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El big data del alma

El capitalismo de anuncios

La macrovida económica se reaviva con los anuncios de las vacunas. El capitalismo de anuncios va a tope. La Anunciación de las Vacunas dispara las fusiones inconcebibles.

Uno muy grande puede caer y arrastrar al entorno, país, continente, mundo, pero dos muy grandes aguantan otra temporada. Lo ideal es acertar en el anuncio y en el momento. Así, aquella salida a bolsa de Bankia, de la que nadie fue culpable. El mercado, los negocios, la mala suerte, lo que sea.

Los anuncios dan esperanza porque presumen que habrá un futuro.

Las megafusiones traen alegría a los pequeños, pues ellos heredarán algo, aunque sea una oficina okupada. Los pequeños se animan también estos días covídeos, pues los anuncios de vacunas y fusiones hacen correr la calderilla.

El capitalismo de anuncios viene, como todo, del Evangelio, la Biblia y las mitologías anteriores, que siempre estaban anunciando cosas, advenimientos, fusiones ciclópeas, catástrofes y fin de los mundos. El marxismo aprovechó esta cosa tan humana de anunciar y profetizó el fin del capitalismo. Pero lo que ocurrió es que ambos se fusionaron, incubaron súcubos e híbridos y en esas estamos, esperando nuevos anuncios y nuevas combinaciones.

La teoría del caos desbarata las proyecciones pero eso da igual porque no suele haber nada más que eso, anuncios, esperanzas y expectativas. El capitalismo de anuncios nos trae hoy las vacunas y eso anima a fusionar monstruos inconcebibles y a que corra la calderilla.

 

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