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El big data del alma

Compren más armas

España ya se ha hundido, y Europa. Putin, que según los expertos perderá la guerra, ha ganado la batalla de arruinar al mundo. España se hunde en los precios y la inflación mata callando.

Sx Sánchez ya no tiene dónde huir, ha de salir a recorrer Europa con su jet de segunda mano para que la Unión impida el atraco de la electricidad, ya muy evidente. Y para que quede claro que no es cosa suya, sino de la propia Unión. Sx va a buscar soluciones o a mostrar que el problema le desborda.

La tarifa se fija a favor de unos cuantos y en detrimento de todos. Las eléctricas gobiernan y los gobiernos obedecen. La locura de Putin ha hecho saltar la banca de la corrupción legal universal. El neolib no tiene medios para responder a esto.

La locura de Putin, que perdiendo gana porque arrasa el continente, arruina todo lo que toca. Las sanciones son de doble sentido. Los metales para microchips salen en gran parte de Ucrania. El sistema provee el ocultamiento sistémico de las fortunas y no se puede levantar el velo sólo para los rusos.

Ganadores absolutos tal como estaba previsto: fábricantes de armas, el negocio ideal. El mundo entero ya viene gastando en armas mucho tiempo, pero faltaba Europa, que es un mal ejemplo: señoritos pijos que no gastan en armamento, ahora verán. Trump ya vino a exigir que pagara cada cual su cuota de la OTAN. Pero sin la ayuda de Putin nadie se animaba a doblar el presupuesto. ¡Alemania!

La Unión aumenta sus presupuestos para armas, guerra total en paz. La Tercera Mundi está en marcha, avanzando por todos los frentes. El primero, Ucrania, luego, el supermercado de cada pueblo de la antigua Europa. Y la gasolinera.

Este finde aún habrá coches de excursión en las zonas en aparente paz. Quizá los penúltimos.

Sánchez se reúne con sus homólogos a ver cómo sobreviven a sus respectivos compromisos locales. El horror de Ucrania devastada por un megalómano tarado se sufre ya en modo precios y angustia en todas partes.

El traductor de Borges al Ucraniano y su mujer siguen en Kiev

 

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