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El big data del alma

La pecera doméstica, mueble inminente

Inflación diciembre 6,7 – TOPE INFL!!!

Sx dijo aquello de que no se pagaría menos por la luz que en 2018. Pero sigue triunfalísticamente.

Hace discursos que nadie ve, pero todo va bien. Esp se ha portado económicamente peor que nadie en la pandemitis. Pero todo OK.

La sanchería es inminente, como siempre. Nada que hacer. Sx domina el espacio aéreo mental middle-esp.

Los contagios disparados y el cotillón en duda pero a tope, las escuelas ni se sabe.

Las ccaa’s dudan de sí mismas en pleno sanchazgo dinero para amigos, como suele ocurrir con al partido ómicron y sus sociminis.

Hay que ir removiendo la jerga oficial y allegada porque si no la hipereality se hace orwelliana enseguida. En dos años el poder te conmueve con sus jergas orientativas. Lo que se puede pensar. A quién seguir. Y lo mismo su polo opuesto, que es idéntico excepto en las caras.

La peli No mires arriba te deja un desasosiego profundo residual como si hubieras cenado demasiado plástico, te ríes a veces, poco y mal, te aburres, te cansas, salen megustas y redes hiperreales, lo que es realista (realística horriblera), pero no deja respirar a la antigüedad. Los que queremos vivir como si eso no existiera, mientras pudimos, etc. Da más miedo lo real que lo forzado.

La peli mata porque es idealmente perfecta, o sea, horrible. Cuesta seguir en este inframundi como si tal cosa, pero eso es lo que hemos de hacer. O qué.

La moda que viene que me acabo de inventar es la pecera doméstica, minioficina insonorizada y acristalada demontable pero poco, mejor casi fija, para que cada miembro de una familia deshecha/normal pueda teletrabajar o videodisfrutar (todo a la vez, cual suele) o teleestudiar y examinarse… sin molestar a los demás. Y sinsentir la soledad del espacio profundo.

La pecera doméstica crea un ambiente individual/familiar/laboral/académico/jugón, Ikea tiene que ver esto.

 

 

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