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Thank you Mario! But our princess is in another castle! Toad (Super Mario Bros.)

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Viejas joyas: Resident Evil (el remake)

Si Resident Evil merece un homenaje como rey de un género, la versión que apareció en 2002 para GameCube se merece otro, un reconocimiento al que es, en mi opinión, el mejor remake de la historia de los videojuegos. Capcom supo mantener toda la excelencia de la aventura original y multiplicarla por mil añadiéndole mejoras tanto técnicas como jugables.

La primera evolución entra por los ojos. El remozado gráfico sufrido por Resident Evil fue brutal. Los personajes cobraron vida y la mansión se convirtió en todo un espectáculo visual. Los escenarios eran los mismos, la historia también… y el sistema de cámaras estáticas, pero todo lucía más bonito a la par que sobrecogedor. La sensación se hacía más peliculera.

El hall, el comedor, la sala del rifle, las arañas gigantes, el enfrentamiento con la serpiente, los jardines… Era un gustazo revivir todas las localizaciones y momentos clave con un aspecto mucho más actualizado. Mención especial merece la zona del acuario, que en el juego original eran unas cuantas salas encharcadas que en el remake se convertían en una enorme construcción llena de colosales y agresivos tiburones.

A las viejas zonas se añadían algunas nuevas, muchos puzles se modificaron y otros llegaron de estreno, incluso se incorporó una nueva trama secundaria sobre el arquitecto de la mansión, George Trevor, y su desgraciada hijita Lisa. Algunos enemigos sufrieron cambios que fueron más allá de su aspecto. El caso más destacable es el de los numerosos zombis, que ahora eran mucho más inteligentes, corrían e incluso subían escaleras.

Chris y Jill no querían ser menos que los muertos vivientes y, aparte de cambiar sus cúbicos cuerpos por otros más «carnosos», también adquirieron una nueva habilidad: una defensa para el cuerpo a cuerpo que permitía quitarse a los zombis de encima. El caballero contaba con granadas flash, la dama tenía una pistola aturdidora y ambos podían utilizar cuchillos de autodefensa.

Os aseguro que este juego lo disfruté tanto o más que el original. Es de esos juegos que me hacen pensar que un Final Fantasy VII de nueva generación es posible. Merece mucho la pena.

Homenaje a la GameCube

Soy gran fan de Shigeru Miyamoto y, hasta hace bien poco, nintendero a muerte. Aunque, como he dicho en mil ocasiones, la Wii no me convence, la Nintendo DS (morralla aparte) me parece una gran consola. Por todo ello guardo un especial respeto y simpatía hacia la compañía nipona.

Y desde esa profunda y sincera admiración tengo que hacerle un pequeño reproche al papá de Super Mario y romper una lanza en favor de la GameCube, una consola que no supuso el éxito comercial que Nintendo esperaba pero que aún así fue una gran máquina digna de mención.

Digo esto porque Shigeru Miyamoto ha comentado esta semana que en la etapa de la GameCube se sentía muy triste, tanto por las ventas como por el rumbo que estaba tomando la empresa. «Si los juegos de Nintendo fallan en el terreno comercial, el proceso artístico y creativo no habrá servido para nada. Y eso me ponía muy triste», ha comentado.

Miyamoto no lo duda: «Existió una época en la que Nintendo siguió los mismos pasos que el resto de empresas de videojuegos. Cuanta más competencia había en el mercado, más nos parecíamos todos. ¿Pero ser los números uno en esa competición era lo mismo que conquistar al público general? Ésa es la pregunta que nos hicimos».

De esa etapa de bloqueo y frustración surgió la búsqueda de nuevas ideas, y de esa búsqueda nació la Nintendo DS, el primer impulso de una trayectoria creativa que acabó desembocando en la Wii. Exitazo comercial inesperado, estanterías vacías antes de Navidad, revolución en la industria del videojuego, toneladas de publicidad en blanco pijo, abuelas jugando al tenis y niñas «imaginando ser». Me alegro mucho por ellos pero, ¿es necesario renegar del pasado para darle más valor al presente? ¿De veras piensa Miyamoto que Wii Music es mejor producto que The Wind Waker?

La GameCube fue una consola estupenda con un catálogo en mi opinión mejor que el de la Nintendo 64. No arrasó, no innovó, pero tenía muchas virtudes.

¿Por qué no arrasó? Quizá porque la estrategia comercial fue bastante mala, no existió una gran campaña publicitaria como las que sí se han hecho en esta generación. Además, la fama infantilona de Nintendo y el aspecto de la GameCube, que casi parecía un juguete (sobre todo la de color azul) tal vez no daban la imagen más atractiva del producto.

¿Qué virtudes tenía? Era una consola pequeña, el mando era muy bueno, incluía cuatro puertos y técnicamente era un maquinón, más potente que la PlayStation 2. Es curioso que entonces no se le valorase a Nintendo la potencia de su máquina y que ahora se critique a la empresa por las escasas capacidades de la Wii.

En cuanto al catálogo, la GameCube recibió el impresionante Zelda: The Wind Waker, la más brillante demostración hasta la fecha del buen uso del cel shading. Capcom trasladó toda su saga Resident Evil a la consola de Nintendo, lo que nos dejó varios suculentos regalos: un Resident Evil que es probablemente el mejor remake de la historia, un Resident Evil 0 totalmente exclusivo y un Resident Evil 4 que nos dejó a todos con la boca abierta y que tardó meses en adaptarse a PlayStation 2.

Otro de los grandes remakes de la historia de los videojuegos también se lo llevó GameCube: Metal Gear Solid: The Twin Snakes. Ya me he fustigado por haberme olvidado de incluirlo en un primer momento en este artículo. Aunque este MGS no disfrutó del cinematográfico doblaje que sí tuvo la versión de PlayStation, el juego vivió una fantática actualización gráfica. Además, supuso la histórica colaboración entre dos grandes entre los grandes: Hideo Kojima y Shigeru Miyamoto.

Cierto es que Super Mario Sunshine no le llegaba a Super Mario 64 a la suela de los zapatos, pero también fue un juego sobresaliente. Lo mismo podría decirse de los Mario Party o de los geniales Mario Power Tennis, Mario Kart: Double Dash!! y Super Smash Bros. Melee.

Pikmin creó una nueva y original franquicia para un género tan poco prolífico en las consolas como la estrategia. Metroid vivió una segunda juventud gracias a una renovación total que dio lugar a las aventuras en primera persona Metroid Prime y Metroid Prime 2: Echoes. En RPG disfruté como un enano con Skies of Arcadia Legends (una versión mejorada del juego de Dreamcast), el bello Baten Kaitos y Tales of Symphonia (el juego de rol que más he disfrutado en años).

Podría seguir, pero hay que poner un límite (me excedo mucho con la longitud de la mayoría de los textos, no lo puedo evitar). Lo dicho, que menos entristecerse por los supuestos errores del pasado y más enorgullecerse de los logros destacables, que haberlos haylos incluso en los momentos más turbios.

¡Larga vida a la memoria del Gran Cubo!

Coleccionismo compulsivo

Los portales de subastas se han convertido en santuarios en los que cualquier coleccionista, sea cual sea su afición, puede encontrar auténticas reliquias.

Ayer leía que alguien había adquirido en eBay un Chrono Trigger de SNES precintado por más de 800 euros. Lo primero que pensé fue: «¡Dios, qué de dinero tiene la gente!», lo segundo: «¡qué suerte! Si yo pudiera, haría lo mismo».

De hecho, yo también tengo mis caprichos de coleccionista. Hace unos años, no demasiados, encontré en una pequeña tienda de videojuegos un par de Donkey Kong 64 para Nintendo 64. Uno de ellos con caja (algo desgastada) e intrucciones y otro que sólo era el cartucho suelto. Aunque era casi 10 euros más caro, compré el primero.

También regalé un Resident Evil de GameCube de segunda mano (adquirido en un Blockbuster) sólo para comprarme otro igual, también de segunda mano, pero que estaba en mejores condiciones. Incluso he llegado a pagar 80 euros por un Skies of Arcadia, también de GameCube, amén de comprar muchos otros títulos que sé que nunca tendré tiempo para jugar.

Y, por supuesto, nunca he pirateado una consola. No porque crea que el pirateo vaya a acabar con la industria (que no lo creo) sino por lo mucho que valoro los originales.

¿Vosotros tenéis manías de coleccionista?, ¿conserváis alguna vieja joya?, ¿lleváis tiempo buscando alguna?