Veinte Segundos Veinte Segundos

El big data del alma

Epígonos hackers

Donde nada hay todo es sexo

Akinawer, aka Prudencio

Estados Unidos reconoce que los hackers han entrado hasta la cocina de sus sistemas sistémicos.

Ahora todo es sistémico, por eso.

Ha sido más grave de lo que pensaban. Ni siquiera conocen el alcance de esta intrusión. Un desastre. De los rusos, dicen.

Hasta dónde han llegado, qué saben, qué han dejado dentro.

Pero quizá han legado tarde. El desorden es enorme. Millones de emails y docs que nadie leerá jamás.

La IA no está preparada para eso. Millones de papeleras sin vaciar. Windows va a coldsplayar el universo.

El espía espiado. El imperio del hackeo ha sido espiado. Oh mammi blue. Juanita banana. En ese Plank.

II

Esta noticia va creciendo en las esquinas de las redes, afecta a todo, a usted o a mí, a Franco Battiato.

Todos fuimos intensamente escuchados y vigilados en Woundek Knee (Redbone)

Escuchando a Battiato reborn con Margot Hotel (el único abierto) y el reponedor de enlaces rotos.

El gentío ya entregó todos sus datos hace años, gratis y sin esperar todo a cambio. A nadie la importa nada de nadie por eso este adn te doy mi babyboomer para que lo remixees roland pump pump.

Ahorita queería estar con Stark en Palafrugell, aquell hotell.

Sintetizador de pollitos en una cinta sin fink (larry), tozudos, greñudas, pelarzas, carbunclos…

En El Cid (Amazon) sale Jorge Asín, mejor que Charlton Heston. Asin mejor que Heston.

Mank es buenísima de ver dos veces (Netflix), aguanta mejor el paso de los minutos que Ciudadano Kane el de las décadas.

Sobrevaloracionismo expandido perpetuo. Insert Kane.

Y así all.

Estamos siendo intensamente espiados y cribadas son nuestras almitas por los epígonos del hackear.

Cuando ya los compis de Snowden (ya enmadronado en Rusia) de la nsa se han prejubilado, cuando los datos que les dimos y nos robaron en las primeras olas se han oxidado en sus almacenes, tirados por las calles en latas viejas nuestros bits perdidos egos bajo la lluvia, cuando hemos sido formateados mil veces, ahora llegan los rusos, tan tarde, sputnik, Laica, guau miau, a ver qué queda por ahí.

Qué queda de ti

qué queda de mí

Solo está la ametralladora que dispara sola, a distancia, me la pido para Reyes.

En la hora de Le Carré

 

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