Al que ataca a la nación esp se le premia con la esperanza de que deje de hacerlo y/o se le premia cuando ha dejado de hacerlo, siempre que sus votos sean necesarios para el sostén de la sostenibilidad de los gobs esps.
Esto ha pasado y pasa con la banda asesina vasca y ahora va a pasar con los presos cats del año 17 aunque el TS diga misa.
Es posible que estos métodos de ir conllevando el crimen y la sedición acaben con la propia nación esp pero de momento se trata de ir tirando.
Las víctimas se fastidian y el gentío, si llega a fin de mes, se resigna. Todo antes que la violencia, sea explícita o bizantina.
La conllevancia tiene sus límites, pero para imponerlos hace falta una fuerza (moral y práctica) que ahora mismo, ni nunca, han tenido los gobs esps.
La banda asesina vasca dejó de matar y ahora hay que ir soltando, poniendo sueldos y homenajes a los condenados aquellos hasta que desemboquen en héroes patriotas, etc.
Los del procés ya han dicho que lo van a volver a hacer. Quizá hayan aprendido y a la próxima lo hagan mejor. De momento ya piden un banco público.
Según la conllevancia habrá que darles todo lo que pidan a todos los que puedan apoyar a los minigobs sucesivos.
A eso se refieren Sánchez y su ayudante que se tiraría por él por un barranco no sin antes haber organizado el 2050 esp y la agencia espacial esp y el reparto de los euromillones, ya olvidados en algún excel de Bruselas.
Entonces, rezar para que todo vaya bien en general y que afloje el supremacismo sectario y la violencia política y que vengan cuanto antes los 80 millones de turistas que se abstuvieron el año pasado.
El nuevo/viejo desafío es que el amigo Marruecos se comporta como una autonomía más (quizá lo es, o le gustaría serlo), crispando sin límite y eso. Utiliza la misma táctica monserguera de los modelos que tantos semiéxitos van consiguiendo. De ahí la imagen que evoca el Barranco del Lobo.