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El big data del alma

La final de la Champions de la Unión Europea

La cumbre UE es la final de Champions y Eurovisión juntos. Todo en un pack: aburrido y apasionante.

Y todos han de ganar/perder. Es emocionante, aunque no se entienda.

O por eso mismo.

La intuición y las demostraciones de Anu Bradford en su Efecto Bruselas desvelan el poderío de la UE por el mundo: un poder blando, pero impecable, legal, que crea un modelo universal.

Las regulaciones de la UE en defensa del consumidor/ciudadano se imponen por esos mundos.

Nadie las hace tan bien, tan pelmazas y tan protectoras. A veces los burócratas se equivocan, o ceden ante los lobbis, etc. Pero a la larga crean hábito, escuela, estándares:

La tesis de Anu Bradford se demuestra esta misma semana con la sentencia del TJUE sobre la forma de enviar datos de europeos a USA: el alto tribunal europeo la ha anulado. Caos y lío digital. Pero la ley hay que cumplirla. Y USA pasa de exquisiteces.

Todos los países echan mano del programa espía que se ha vuelto a poner de moda. Cada revelación de pinchazos dispara las ansias de la clientela.

Hasta lo de Apple (13.000 millones) mola. Garantismo y regulación en un mundo enloquecido que funciona sin normas.

La cumbre disputa entre crédito o transferencia, todo es deuda, la proporción es la clave: deuda individualizada o sindicada.

La inyección covídea de Bruselas se debate en el mismo bloque del presupuesto. Digitalización, cambio climático, vida social sana…

El lío es lo nuestro.

Que la UE no se rompa. Polonia ya está con un pie fuera de la ley, etc. El grupo de Visegrado juega aparte. En la liga populista.

En Polonia hay partido: ganó el autoritario por los pelos. (No sabemos si ha intervenido Facebbook como cuando lo de Cambridge Analytica). No sabemos nada. De ahí el afán por espiar.

Aun así la UE es lo único que da cierta esperanza en un mundo de autoritarismo brutal. Suerte que a Trump el sistema USA, bien contrapesado, no le ha dejado más que tuitear, que ya es bastante. Y algunas locuras. Y China… en fin. India, Rusia, Turquía…

Guerra fría ardiendo por esos mares y fibras; hackers y crackers de Estado.

De momento, mientras discuten en Bruselas, nos quedamos con la señora Merkel, que lo va a intentar.

A ver si no les sale tan mal como la otra vez, en el crack del año 8, con los PIGS, que casi nos matan.

Ánimo con todo. La final va a ser larga.

 

 

Reino Unido seguro al 95% de que Rusia intentó hackear la vacuna. (The Guardian)

 

 

 

 

 

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