Hace poco hablaba de las parodias de 8 bits de películas, acontecimientos históricos, series de televisión, videojuegos, etcétera, grandes homenajes a la era del píxel. Sin embargo, hay tributos mucho más elaborados que los vídeos de YouTube o las composiciones midi: juegos completos al estilo retro.
Ese es el caso de la adaptación jugable del libro El gran Gatsby, una curiosidad realizada en Flash que bebe del espíritu de los juegos de plataformas de la vieja NES. La gracia del asunto comienza con la misma forma de promoción del título. Se recurrió a técnicas de marketing viral o, quizá sea más adecuado decir, al clásico y literario recurso del manuscrito encontrado. Esta técnica, que podemos apreciar en obras como La Celestina, Don Quijote de la Mancha o San Manuel Bueno, mártir, tiene como objetivo dar credibilidad a una historia simulando que ésta procede de un documento durante largo tiempo desaparecido.
Pues bien, los creadores del videojuego de El gran Gatsby se inventaron una historia con la que darle más interés a su obra. En teoría, un joven encontró el cartucho de la NES en un mercadillo y lo compró por 50 céntimos. Tras veinte minutos desempolvando y enchufando su vieja consola, el chaval se encontró con un juego japonés de acción plataformera que respondía al nombre de Doki Doki Toshokan: Gatsby no Monogatari.
A continuación, el chico comenzó a buscar información sobre el videojuego sin obtener ningún resultado. Ante tal rareza decidió crear una página web en la que contó todo esto, pidió ayuda para encontrar algo de información sobre el juego, subió una fotografía del cartucho original y varios escaneos del libro de instrucciones y creó una versión web de El gran Gatsby para que todos pudiéramos disfrutarla. Sencillamente magistral.
La noticia (que comenzó a propagarse gracias a una pantalla que mostraba una conocida ilustración de portada de la novela adaptada a 8 bits) corrió por los foros de Internet, se propagó por Facebook y por Twitter y muchos se la creyeron. Era una idea tan poética, tan mágica… Era como descubrir un tesoro o formar parte de una aventura de los Goonies. Sin embargo, todo era falso. La realidad es que fue desarrollado directamente como juego en Flash. ¿Una decepción? Quizá en parte, pero lo cierto es que esto le da un nuevo valor. Además, la genialidad de este juego va mucho más allá de la narrada estratagema: es un gran juego, de verdad.
Charlie Hoey y Pete Smith, los desarrolladores del título, concedieron hace unos días una entrevista a Kotaku en la que explican muchos detalles sobre El gran Gatsby «para NES» (leedla, es tremendamente interesante). Ahí cuentan que el juego es una aventura de saltos 2D al estilo clásico inspirado en muchas viejas joyas de los 80 como Mega Man, Castlevania o Ninja Gaiden aunque sin copiar ninguna de ellas. El objetivo no era realizar un derivado de otro juego ya existente sino crear un título que realmente podría haberse desarrollado en aquella época.
Hoey y Smith se sienten a gusto trabajando con una tecnología mucho más simple que las actuales. Esta filosofía, que comparten con otros desarrolladores independientes como los padres de World of Goo, defiende que la imaginación gana muchísima relevancia cuando los gráficos son más simples. El mimo con el que se ha tratado el juego ha sido máximo. Sorprende hasta qué punto se han documentado analizando la adaptación cinematográfica protagonizada por Robert Redford o mirando viejas fotos e ilustraciones de las localizaciones de El gran Gatsby: instantáneas del ferrocarril de Long Island o dibujos de la mansión de Gatsby.
La elección de la temática es lo que terminó por ganarme el corazón. Hace muchos años que leí la novela de Scott Fitzgerald y, aunque no se encuentra entre mis favoritas, me gustó, pero jamás se me pasó por la cabeza que las aventuras y desventuras de amores y amistades de la clase alta estadounidense pudieran trasladarse a un videojuego (o al menos a uno divertido). El protagonista en la versión de 8 bits es Nick Carraway, el narrador del libro, vecino del misterioso Gatsby y primo de la amada de éste. La idea me parece tan extraña que me encanta.
El gran Gatsby es todo un homenaje a los videojuegos de los ochenta y un hermoso tributo a la relación entre videojuegos y literatura, tanto la obra en sí como la historia orquestada a su alrededor. No puedo más que inclinarme ante los artífices. Fantástico. Espero que a vosotros también os haya gustado.