Veinte Segundos Veinte Segundos

El big data del alma

Se agradece esta monserga

Va todo según lo previsto, el espectáculo es alucinante. Sea lo que sea, impresiona. Es puro turismo incubándose en tu cerebro viajero. Es cultura, al menos de colores, símbolos, joyas, sagas… como el Juego de tronos o cosas de esas. Como La historia interminable, como Matrix… lo tiene casi todo, y en directo, y un poco gratis.

Gratis del todo no habría nada, según las leyes del universo, que por lo demás cambian a menudo, aunque ahora llevan décadas igual, qué aburrimiento, monotonía de sequía tras los cristales…

Se agradece muchísimo todo este despliegue, que es una inversión con retorno asegurado. Esos colores rojos no se consiguen así como así en Zara o en H&M. Son colores de siglos, de sangre liofilizada. Genealogías dándolo todo.

Se agradece porque además no hay víctimas, no hay violencia, todo está organizado desde hace décadas, hay un protocolo estricto, un orden, aunque a veces haya un FAIL o un ERROR 404, pero son minuncias, aunque los protas se alteren y pierdan los estribos, la calma.

Se agradece la monserga permanente porque instaura un espejismo de paz y boato, seguridad y merienda. Los que acuden y los que están firmes, han merendado; llevan buenos zapatos, o botas, y eso da mucho confort, aunque pasado mañana se hunda el subcontinente y sus díscolos islotes, aunque se reencarne el Duce en un chica en Italia, ya habremos pasado diez días de pax sobrevenida y ¡entretenida!

Algo de que hablar, ¡sí!

Algo que no sea el precio de la luz, el gas, la sopa, la FRUTA.

 

El problema será cuando acabe, ¿qué vamos a hacer? No echan nada comparable a esto.

La súbita supresión de estos contenidos fabulosos podrían provocar motines y disturbios.

 

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