En 2008, el lanzamiento de Mortal Kombat vs. DC Universe, pese a las críticas de los fans más puristas de uno y otro mundo, sentaba las bases de algo muy positivo para el género de la lucha. A mí me encantó, fue uno de los títulos a los que más horas eché en Xbox 360 por aquel entonces, pero me gustó aún más descubrir lo que vino después.
A partir de ese impensable crossover nacieron dos grandes proyectos, dos joyas del uno contra uno que tomarían muchos de los elementos de MK vs. DC Universe y los mejorarían en tributo a cada uno de estos dos grandes mundos por separado. El primero lo vimos en 2011, se llamaba simplemente Mortal Kombat y supuso uno de los mejores reinicios que he visto jamás en una saga de videojuegos. Tirando de un recurso similar al del Star Trek de Abrams, MK volvía a empezar cargado de minijuegos, retos varios y un interesantísimo modo historia en el que descubríamos el argumento saltando del punto de vista de unos personajes a otros.
Ahora, NetherRealm Studios ha aplicado esa misma fórmula, sin demasiados cambios, al universo de DC Comics dando como resultado Injustice: Gods Among Us. Batman, Superman, Green Lantern, Lex Luthor, Doomsday y demás superhéroes y villanos entablando épicas batallas en lugares como Atlantis, Gotham o Metrópolis mediante un sistema de combate con un toque de Mortal Kombat pero cargado de ideas nuevas y diferenciadoras… Lo siento, no puedo ser objetivo, me encanta ya desde el planteamiento.
Como decía antes, el modo principal repite el esquema de historia narrada a través de los ojos de los diferentes personajes que la protagonizan. Para descubrir por qué Superman ha perdido los papeles y se ha vuelto un ser violento, hemos de ir alternando el control de héroes y villanos según lo vaya marcando el guión. Por desgracia la aventura no es demasiado larga y no nos mete en la piel de los 24 personajes controlables, pero se disfruta mientras dura. Suena a triste consuelo, pero lo cierto es que ya quisieran muchos juegos divertir o incluso entretener en toda su extensión.
En cuanto a la lucha en sí, el elemento más llamativo es la elevada interactividad de los escenarios. Éstos están plagados de elementos que los luchadores pueden emplear en combate de un modo u otro dependiendo de sus habilidades. Superman, por ejemplo, puede coger un coche y golpear con él, mientras que a Batman, que carece de superfuerza, tan sólo le sirve como punto en el que impulsarse. En este aspecto se aprencian considerables desequilibrios entre unos luchadores y otros, un fallo que por desgracia se extiende también a algunos superpoderes.
Los minijuegos y los desafíos específicos de cada personaje, que también son herencia modificada del último Mortal Kombat, añaden variedad y horas de juego al modo individual. Después, como viene siendo habitual en el género, el multi online alarga la vida del título durante meses o quizá años (para regocijo de jugadores como yo, las comunidades de los títulos de lucha aguantan activas bastante tiempo).
Sin ser una obra maestra, Injustice: Gods Among Us supone una garantía de diversión para los fans del universo DC, para los seguidores de NetherRealm y para todo aficionado a los juegos de lucha 2D en general.