No es fácil mantener la frescura de una historia y de unos personajes a lo largo de los años. Llegado cierto momento se hace totalmente necesaria una revitalización. La franquicia Splinter Cell tiene ya ocho añitos y su protagonista, Sam Fisher, comenzaba a pedir a gritos ese rejuvenecimiento. El cambio ha sido mucho más progresivo que el de otras series de videojuegos pero, sin lugar a dudas, la eclosión del nuevo Sam se ha producido con el recién lanzado Splinter Cell: Conviction para Xbox 360 y PC.
Ubisoft le ha dado a la aventura un toque mucho más cinematográfico en todos sus aspectos, desde el argumento hasta la parte técnica o el desarrollo, cargado de momentos ‘hollywoodienses’. La características que mejor define al título y el cambio que representa es la pérdida de importancia de la infiltración en favor de la acción directa y violenta. Pero no penséis que son cambios arbitrarios, todo se ha llevado a cabo con mucha coherencia… partiendo desde la misma trama.
Splinter Cell: Conviction nos presenta a un Sam Fisher que, como Max Payne o The Punisher, actúa por venganza. Ya no trabaja para ninguna agencia, no tiene ninguna misión ultrasecreta, tan sólo quiere encontrar al culpable de la muerte de su hija y acabar con él. Esto hace que el sigilo, aunque presente, ya no sea tan vital. Es posible ser detectado por los enemigos y salir airoso o incluso podemos optar por enfrentarnos a ellos directamente.
Al no tener que responder ante nadie, Fisher actúa de forma mucho más letal sin preocuparse de las posibles consecuencias. Pero claro, la ausencia de una corporación que nos apoye también se nota en la reducción considerable del número de gadgets.
Entre las novedades del desarrollo, hay dos que me han llamado mucho la atención: la aparición de una especie de silueta, que representa el lugar en el que nos han visto los enemigos y que es el punto hacia el que irán, y un sistema de combate denominado «Marcar y ejecutar» que nos permite, tras haber liquidado a alguien cuerpo a cuerpo, deshacernos de unos cuantos tíos de forma automática. El elevado nivel gráfico, la banda sonora y el doblaje al castellano rematan el toque peliculero.
Casi todas las modificaciones respecto a entregas anteriores van dirigidas a crear un videojuego más sencillo, accesible y atractivo para el gran público. Incluso los marcadores se han simplificado al máximo. El resultado es una aventura de acción en tercera persona espectacular y adictiva pero también algo corta (dura unas seis horas) y no demasiado complicada en su nivel dificultad predeterminado (en parte por culpa de algunos fallos puntuales en la IA de los enemigos). El currado modo cooperativo y otros tres modos multijugador (todos ellos para dos personas) compensan en buena medida esos defectos.
El cambio ha sido todo un acierto. Pero claro, esa es mi opinión, la de un jugador que nunca ha sentido demasiada atracción hacia Splinter Cell. Mientras que en otros juegos, el sigilo, la acción reflexiva y el ensayo y error me enganchan de forma irremediable, en las aventuras anteriores de Fisher esos mismos elementos se me hacían pesados y poco interesantes. Supongo que a muchos fans de los viejos Splinter Cell será este Conviction el que les parezca un despropósito.
¿Qué os parecen los cambios que ha aplicado Ubisoft en Splinter Cell?, ¿os gusta o preferís el estilo clásico?