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El big data del alma

Sólo con ver a la directora del CNI ya se calman las ansias

La mera presencia de la directora del CNI, Paz Esteban, ya tranquiliza el ánimo y eleva el patriotismo. Esta señora sale de un cuadro del Greco y con ella nuestros secretos están bien protegidos.

Ha salido a la luz la directora del CNI, espías españoles. Que han prestado grandes servicios a la sociedad y algunos han muerto en esos servicios, por lo general secretos, mal pagados, sin honores porque no se puede decir.

A veces, claro, como todos, los servicios secretos fallan y cometen errores y pifias, y los primeros que lo pagan son ellos y ellas. Lo primero el olvido, tanto si va bien como si va mal.

Otros países tienen su mitología ya muy formada en torno a sus espías, incluso excesiva y negativa, sagas y seres infinitas de bournes y bonds (la última con Craig ya jubilado). Pero España, poco avezada en las ficciones desde que Cervantes las parodió a todas, no acaba de lanzar mitos sobre su rica y variada historia. Ni sobre nada en general.

Cervantes lo hizo tan bien que nos curó de esas credulidades, así que no nos creemos nada si es nuestro. Y por eso, quizá, no nos ha interesado hacerlo. De ahí Anacleto, la estirpe de Ibáñez, etc.

El caso es que al hilo de los barullos del soft espía Pegasus ha salido la directora de los agentes secretos españoles, que es el organismo más discreto e invisible.

Aparte del frufru que se disipará cuando haya otra tontada de relleno lo bueno de este jaleo primavérico es que ha salido la directora del CNI directamente de un cuadro del Greco, y el impacto emocional ha sido tremendo.

Como es lógico la directora del CNI se llama Paz, y lleva una mascarilla negra hecha a medida (con patrones del Burda) que fascinará a las cancillerías morunas, siempre atentas a dejarse fascinar por estos detallazos.

Los arabescos bordados y la botonadura de la directora llevan mensajes en clave que solo sabrán descifrar sus homólogas y cuatro expertos semiólogos.

Pero yo, que frecuento el libro de símbolos de Cirlot, les puedo decir que esa indumentaria transmite paz, eficacia y discreción.

Aparte del barullo fakeante para cebar telediarios con cosas de espías la imagen de la directora del CNI ha servido para acallar a los enemigos íntimos de España y para tranquilizar a los genuinos patriotas apátridas (casi todos extranjeros agradecidos). Sale de un cuadro del Greco ergo todo está OK.

Seguramente todo irá bien.

Ya puede usted (foto de abajo obtenida de su móvil) hablar en paz que nadie interceptará sus cosas.

 

 

 

 

 

 

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