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El big data del alma

La falta de hielo va a acabar con el gobierno

La falta de hielo es lo que va a acabar con Occidente. Y de paso, con el multigob esp. La invasión de Putin ya la hemos descontado, la inflación y la muerte ya venían solas, ya tocaban, los ciclos y eso.

Hay una nueva generación o dos de misiles y había que probarlos, airearlos ¡y venderlos!

Los misiles, si no se airean, son una ruina. El jubilado de alQaeda llevaba años en el balcón pero no le disparaban porque nadie se acuerda de él y porque había que aprovechar los dos pájaros y publicitar el misil, el Hellfire, que saca cuchillas y navajas como en una de Tarantino.

Occidente, aunque lo dejes sin luz a ratos, ya no se inmuta por nada. Son demasiados siglos mangoneando y heredando las diputaciones provinciales y los lander de padres a hijos como para agobiarse porque suba el gas.

Occidente tiene todo el dinero circulando por cuentas de las Bahamas, y los pies a remojo.

Todo el dinero negro circulando por sus propios bancos.

El primer Artículo de la ley de la ley de secretos oficiales es: el dinero no se sabe dónde está.

Pero esto del hielo es un disgusto muy grande. En el verano del fuego del infierno la escasez de hielo puede ser peor que lo del papel higiénico inclusive.

Un caos.

Lástima, ahora que había triunfado Rosalía Motomami saoko mami saoko.

El frenesí fiestero necesita el hielo como el comer.

No porque haga falta sino, y precisamente, porque es superfluo.

El hielo, pues que se derrite, es la esencia de toda fiesta.

Después de sus bacanales populares a Gatsby no le quedaba ni un cubito.

En fin, no hay Imperio Romano que mil años dure.

Aquí pay-pal y después glory-day.

La falta de hielo va a ser peor para el system que el verano del amor para la gama pantone.

La peli india RRR, de RS Rajamouli, es pura novedad, tres horas de violencia coreográfica y humorismo folclórico, tal vez el más difícil, revisionismo hindú de la brasa inglesa colonial, cánticos, proezas, mitologismos, todo muy vivo y sin reparar en gastos digitales, muy bonito impactante violencia poco apta para PAS (personas altamente sensibles), simpáticos adanes, balas mejores que en Matrix, flechas sin igual, maravillas, prodigios, heroicidades, sublevaciones… una maravilla absurda y alegre, un exceso que se celebra a sí mismo y destruye a la metrópoli dos siglos después. Otro estilo, otro cine, otros mundos.

En el verano del fuego del infierno (misil Hellfire USA que se metió en el balcón y troceó al jefe de alQaeda) la ciencia «resucita» órganos de cerdos, un gran avance para pelis de cerdos zombis y, en serio, para transplantes futuros. Resucitar con comillas, algo es algo. Trozos de órganos que vuelven al barullo, al bar, aunque no haya hielo.

Qué disgusto lorquiano, el hielo. Putin a nadie le importaba hasta que en los pueblos ha empezado a faltar el hielo. El cubito, como se autorecetaba Buñuel, bien duro, que no se deshaga. Y angostura.

Esto de los cerdos semiredivivos demuestra que el concepto muerte, tan unívoco y tan compacto, ya no sirve: según explican los científicos la muerte no es una sola cosa, a unas células les llega antes, a otras les llega de golpe, a otras por fases… y la acumulación es el THE END o THE DEN.

Así que el éxito zombi tiene sus razones ultracinéfilas, de la propia naturaleza.

En el valle del fuego del infierno (antiguo valle de lágrimas, todo evoluciona menos tú y yo) se ha acabado el hielo.

Y eso es lo más grave que está pasando y lo que puede hacer caer el multiorgánico gob sanchero, tan firme como una roca Tarpeya.

EXCURSUS:

Sin Villarejo o sucesores claros (quizá ya están nominados en los secretos oficiales, ¿cómo saberlo?) el país va a la deriva. ¿Acaso podrá sobrevivir con la incertidumbre del liderazgo de las cloacas? ¿Quién regulará el tráfico intestinal de fakes? ¿cómo sabrán los mercados e instituciones y grandes corps a quién recurirr para sus pufos si llega el caso?

(Fin de la cita)

La falta de hielo es lo que va a acabar con la soberbia de Occidente (mayúscula ya emérita). Y la película RRR, que se ríe del imperio brit.

Europa puede que lo supere pero España patria del hielo no podrá. España, en su primitivismo ancestral (que es lo que atrae al turismo), idolatra el hielo poque es sin duda una presencia divina, una deidad, algo majestuoso que siempre evoca el milagro.

España soporta todo, incendios, fiascos, corruptancias… menos la falta de hielo.

 

Ah, el día más corto.

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