La semana pasada tuvo un suceso trágico relacionado en parte con los videojuegos: un chaval de 18 mató a otro de 15 porque éste no le prestaba un juego.

La historia es bastante truculenta, ya que al parecer el chico de 18 años amenazó a su amigo a punta de pistola y después le disparó a la cabeza.

Desde el punto de vista informativo, la noticia se habría quedado en un caso de homicidio si no fuese porque había un videojuego de por medio. ¿Qué mejor oportunidad para volver a arremeter contra los jugadores y su afición?

Algunos medios han aprovechado la ocasión para escribir titulares tales como: «Un videojuego relacionado con un disparo mortal en Brockton», «Videojuego relacionado con el asesinato de un joven de 15 años» o «La familia: un juego llevó al asesinato de un adolescente».

Da igual que un chaval de 18 años tenga una pistola, da igual que sea o no un violento y que esté o no en sus cabales; lo importante, el sujeto de la noticia, es el videojuego, que es el terreno en el que se puede crear polémica.

Este tarado se encaprichó de un videojuego pero, ¿qué habría pasado si hubiese querido un DVD, un balón de fútbol o un helado de vainilla?, ¿habríamos leído titulares tales como «»Un helado de vainilla relacionado con un disparo mortal en Brockton»?

Me sorprende que a estas alturas sigan existiendo estos prejuicios. Sigue habiendo muchísima gente que ataca al rol, que ataca a los videojuegos y que cree que los jugadores son potenciales «asesinos de la katana». Ignorantes.

Estas personas temen que los jugadores se vean «poseídos» por los videojuegos, que pierdan el control y se vuelvan violentos. A mí me parece que el problema es que son ellos los individuos incapaces de distinguir ficción y realidad, quizá ellos sean más peligrosos.