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El big data del alma

Cero covid trae más covid, cero democracia trae más democracia

Xi o No, vaya lío

El problema de China no es la política de cero covid: es la política de cero democracia.

En China ha salido la gente a la calle. Harta de que la encierren y la confinen. Valor de cierta democracia, como la española, que al menos permite protestar a veces. Y hay un TC que, bien que mal, reclama al ejecutivo (sanchero) la inconstitucionalidad del sus confinamientos. Niños encerrados en casa (si había casa, y niños!).

Un TC por renovar. Pero ahí está, el TC Live! ¡El TC y otros organigramas justicieros Liven!

En China no hay nada que hacer. Los encierran como a ganado y van tres años de gripe wuhanita. Del origen del covid no se ha vuelto a saber.

Al que habla le puede pasar como a Julian Assange: el de Wikileaks: vida totalmente arruinada. Ahora los medios que publicaron aquellas exclusivas piden un poco la libertad de Assange, una vez ya destruido. ¡A buenas horas!

El caso es que China iba a ser la bomba, iba a desbancar a USA… pero se ha atascado con el cero covid, que consiste en encerrar a millones de súbditos indefinidamente.

Algunos, como los cientos de miles de foxconn que hacen los iphones de apple (hace años se suicidaban bastante), no les dejan salir del trabajo, les ponen camastros, ¡qué suerte, se ahorran el alquiler!

Y aun protestan.

Los chinos se están cansando de Xi y ahora empiezan a decirle No.

Pronto los depurarán a todos como si fueran uigures.

Xi se ha autorrenovado a sí mismo en el mando supremo por tercera vez: en esos sitios reelegirse es la única forma de que no te depuren (maten), por eso Putin persevera en sí, aunque tenga que invadir Ucrania, país hermano o sobrino que no se deja vejar (no es no).

Las dictaduras se lavan con muchos inventos –la de Qatar ahora con el mundial de fudbito masculino–, pero siempre sale un espontáneo con la bandera lgtbi ante todo el mundo. O sea, que tiene más audiencia ese chaval con su trapo arcoirisado que todos los jeques o mandarines o zarinos con sus oropeles.

A este pobre Xi, el más poderoso de la tierra media, le salen unos cientos de estudiantes con folios en blanco –¡con lo caro que se ha puesto el papel!– y todo su poderío se queda en nada. Tendrá que detenerlos a todos, mandarlos a la tundra alelada, fusilar a cien millones… y seguirán ahí.

A Xi, si se descuida, le van a salir los zombis de Tiananmen ’89.

 

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