No tengo muy claro si las compañías de videojuegos son muy «listillas» o los aficionados somos a veces demasiado quisquillosos e insoportables. Resulta que el desarrollo de Left 4 Dead 2 se está convirtiendo en un auténtico culebrón en el que Valve ofrece la tierra zombi prometida y los jugadores se aferran a lo bueno conocido mirando con recelo la manzana del nuevo paraíso.

Lo explico brevemente: Valve lanza Left 4 Dead, el juego se convierte en un bombazo, vende, miles de jugadores se enganchan, el título acaba siendo nominado y galardonado en numerosas entregas de premios. La clave es el modo online.

Hasta ahí bien, ahora llega el conflicto: a Valve se le hacen los ojos chiribitas con el éxito de la primera entrega, en el E3 2009 anuncian Left 4 Dead 2, no ha pasado ni un año desde que apareció el juego original, los jugadores se sienten timados, creen que la compañía les va a abandonar, dicen que es muy pronto para sacar una secuela, aún no se ha exprimido la primera parte, los nuevos contenidos tendrían que llegar en forma de expansión, no de continuación, se quejan, crean un grupo de presión, las quejas se extienden cual virus zombificante gracias a Internet, intentan boicotear Left 4 Dead 2.

Valve ha explicado que el nuevo capítulo se justifica por la inclusión de mejoras en la IA y una trama que le dará coherencia a la aventura (el argumento apenas tenía relevancia en la primera parte). También explican que el lanzamiento de la secuela no impedirá que se sigan desarrollando contenidos para el juego original. Ésta me parece una decisión cuanto menos extraña y difícil de llevar a cabo. A los jugadores tampoco les ha debido de parecer una solución viable, las protestas no han cesado.

El caso es que Valve ha empezado a sentir que tiene una deuda con los seguidores que les han dado el éxito. Gabe Newell, cofundador de la empresa, ha invitado a dos representantes de los grupos de boicot creados en Internet para que probasen Left 4 Dead 2 y comprobasen por ellos mismos que la secuela está justificada.

Los chicos, que responden a los nicks Walking_Target y Agent of Chaos, volaron hasta las oficinas de la compañía, jugaron y claudicaron. Walking_Target ha escrito que se nota que no es un producto hecho con prisas, que hay mucha gente trabajando en el proyecto y que la calidad jugable no se puede cuestionar.

¿Esto ha solucionado algo? Evidentemente no. De hecho, tengo la impresión de que han conseguido el efecto contrario al que pretendían. Los fans, airados, han comenzado a acusar a los dos chicos invitados por Valve de traidores y vendidos. La foto no ayuda mucho. ¿Os habéis fijado en la expresión del tío de la perilla? Tiene pinta de que, tras la foto, abrió la cabeza al fotógrafo con el trofeo ese que lleva en las manos. Y, aunque suene a programa del corazón… ¿¡habéis visto el polo de Newell!? La mancha esa no es un estampado, eso seguro. ¡Pero si se parece a Dennis Nedry, el gordo de Parque Jurásico!

Critiqueos aparte, creo que este problema tiene difícil solución, al menos para los fans, porque la empresa es la que manda y hará lo que le dé la gana. Me temo que hace falta mucha más presión que la de estos grupos de boicot para que la cosa cambie, al fin y al cabo no son más que una pequeña parte del total de compradores del juego.

¿Qué pensáis vosotros al respecto de este lío?