupción como Gürtel, Emarsa o Blasco en la Comunidad Valenciana, los ERE y los cursos de formación en Andalucía, o el caso Pujol en Cataluña...

Cierto es que la petición de indulto es un derecho que asiste a todo ciudadano, pero haría bien Carlos Fabra en dejar ya de dañar  a su expartido con peticiones que sabe que están condenadas al fracaso.

Se negó a dimitir todos estos años, incluso cuando le abrieron juicio oral, y lo que es peor, en su partido le permitieron que siguiera en el puesto. En 2011 fue relevado en la Diputación de Castellón y luego al frente del partido por el joven Javier Moliner, la persona que él eligió pero que no tardó en soltar lastre de Carlos Fabra, mostrarse contundente contra todo indicio de corruptelas y eliminar a la vieja guardia afín al exdirigente.
Ahora, dos dirigentes políticos del PP de Castellón, que crecieron bajo la sombra del control político en su partido, casi absoluto, de Carlos Fabra en la provincia, han sido los más contundentes contra éste: Alberto Fabra, ex alcalde de Castellón y actual presidente de la Generalitat, y Javier Moliner, actual presidente de la Diputación y del PP provincial. Seguramente son los más conscientes del daño que ha provocado a su partido el que antaño fuera intocable líder de los populares de Castellón. Carlos Fabra está más cerca de ingresar en prisión.

Montoro reparte el pastel … y la Comunidad Valenciana se come las miguitas

Rajoy saluda a Fabra

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, con el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra.

No señor Monago, no. Los mochuelos y los yuppies sí se enteran. Es muy fácil. Tal como coinciden los principales periódicos nacionales de Madrid en sus portadas (20minutos, El País, El Mundo, ABC), la Comunidad Valenciana es la más perjudicada por el actual sistema de financiación autonómica. También Baleares sale trasquilada. Son las dos únicas regiones que sufren tajo gordo tanto en el déficit fiscal (aquí por debajo de Madrid y Cataluña, que es aún mayor, sobre todo Madrid) como en la financiación (en esto Madrid y Cataluña están en la media).

Apela usted, señor Monago, a la solidaridad y a no tocar nada de nada. Normal. Tal como certifica el informe de los expertos encargado por el Ministerio de Hacienda, Extremadura tuvo en 2011 una balanza fiscal (diferencia entre lo que recauda cada Comunidad y lo que acaba recibiendo del Estado) más que positiva. 2.991 millones de euros. La Comunidad Valenciana, en cambio, un déficit fiscal de 2.018 millones de euros. Se dice pronto. ¿Por qué merecen más solidaridad los extremeños que los valencianos, señor Monago?

Pero es que ahí no acaba la injusticia. La balanza fiscal es una injusticia para Valencia, pero la financiación autonómica lo es mucho más. De cada 100 euros que reparte el Estado en la financiación, la Comunidad Valenciana recibe 88,4 por habitante por 115,1 que recibe Extremadura. ¿Es justo eso, señor Monago? Cada riojano, 123, cada cántabro, 123… ¿Es justo?

No se trata de lloriquear como plañideras, ni de utilizarlo para sembrar la animadversión hacia el resto de españoles como hacen algunos nacionalistas. Se trata de reivindicar lo que es justo para corregir un sistema muy injusto.

En la Comunidad Valenciana empieza a haber una sensación de hartazgo que no sabemos cómo puede desembocar. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, prometió que cambiaría el sistema de financiación autonómica cuando estaba en la oposición. Ganó en noviembre de 2011 por mayoría absoluta y, previsiblemente, no va a cambiar el sistema de finaciación, que el mismo reconocía que era injusto, antes de las elecciones, ni las autonómicas, ni las generales.

El Gobierno valenciano, todos los partidos políticos valencianos, los empresarios valencianos, los sindicatos y la práctica totalidad de entidades sociales valencianas exigen que se rectifique cuanto antes este discriminatorio sistema, que afecta de lleno al sostenimiento del Estado del Bienestar Social. Pero el ministro Cristóbal Montoro y su mano derecha, el secretario de Estado, Antonio Beteta, se dedican a dar largas y a desautorizar al presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, cuando reclama lo que es justo.

Obviamente, están cavando la fosa para la tumba del PP en la Comunidad Valenciana, pero no sé si se percatan de que, indirectamente, también están comenzando a cavar la tumba del propio PP nacional. Si se creen que manteniendo los graneros de votos de Extremadura, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Cantabria y La Rioja, y hundiéndose en la Comunidad Valenciana y Madrid van a volver a ganar las elecciones generales con mayoría holgada, es que están fuera de la realidad.

Fabra con los empresarios valencianos

El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, en un acto con empresarios valencianos.

De momento, en la Comunidad Valenciana se perfila un gobierno cuatripartito de izquierdas, capitaneado por un PSPV-PSOE a la baja, condicionado por los econacionalistas de Compromís (que se espera que acaparen gran parte del creciente malestar de los valencianos con el maltrato del Estado), más Esquerra Unida (IU) y Podemos.

Un cuatripartito que puede abrir otro frente por el ‘derecho a decidir’ (Compromís, EU y Podemos lo defienden), y el PSPV, aunque defiende un Estado federal unitario, podría alienarse con la posición del PSC (sus hermanos de Catalunya) a favor del ‘derecho a decidir’ si se ve forzado por sus previsibles tres socios de gobierno. La Comunidad Valenciana se convertiría a partir de mayo de 2015 en otro problema gordo para la cohesión territorial de España tal como la concibe el PP, que se sumaría al de Cataluña, el País Vasco y, probablemente, también Navarra. Galicia, de momento, la tiene controlada el PP con la mayoría absoluta de Alberto Núñez-Feijóo.

El PP valenciano podría pasar a la oposición no sólo por los casos de corrupción que le salpican (Carlos Fabra, Pedro Hernández, Gürtel…) y por algunos escándalos como el aeropuerto de Castellón o el cierre de Canal 9, sino, sobre todo, por la sensación de que si gobierna su partido en España la Comunidad Valenciana se lleva las migas del pastel que reparten Montoro y Rajoy, y que engullen Monago y otros. Y encima Alberto Fabra aparece como un mendigo ninguneado constantemente por el Gobierno central, por Génova… y despreciado por el beneficiado Monago, que le llama ‘yuppie’ y ‘mochuelo’ (como a Ignacio González).

Sectores del PP valenciano temen que el runrún que empieza a correrse entre algunos alcaldes y empresarios hasta ahora afines a los populares llegue a concretarse: la creación de un partido autonomista valenciano de centro-derecha. El modelo sería un partido tipo Coalición Canaria o Unión del Pueblo Navarro. Con vocación de gobierno en la Comunidad Valenciana e influyentes en Madrid, reinvidicativos en cuanto a infraestructuras pero sin llegar a tener ningún tipo de aspiración secesionista.

La patronal valenciana está más que harta con Montoro… y empiezan a cansarse también del propio Rajoy. Y no estamos hablando del numeroso empresariado mediano valenciano, que también.

José Vicente González, máximo responsable de Cierval; José Vicente Morata, presidente del Consejo Superior de Cámaras de la Comunitat Valenciana; el presidente de la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), Vicente Boluda, especialmente crítico con Montoro; Federico Félix, presidente de Pro AVE; el presidente de la Confederación de Empresarios de Castellón, José Roca; Salvador Navarro, presidente de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV), o el propio Juan Roig, dueño de Mercadona. Las ramas sindicales de UGT y CCOO apoyan también la reinvidicación y están al tanto de los movimientos.

Los pesos pesados empresariales se están organizando y en cualquier momento van a pegar un puñetazo en la mesa tan fuerte que le pueden saltar las gafas por los aires a Montoro. De momento, más le vale recibirlos pronto y no cabrearlos más.

Los contactos de la patronal valenciana con el poderoso (y de momento silencioso) empresariado madrileño han comenzado. Rajoy tiene que buscar una solución para Cataluña, pero al mismo tiempo debe dejar de asfixiar a la Comunidad Valenciana y a Madrid. El reparto del pastel debe cambiarse y debe ser justo. Si no lo es, habrá movimientos políticos de calado. En Valencia ya se están produciendo.

La gran duda de Rita Barberá: retirarse u optar a la alcaldía de Valencia

Rita Barberá medita mucho sobre la posibilidad de optar a alcaldesa de Valencia en los comicios municipales de mayo de 2015. El reto la atrae, pese a que las encuestas auguran la posible pérdida de la mayoría absoluta del Partido Popular.

Rita Barberá, alcaldesa de Valencia

Rita Barberá, alcaldesa de Valencia. Foto Paco Llopis (20 minutos)

Barberá gobierna Valencia desde 1991 (entonces con un pacto con la hoy casi extinta Unió Valenciana) y ha logrado mayorías absolutas holgadas (en 1995, 1999, 2003, 2007 y 2011).

Ha cambiado la ciudad y la ha diseñado casi a su gusto: la zona portuaria, la Ciudad de las Artes y las Ciencias, el Parque de Cabecera (con el moderno zoológico Bioparc) son solo algunas de las grandes obras urbanísticas de Valencia bajo su Alcaldía.

Hay dos escollos (la prolongación de Blasco Ibáñez hacia el mar por el Cabanyal y el Parque Central, el llamado Hyde Park de Valencia) que Rita Barberá da por hecho que se pondrán en marcha antes de las elecciones.

Se ve capaz de salvar la mayoría absoluta del PP, o al menos salvar el Gobierno con un pacto con UPyD, pese a la pujanza de partidos a la izquierda del PSOE como Compromís y ahora Podemos.

Pero al mismo tiempo sabe que son tiempos de cambio. La proclamación de Felipe VI y la abdicación de Juan Carlos I ha hecho que Barberá medite, y mucho, si no es mejor retirarse a tiempo. Ya antes le impactó la retirada del Papa Benedicto XVI y el relevo por el Papa Francisco.

Barberá cuenta con el problema añadido de que, a sus 65 años (el próximo 16 de julio cumplirá 66 años) sabe que aunque salvara la mayoría absoluta (algo muy complicado) tendría difícil agotar toda la legislatura y plantarse en 2019 con 70 años.

Debería presentarse para tratar de ganar y, poco después, retirarse y ceder la alcaldía a algún sucesor, o sucesora, de su equipo más cercano. Eso sí, sería irse por todo lo alto con una nueva victoria electoral.

Y otro problema es que, aún ganando, lo más probable es que tuviera que entenderse con UPyD (a lo mejor con el actor Toni Cantó). Y Rita Barberá, acostumbrada a mandar ella sola, difícilmente llevaría bien eso de ‘cortejar’ a un partido recién llegado (en 2011 la formación de Rosa Díez no logró representación en el Consistorio de Valencia).

Souvenir de Barberá con falleras

Souvenir de Barberá con falleras

Y todo ello sin descartar un tercer supuesto, que sería el más terrorífico para la calificada por Mariano Rajoy como ‘la alcaldesa de España’, sería que la izquierda pudiera gobernar en coalición (un PSOE a la baja, una firme Esquerra Unida, un titubeante Compromís y la pujante Podemos de Pablo Iglesias).

Después de 24 años al frente de la alcaldía, Rita Barberá sabe que los valencianos, los mismos que le han dado gobiernos con más del 55% de los votos, podrían ‘jubilarla’ de forma deshonrosa si dan la mayoría a la izquierda.

¿Dará la cara y se la jugará aún a riesgo de salir por la puerta de atrás? Ella dijo que no es una rata que salta cuando el barco se hunde «porque no se va a hundir», recalcó… Pero Barberá tiene mucho olfato y sabe que el barco está haciendo aguas y hace falta achicar mucha para evitar que encalle en la playa de la Malvarrosa. La decisión es suya y la sabremos pronto. Quizá en septiembre, después de descansar unos días este verano en Jávea (Alicante) y meditar mucho: contrapondrá pros y contras y tomará la decisión final. En el Palacio de la Moncloa (Mariano Rajoy), en la calle Génova número 13 (Dolores de Cospedal) y en Presidencia de la Generalitat Valenciana (Alberto Fabra) están todos a la espera. ¿Qué decidirá?

El terremoto Podemos sacude a la izquierda valenciana

La fuerte irrupción de Podemos, el partido de Pablo Iglesias, tras lograr cinco eurodiputados y algo más de un millón de votos en los pasados comicios europeos, ha sacudido la política nacional y, especialmente, la valenciana.

Pablo Iglesias

Pablo Iglesias, líder de Podemos.

El PSPV de Ximo Puig sufrió, como el PP valenciano, un descalabro absoluto (perdieron 331.176 votos).

Compromís se quedó en unos discretos 138.488 votos y sexta fuerza política, mientras que EU logró ser tercera fuerza, pero solo por 37.000 votos de ventaja sobre Podemos.

El partido de Pablo Iglesias y su mensaje contra la ‘casta’ logró en toda España un 8% de votos: dos sondeos ya le dan casi el doble, entre el 14 y el 15%. ¿A costa de quién? Los nervios afloran en los partidos tradicionales de la izquierda.

En Izquierda Unida, el diputado valenciano Ricardo Sixto ha dimitido por desavenencias con el coordinador general de la formación, Cayo Lara, (temen que el huracán Podemos se los lleve por delante).

Más enigmática es la posición de Mònica Oltra, referente de Compromís, que se ha dedicado a echar flores a Podemos y Pablo Iglesias. Sin duda, ella sería una candidata ideal a presidenta de la Generalitat por la formación del televisivo politólogo. Si así fuera, que no lo creo, Enric Morera y el Bloc (socios mayoritarios de Compromís) también podrían sufrir una bajada muy considerable.

El líder del PSPV, Ximo Puig

El secretario general de los socialistas valencianos, Ximo Puig, en rueda de prensa tras conocerse el resultado electoral de las elecciones europeas. EFE/Gustavo Grillo.

Por su parte, los socialistas valencianos de Ximo Puig no saben qué hacer para evitar que Podemos se les acerque y amenace su histórico liderazgo en la izquierda.

Las últimas discrepancias en el PSPV se han producido a raíz del debate entre Monarquía y República. Mientras Ximo Puig amagó con defender la consulta ciudadana sobre el modelo de Estado, pero va a acabar votando a favor de la Monarquía (sin referéndum), Francesc Romeu (el verso suelto del PSPV) defiende la III República abiertamente.

Estas contradicciones son aprovechadas por Podemos para equiparar al PSOE con el PP. PPSOE, los llaman. Y así logran, entre la izquierda más indignada, debilitar a los socialistas poco a poco y recortarles distancia electoral.

La preocupación es gorda en el PSPV, en Esquerra Unida y en Compromís, menor en UPyD, e insignificante en el PP. En la formación que lidera Alberto Fabra la preocupación, y gorda, es recuperar y movilizar a una gran parte de sus votantes desencantados que se han quedado en casa (y muchos no volverán si no son capaces de ilusionarles) o han optado por partidos como Ciudadanos, VOX o UPyD. Ése es el reto de Alberto Fabra. La política valenciana está más apasionante, y abierta, que nunca.

Blasco, del comunismo revolucionario a conseller del PSOE, del PP, y ahora al trullo

La historia personal de Rafael Blasco es, probablemente, una de las más peculiares entre los políticos españoles.

Rafael Blasco

Fotografía de archivo tomada el 08/03/2012, del exconseller de Solidaridad Rafael Blasco. EFE/Kai Försterling

Nacido en Alzira (Valencia) en 1945, militó en su juventud en varios partidos antifranquistas, primero en el Partido Comunista de España (PCE), luego en el Movimiento Comunista de España (MCE) y posteriormente en el extremista Frente Revolucionario Antifascista y Patriota (FRAP), que rechazaba la reconciliación nacional promovida por Santiago Carrillo y apostaba por forzar la caída de la dictadura franquista por métodos que no descartaban la lucha armada. Esta militancia, todavía bajo el franquismo, le llevó a situaciones de exilio.

Ya en democracia, Rafael Blasco se fue acercando al Partit Socialista del País Valencià-PSOE, partido en el que su hermano Francisco fue alcalde de Alzira. Tanto se fue acercando que acabó de conseller de Presidencia del primer gobierno autonómico de Joan Lerma en 1983. Su poder era inmenso en el gobierno socialista.

Blasco se casó con Consuelo Císcar, secretaria personal del ex president de la Generalitat Joan Lerma y hermana de Ciprià Císcar, que también fue conseller de Educación y llegó a ser el número tres del PSOE (secretario de Organización Federal) con Felipe González.

Rafael Blasco fue nombrado conseller de Obras Públicas y Urbanismo en 1985 y en 1989 fue destituido tras una denuncia por sobornos a funcionarios de la Conselleria a cambio de la recalificación de terrenos. El controvertido político se salvó de la cárcel: unas grabaciones telefónicas que le incriminaban supuestamente fueron invalidadas y Blasco resultó absuelto.

Tras su destitución, trató de impulsar un partido político valenciano de corte autonomista, en una operación en la que incluso intentó coaligar a otros dos partidos antagónicos, Unió Valenciana (que llegó a obtener más de 200.000 votos en la Comunitat Valenciana con un discurso anticatalanista) y a Unitat del Poble Valencià (germen del actual Compromís y cercano a tesis favorables al acercamiento político y cultural de Valencia con Cataluña). Blasco intentó ser el puente entre las dos orillas valencianistas para crear una coalición que  impidiera al PP o al PSOE lograr mayorías absolutas y que tuvieran que pasar por sus condiciones, pero fracasó.

Distanciado del PSOE tras su destitución, Blasco se fue aproximando al PP de Eduardo Zaplana, que acabó fichándolo en 1995 como subsecretario de Planificación de la Generalitat. En 1999 lo nombró consejero de Empleo y luego de Bienestar Social. Entre otras leyes, Blasco impulsó la ley de uniones de hecho, una norma que provocó duras críticas del sectro democristiano y más conservador del PP valenciano, pero que Zaplana avaló para tratar de ganar votos de centro a costa del PSOE.

Tras la marcha de Zaplana al Gobierno de Aznar, primero como ministro de Trabajo y luego como ministro portavoz, Blasco prosiguió su proceso camaleónico y se acercó a Francisco Camps, quien venció en las elecciones autonómicas valencianas en 2003. Blasco no tuvo problema en convertirse también en uno de los hombres fuertes de Camps, pese a que éste procedía del sector democristiano del PP valenciano. Del comunismo revolucionario al socialismo institucional y luego al Partido Popular, no tuvo dificultad alguna en pasar del sector ‘liberal’ del PP valenciano al sector ‘democristiano’.

Juicio del caso Cooperación

El juicio oral contra el conseller de Solidaridad y Ciudadanía Rafael Blasco (4i) y otras ocho personas por el supuesto fraude en las subvenciones de la Generalitat para cooperación internacional. EFE/Juan Carlos Cárdenas

Blasco fue nombrado conseller de Territorio, luego de Sanidad y finalmente de la conselleria de Solidaridad y Ciudadanía. Fue durante esta etapa donde fraguó el ‘caso Cooperación’ por el que hoy ha sido condenado a 8 años de prisión. También estalló el caso de los trajes de Gürtel por el que fue imputado Francisco Camps. Y Blasco fue uno de los políticos que más defendió al expresidente de la Generalitat.

Por ello, y tras ganar las elecciones autonómicas de 2011, Camps nombró a Blasco portavoz del PP en Les Corts, quizá también lo sacó de su Gobierno temiendo una posible imputación por el ‘caso Cooperación’, como finalmente ocurrió. Pero Camps tuvo que dimitir, forzado por Rajoy, tras la apertura de juicio oral.

Con la llegada de Alberto Fabra a la presidencia de la Generalitat, el futuro de Blasco en el PP se complicó mucho, especialmente tras su imputación. Fabra le negó el acceso a las reuniones de su gobierno, lo destituyó de portavoz y presionó para que dimitiera y dejara su escaño en Les Corts. Al negarse este, Fabra amenazó con forzar una votación del grupo popular para expulsarlo, pero Blasco accedió a abandonar éste, pero al no renunciar al escaño pasó al grupo de no adscritos.

Ahora, era un cadáver político pendiente de su condena o absolución. La sentencia ha sido contundente. El camaleón Blasco pasará ahora a estar enjaulado, entre las rejas de prisión.