Veinte Segundos Veinte Segundos

El big data del alma

Vox ya es un partido de Estado

Desde la semana pasada Vox es un partido de Estado. Su abstención en el decreto de recuperación impidió que se retrasara más aún la llegada de los euromillones, que ya llevan retraso como las vacunas.

Todo va en deuda y futuro, así que la utopía, ya desaparecida, la estamos haciendo a mala gana, sin querer. La Unión Europea es la pura utopía, la ciudad ideal del futuro, aunque en este caso se construye o se imagina a base de deuda, que une mucho. Una unión monetaria de tribus solo podrá soldarse a base de deuda. Cuanta más, mejor. Estados Unidos hace lo mismo.

El proyecto sugestivo de vida en común de Ortega es la deuda.

Italia propone de presi a Mario Draghi, un hombre de un prestigio inmenso desde que dijo aquello de haremos lo que haga falta y será suficiente. Los países del euro se van deshaciendo en sus monsergas mientras llega el dinero, que será alegremente malgastado para engrasar sus respectivas corrupciones, estructuras ya muy viciadas que vienen desde Roma, los visigodos, etc.

Los mitos modernos ya no sirven para esta post época, temporadita en el infierno que paradójicamente puede alumbrar un mundo feliz, próspero y orgiástico, con los pisos accesibles, etc. Volverán los créditos basura con el coche incluido en el pisito de Pepe Isbert.

España no tiene funcionarios ni puede tenerlos (en CTXT hay un art breve y práctico sobre eso, ahora no puedo lincarlo), las leyes son terribles, poco prácticas. Sin funcionarios no hay nada, y por eso el Estado ha petado en esta crisis y en la anterior. La precariedad viene de las alturas y se implanta de abajo arriba. Pero afecta a todos. El cohete de Musk se ha caído. Bezos deja de ser CEO y repartirá con un mochilón. Llega un momento en que el magnate añora la precariedad que está por todo menos en sí mismo (el billonario es el único que puede sentir el vacío de la muerte en toda su plenitud). Gates se echó al altruismo y es un auténtico gurú de este subsector tan necesario dado que los sectores de verdad han esquilmado todo y apenas cotizan. Bhopal.

En fin, que Vox, quién lo diría, ha salvado al gob sanchero y su decreto de too-pa-mí. Ahora los de Vox, en vez de ser seguidores de los gamberros del Capitolio, son un partido de orden, que en este caos quiere decir desorden, pero en plan sanchero, o sea: too-pa-mí.

Lo que no dice el gob es que para cambiar de sexo habrá que estar en pax con Hacienda, lo cual limitará el alcance de la ley a tres o cuatro personas.

Los comentarios están cerrados.