Los bancos son el poder, pero no es fácil saber hasta qué punto han sustituido a los gobiernos o a otros poderes que mantienen cierto grado de opacidad.
Los bancos son el poder o por lo menos un poder. Tampoco se libran del escrutinio y las urnas: se deben a los inversores, a las normas contables y a las autoridades (más los bancos centrales que los gobiernos); y en muy poca medida, a los clientes: por eso los maltratan.
En última instancia, los bancos dependen de la confianza. La exuberancia irracinal de los mercados de Greenspan.
Confianza hay poca en general. Tras el crack de 2008 el dinero va loco de un sitio a otro.
Han reparado en el fin de semana el crack del banco suizo. No parece suficiente.
–
«La solidaridad fallida genera gastos». Cory Doctorov, entrevista en epe.es