Es innegable, Sony ha dado el golpe de efecto del verano con el anuncio, durante la Gamescom 2009, del nuevo modelo de PlayStation 3, la ligera y estilizada PS3 Slim. No podemos decir que sea una gran sorpresa. Ya en mayo salieron a la luz unas primeras imágenes en las que se veía la consola. Hace menos, en julio, se mostró incluso un vídeo en el que se veía la supuesta nueva versión de la PS3.

Lo cierto es que las imágenes y la mala calidad del vídeo daban pie a pensar que en realidad se trataba de un fake, pero el mosqueo que se pilló Sony por la publicación de dicho material en medios de todo el mundo comenzó a levantar sospechas. Imagino que, para acallarlas, decidieron no mostrar la PS3 Slim en el E3. Ya tenían suficiente con admitir que les habían reventado la sorpresa de la PSP Go.

Pero volvamos al presente. La PS3 Slim no era un rumor, era real. Ya se ha anunciado. Sony por fin enterrará ese bloque de cemento armado que es la PlayStation 3 original para dar vida a una nueva consola mucho más acorde con los tiempos modernos en los que los aparatos tienden hacia la mínima expresión. Es una gran noticia, pero no es la mejor.

Lo más importante con diferencia es la reducción de precio, los 299 euros que costará el nuevo modelo y que ya cuestan los antiguos. Sony dice que ya ha obtenido las ganancias suficientes como para tomar estas importantes medidas. Eso sí, ahora volverán las pérdidas, siempre con la esperanza de que la fuerte demanda de la PS3 Slim no tarde en compensarlas.

A mí me da la impresión de que Sony ya no podía más, le ha estado viendo las orejas al lobo durante demasiado tiempo y tenía que hacer algo aunque, desde el punto de vista económico, quizá no sea el mejor momento para hacerlo. ¿Pero qué alternativa tenían?, ¿seguir mirando a las musarañas? Han hecho lo que tenían que hacer.

En otras circunstancias, en otra época, habría dicho que la reacción llega demasiado tarde, pero esta generación de consolas está siendo sumamente extraña. Nintendo lidera el mercado con una consola / juguete más centrada en la jugabilidad que en la tecnología, Microsoft se ha consolidado como un rival fuerte que ofrece productos de altísima calidad y Sony no ha conseguido beneficiarse de la inercia de ventas de la PlayStation 2.

Por otro lado, el mercado ha comenzado a girar cada vez más en torno a periféricos que ofrecen nuevas experiencias de juego. Microsoft ha presentado su Project Natal y Sony su Wand. ¿Cuánto tiempo puede alargar esto la actual generación de consolas? Yo creo que bastante. Me parece que aún tendremos Wii, PlayStation 3 y Xbox 360 para rato. Por todo esto es por lo que no me atrevo ahora a decir que a Sony se le ha escapado el tren. Sus nuevas armas parecen poderosas, quizá aún esté a tiempo de darnos una sorpresa.

Otro detalle que muestra claramente las prisas repentinas de Sony. En el pasado E3, Microsoft sorprendió a propios y extraños con una elaborada puesta en escena para mostrar Project Natal, su sistema de detección de voz y movimientos. Sony, en cambio, mostró su Wand de forma un poco cutre, parecía casi una demostracón improvisada, preparada en muy poco tiempo. El caso es que, desde entonces, las demostraciones de Wand han sido mucho más numerosas que las de Project Natal. Se nota que Sony quiere adelantarse a la competencia. La última prueba es que ya le han puesto fecha aproximada a su sistema de detección de movimiento: según Kaz Hirai, Wand verá la luz en primavera de 2010.

¿Significa todo esto que Sony ya ha despertado de su letargo? Yo diría que sí. ¿Significa que a partir de ahora le comerá terreno a Microsoft e incluso a Nintendo? Eso está por verse. ¿Qué pensáis vosotros?