Veinte Segundos Veinte Segundos

El big data del alma

Encuentros inocuos y simetría perpleja

S y C se han visto en la Moncloa. Al ir ambos de azul y tapabocas negro, enseguida han confundido sus papeles. Se han fumado sendos puros* mirando sus móviles en los mullidos sofás.

Luego han acordado no acordar**, qué decir a la salida y se han despedido cordialmente.

Sin reparar en la confusión cada cual ha dicho las frases del otro ante la indiferente supervisión de edecanes, asesores y escoltas que guasapeaban sin parar.

Nadie se ha dado cuenta del cambiazo porque nadie prestaba atención, y además, igual da porque todos comparten un universo común, un consenso amplio en los métodos de cobro, etc.

El público cautivo que seguía esas ceremonias sesteaba bajo una inmensa montaña de datos y acunado por la rutina de las nóminas que sujetan el sistema en sus ejes. El resto estaba repartiendo por las casas con la lengua fuera o pensando qué hacer o haciendo cola para mirarse.

Finalizado el paripé los líderes se han evaporado en sendos autos. Cada cual se ha ido a la casa o la sede del otro y ha seguido con su vida, que no era la suya pero en fin.

Cuando se han dado cuenta del desliz han llamado a los chóferes y han vuelto a sus destinos. Al cruzarse los coches S y C se han saludado con la manita en una estampa simétrica.

 

______

*Los puros que se dejó Rajoy.

**No acordar es el supremo acuerdo.

Captan onda gravitatoria enorme difícil de encajar en lo que se sabe hasta la fecha (lo que da alegría, pues indica que aun queda universo y misterio para rato):

Physical Review Letters y Astrophysical Journal Letters

 

Los comentarios están cerrados.