Veinte Segundos Veinte Segundos

El big data del alma

Se acaba el año covídeo

Se acaba el año infame y empiezan los felices 20 bis, El gran Gatsby, la generación perdida, la era del jazz, que ahora se llama perreo, etc.

Aunque generaciones perdidas hay bastantes, o muchas.

Postperreo, ya cultu(r)al, feminista, social, narcisismo del tú, nuevas remixeaciones, copiapega de octava mano, nuevos consumismos del karma, que es casi gratis, excepto el aire y el agua, ya en bolsa ambos. ¿Qué queda?

Schopenhauer, Spinoza…

La eólica ha marcado otro record, y los propios ventiladores acaban por producir el viento, que va y viene entre ellos en una jaula de Faraday, hemos llegado al movimiento perpetuo, la alquimia va a estar de moda en el 21, año ideal para disfrutar de todo lo reprimido, que es todo.

Disfrutar de lo prohibido, recuperar lo nunca visto, aprovechar lo deshechado.

El 21, a poco que se deje, va a ser una fiesta perpetua, con la eólica y la eléctrica zumbando casi gratis por esos desmontes.

Todos los beneficios podremos dedicarlos a corrupción.

La España vacía produce más watios que toda África y Alaska y los pegamoides juntas, la España tuareg, animismo ilustrado, ciencia inexplicable a fuerza de IA: resultados que parecen milagros. Algoritmos a punto de imaginar el mundo. (En otros países, aunque todos son España o anhelan serlo).

Las cuatro letras y el uracilo aun tienen todo por crear y descubrir. ¡Libertad combinatoria!

Se acaba por fin el año covídeo, un numero redondo 20-20, el desastre micro, casi nano, el desastre oblicuo (el virus vuela de lado).

En fin.

Aun queda un día y otra eternidad.

 

 

 

 

 

 

 

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