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El big data del alma

Reforma laboral en el abismo

Por un voto ha sacado el gob esp la ref lab. Es un apaño que aliviará algunas lacras de la anterior y mantiene otras. Pero incluso eso ha costado sudor, crisis y dinero al gob. Tres de sus socios se han rajado y los dos dipus de UPN han cambiado de bando al final. Esto hacía perder al gob, que se ha beneficiado de un voto a contrario del PP. 175-174. Más el lapsus de Batet anunciando la derrota.

Final de ictus digno del envite. El gob saca adelante su parcheado de la ley de Rajoy y anuncia siete días de alivio de luto para cuidar a familiares… Se trata de dejar vías para respirar al machacado subproletariado: que de vez en cuando pueda ganar unas horas, un alivio. La patronal ha aprobado este alivio, Europa lo avala. Ha sevido para que los socios y las oposiciones se hagan ver. Todo es precario incluyendo lo más estable.

Porque todo tiembla: Lagarde balbucea, la gasolina sube como si fuera la luz, lo de Ucrania, como todo lo que ocurre, es la excusa ideal para apretar, la doctrina del shock en marcha.

Para compensar este superagobio que prolonga y pone más desnivel en la cuesta de enero el gob sancherista anuncia que pronto decaerán las mascarillas en la calle, especie de bozal gratuito que escenifica la sumisión y confirma el miedo como escenario absoluto.

Las psicólogas no dan a basto. No tienen minutos para tantos clientes desesperados. El acoso laboral se combina con la extenuación laboral. Esto no hay ley que lo repare, aunque quizá esta reforma, ojalá, sirva para paliar la masacre.

Está bien que tras arduos forcejeos el gob haya parcheado un desastre… en el abismo. Correcaminos sigue corriendo para no caer.

Sx –antes Sánchex, antes Sánchez–, sale ganador por un voto perdido pero los socios confirman que no pasa nada, solo le han negado el voto para tomar distancia de cara a sus electorados, que vete a saber dónde están.

La gasolina es la auténtica reforma laboral. La inflación corroe los países y mata a las personas.

Y en esas estamos mientras esperamos que vuelvan los cincuenta millones de turistas perdidos en la pandemia. Sin turistas el país es irreconocible. La auténtica España vacía.

 

 

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