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El big data del alma

Poderío chino y rebote de Rusia

Parece que Rusia Putin se enfrenta con cierta virulencia con USA en zona UE / OTAN, todo ese frente olvidado y de actualidad. Parece que Rusia Putin tiene unos misiles hipersónicos muy rápidos que desafían algo al languideciente postimperio USA, ya volcado en lo virtual, metaverso de sí mismo/a. El ciclo América primero y la retirada de Saigón Afganistán ha sido demasiado. Rusia sanciones gasoductos fricciones permanentes. Crimea 14.

Parece que este marco encaja con la novela de Ken Follet, Nunca, que se remite a la 1ªGM en la que nadie quería incurrir y cayeron todos como sin querer, por errores, fallos, desidias. Follet sugiere que podría ocurrir algo parecido.

Y parece que lo de Rusia es una distracción del auténtico rival/enemigo que es China Xi, que sí que tiene misiles hipersónicos mucho más avanzados que USA. Biden Putin van a reunirse a ver si pueden reducir la tensión y quizá a ver qué pueden hacer con China, que se come a ambos y a todo el mundanal ruido.

China oculta sus datos, sus barcos, lo que pasa en su insondable continente, que ya abarca medio mundo. Nadie sabe nada. Y cada vez menos. Los datos se han secado. El régimen de Xi, dictadura absoluta de datos personales, tiranía sin fisuras, opacidad modélica.

Parece que la movida rusa es por existir en un mundo que ya ha encumbrado un nuevo imperio, aunque nadie, ni él mismo, quiere reconocerlo.

Queriendo o sin querer en dos años China ha reventado el mundo. Con un virus letal que sigue en marcha y mutando. Misiles, presión sobre su zona de influencia, opacidad progresiva. Quizá es sin querer, mera casualidad, coincidencia. Pedro Baños en Vozpopuli sobre el poderío chino.

En la película de Joseph Sargent Colossus, de 1970, (retro-spoiler) USA entrega su poder militar y estratégico a un sistema informático, una especie de IA, y en cuanto lo enciende el sistema se reconoce con uno similar que acaba de estrenar la URSS: ambos colosos se unen y se apoderan de todo e impiden que los humanos, perplejos por el monstruo simétrico que acaban de empoderar, los desconecten. Al revés que le ocurre al pobre HAL 9000, que lo apagan (2001 Una odisea en el espacio es de 1968), aquí gana el superordenador. Eso sí, reina en un mundo en paz porque él es quien controla los misiles.

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