Veinte Segundos Veinte Segundos

El big data del alma

Dame un día

Una señora mayor, con acento rumano, friega un patio y la acera de la calle y le dice a un hombre:

–Dame un día

El hombre no responde. Ella añade:

–En tres meses no me has dado ni un día de fiesta.

Luego pasan mil años en un suspiro. La idea de la semana/milenio es que la precariedad ya ha sido superada por abajo y es objeto de sana nostalgia y añoranza residual…

Pero siempre hay cosas nuevas y alicientes septembrinos.

Lo difícil es hablar con alguien, ya que todos son rivales/enemigos en potencia. Hay peleas por conseguir el último chip.

Y todo así.

La dura vida de occidente tras la caída de Kabul. USA se ha ido del mundo… de momento sigue sin haber nada que hacer.

La precariedad volverá, afirma Boris Johnson con un mandil mientras impone nuevos impuestos para salvar la sanidad.

Los países coloniales ni siquiera pueden enfadarse con los que les colonizaron. Se tienen que enfadar por otras cosas.

No es fácil enfadarse, es un gasto extra de energía… hay que calcular bien los beneficios… y los riesgos.

El resquemor está de moda pero es caro.

Sube la compraventa de pisos al mismo ritmo que los embargos & desahucios. Quizá son los mismos pisos.

Empieza el curso, el momento más temido por Silicon Valley: sus aplicaciones van a estar tantas hora sin niños. Excepto que los maestros abandonen su presencialidad.

Sillicon Valley se hará cargo poco a poco de la educación… y de la sanidad.

Dame un día.

Podría ser una canción para Rosalía.

 

The Economist se pregunta por qué la gente está tan triste sobre el mundo del trabajo, y añade que los críticos del capitalismo siempre han dicho que la vida laboral está en decadencia. Es de pago, claro.

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