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El big data del alma

La ilusión de un viernes de julio en Europa

Estamos viviendo en una nube. La nube de la Unión Europea.

Una vez firmado el acuerdo a las cinco y media de la madrugada del martes 21 de julio hemos saltado a otra dimensión.

Es algo teórico, espiritual, pero lo ha cambiado todo. Hay otra sensación en el ambiente.

¡Incluso hay ambiente!

 

Espiritual: 750.000 M€.

El acuerdo para endeudarnos juntos es un hito irreversible.

La deuda une mucho, o todo.

Es la señal que esperaban tantas familias para, a su vez, endeudarse.

O por lo menos anunciarlo.

El posmundo funciona así. Y no funciona de ninguna otra manera.

 

El gob ya actúa como si lo tuviera en su mano (el dinero)

Y cada cual, en su casa más o menos okupada, lo mismo.

Europa es mucho más rica que el lunes pasado. Ha decidido algo inaudito: existir

Europa sigue a Teruel.

 

La ilusión es más fuerte que la realidad y, a su vez, la configura.

La ilusión, a veces, produce realidad. A veces, ojo.

Como creadora de realidad, mejor la ilusión que el odio.

 

La semana hay que capearla como se pueda. Clin clank, esto y lo otro. Facturas, trámites, clientes, escuelas, reuniones… ¡actos!

 

Pero el viernes ya es día para soñar a pecho vivo.

Hasta hoy viernes las europeas no se habían permitido procesar el acuerdo del día 21 de julio, a las 5,30 am.

Parecía un sueño.

Solo leves chispazos. La semana es lo que es.

De hecho, las portadas de ref de este viernes destacan esta espresión: ocio nocturno.

Ocio nocturno de Chopin

Tiene que ver con los coletazos de la pandemia.

En esas estamos…

 

Pero entre las tinieblas, el turismo que no viene, los coches, el comercio, el desastre de Annual…

Asoma la esperanza.

La esperanza de Europa.

La ilusión de un viernes de julio.

Por eso estamos en una nube.

Gracias.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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