Aunque comencé esta nueva etapa del blog con bastantes quejas sobre el panorama del sector, lo cierto es que evité comentar algo importante, un título: Deus Ex Human Revolution. No se puede decir que la franquicia sea nueva. En realidad se trata de la precuela de un videojuego de culto (que por cierto contó con una secuela que yo ni siquiera recordaba), pero sería falso decir que pertenece a una saga explotada hasta la saciedad.

El caso es que nos encontramos casi sin esperarlo (al menos yo no me lo esperaba) ante uno de los imprescindibles del año. La gente de Eidos ha sabido recoger la esencia del juego original y añadir y actualizar ciertos elementos que adaptan la filosofía de Deus Ex a los tiempos actuales (casi todos enfocados a perfeccionar las mecánicas de combate e infiltración).

La base de todo vuelve a ser la que fue en su día: la libertad de acción, no en el sentido en que ofrece libertad un GTA sino mediante el planteamiento de misiones que pueden completarse por muy diversas vías. Vale, es cierto que son muchos los que prometen este tipo de desarrollo y luego acaban implementando mecanismos más sencillos que una partida de Pong. Este no es el caso, la experiencia resulta más que satisfactoria.

En realidad, todo puede resumirse en dos grandes grupos de soluciones, las que se basan en un avance a base de pegar tiros en plan shooter más o menos convencional (con interesantes peculiaridades que le dan su propia personalidad) y las que se centran en el sigilo, de una forma mucho más elaborada y compleja que títulos como Splinter Cell.

Las múltiples opciones para desarrollar al personaje, potenciando unas facultades u otras (fuerza, habilidad de hackeo, persuasión, capacidades atléticas…), añaden el resto de variables que terminan por ofrecer un gran abanico de caminos por los que avanzar en la intrincada historia. Y he aquí otro de los puntos en común con el primer Deus Ex, el punto que hace que un juego como éste me atraiga más que otros parecidos: la trama.

La historia de Deus Ex Human Revolution no es una mera excusa para que nos pongamos a pegar tiros a diestro y siniestro sino que se trata de un elaborado guión sobre un futuro de seres humanos con bioimplantes en el que se acaba generando un nuevo tipo de separación de clases. El argumento se va enrevesando, con interesantes giros incluidos, en torno a un conflicto de alcance internacional.

Aún no me lo he terminado. Me está encantando y tengo ganas de seguir jugándolo, pero es que también me han entrado ganas de pasarme el primer Deus Ex (soy muy obsesivo, nunca me paso un juego si no me he pasado antes las entregas previas). Resulta que, cuando me compré mi primer ordenador decente, el amigo que me ayudó a adquirirlo me regaló dos juegos, Warcraft 3 y Deus Ex. El Warcraft 3 lo devoré, lo que luego desembocó en mi enganche a World of Warcraft. Deus Ex nunca lo puse, ni siquiera cuando me hice fan absoluto del ‘majérrimo’  Warren Spector. Es hora de remediar eso.

¿Qué os ha parecido Deus Ex Human Revolution?