Además de la polarización loca que destroza el país hay otras cosas. El Parlamento Europeo ha premiado a la iniciativa del distrito de Puente de Vallecas de Madrid Somos Tribu VK con el reconocimiento Ciudadano Europeo 2020 por la «importancia a nivel social» de esta red para ayudar a «los más vulnerables» durante la pandemia. Más de 1.500 personas voluntarias trabajando por los demás ante un desastre.
Además de la ferocidad de la lucha política y sus negocios asociados hay otras cosas. Pero el Eurobarómetro refleja que en España no estamos muy contentos con el sistema y su funcionamiento. Lo cual es bueno, porque es evidente que tiene margen de mejora.
En estas calamidades, las elecs Cat condensan todos los puñales. Ya sabemos que todo va por centésimas o milésimas y que hay que ajustar y pactar. Los enfrentamientos a saco son una locura, no son prácticos. El trumpismo ha perdido en USA y se recrudece en sus periferias infinitas.
Ante esta locura política, siempre asomados a la boca de nuestro volcán, un pie dentro y otro fuera, vuelve el concepto de la tercera España, y se explica su genealogía, sus adalides históricos.
Quizá esa tercera España es la que tuvimos hasta el CRACK anterior, el de 2008, que aún persiste tanto. Más o menos hubo una terecra España. El fallo es quizá que los que mandaron en ese oasis de paz y prosperidad robaron a manos llenas sin límite, como se va viendo.
El CRACK del año 8 y la magnitud de la corrupción estructural están cuestionando esa tercera España, que ha sido la mejor que hemos tenido jamás. Sin el desastre anterior y sus austeridades criminales el sistema seguiría sano y floreciente.
Pero el CRACK del año 8 lo rompió todo.
Y en esas estamos, en medio (o al principio) de otro SuperCRACK (con las defensas diezmadas por los recortes y caos del anterior), tratando de recomponer el puzle ya bastante roto.
A ver si lo conseguimos sin destrozarlo todo. Y sin robar lo que queda, que son deudas.