¡Ya está decidido! He cancelado mi cuenta del World of Warcraft. El juego consume demasiado tiempo y cada vez se hace más difícil compatibilizarlo con otras actividades.
¿Así de fácil?, ¿cancelo la cuenta y ya está? Nada más lejos de la realidad. Lo primero con lo que me encuentro cuando me doy de baja del juego son los esfuerzos de Blizzard para que no lo haga. Me preguntan por qué voy a dejarlo y, entre otras cosas, me dicen:
Sentimos mucho oír que quiere dejar el juego. Tenga en cuenta que ha sido preparado para que pueda jugar a su ritmo, incluyendo características para aquellos que no tienen mucho tiempo para jugar .
Por si mis motivos son más bien económicos:
Si cree que no juega lo suficiente cada día para justificar el gasto, ofrecemos diferentes planes que pueden ayudarle a bajar el costo diario.
En previsión de que ninguna de esas posibilidades me convenza, Blizzard termina recordándome que las puertas seguirán abiertas para mí:
Si en algún momento quiere volver a jugar estaremos aún más felices de verle de nuevo por Azeroth. Sus personajes estarán guardados con todo su dinero y objetos, así que cuando vuelva, puede continuar en donde lo dejó.
Esta primera prueba es sencilla, al fin y al cabo sólo es un texto que puedo pasar de largo. Lo difícil viene después, en las semanas que aún me quedan hasta que se cancele mi cuenta definitivamente.
En el WoW no se juega con muñecos, se juega con personas, personas que se hacen llamar Arcanium, Neddar, Neferite, Kdargo, Aroia, Khisanth o Versa (entre muchísimos otros) y que, con el paso del tiempo, han acabado convirtiéndose en amigos. Algunos de ellos amigos fuera del juego, con nombres y apellidos reales, con los que espero no perder el contacto.
Ya me he despedido de ellos y todos insisten en que no me marche. Me lo han dicho en el juego, en el foro de la hermandad e incluso en este blog.
Como decía antes, lo más duro son las semanas venideras, en las que me seguiré conectando y en las que seguramente me seguirán tentando con quedarme. Y ahora no es Blizzard quien me lo pide, son personas a las que aprecio y a las que he cogido cariño.
Al final, un juego online acaba siendo mucho más que un juego, es una comunidad en la que conoces gente, asumes responsabilidades, charlas, juegas, te echas unas risas… Renunciar a todo eso después de una larga temporada no es sencillo.
Algún amigo me ha dicho que «es un buen momento para que pruebe el Age of Conan» y algún otro que le «avise si me da por meterme en el Warhammer Online«. Sé que mucha gente se cansa del WoW y migra a otros MMORPGs, pero creo que eso no es una opción para mí, ya que esta retirada se debe a una falta de tiempo. De poco serviría un cambio.
Me marcho, abandono Azeroth, Kalimdor y Terallende, me quedo con las ganas de verme las caras con el Rey Lich. Mis mejores deseos para esos grandes Moonshiners y para los que fuimos Rebeldes de Azeroth en Tyrande. He cancelado mi cuenta. ¡Ya está decidido! ¿Ya está decidido? ¡Uf!
¿Vosotros habéis vivido alguna experiencia similar?