Actualización: 20:40 h
Aprobado el Ingreso Mínimo Vital sin votos en contra. ¡Yepa!
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En la postvida covídea. Avanzando entre precios disparados. Rebajas en el tercer par.
Se vende reactor nuclear de bolsillo. En Wallapop.
Mejor no nombrar nada de la espesa realidad. Digamos, con el filósofo estoico:
–¡Soy inmune a la realidad!
–¡Qué tío, así cualquiera!
Pasado lo peor, empieza lo que manden.
La tienda de jamones y quesos no vende, pero aguanta. Rrrrr.
Pasan los carretones del siglo XX rociando gasoil.
–¡Viva el CO2 y el ruido!
Cada cual puede ir fakeando su universo paralelo, siempre bajo la vigilancia de las apps subcutáneas.
–Elija: Google o Facebook.
Aquellos inspectores, los hombres de negro, son una broma comparados con la nueva vigilancia universal.
El algoritmo siempre falla, por eso es perfecto.
–Este algoritmo te clava el alma del súbdito.
–¿Seguro?
–Ni se cantea.
Están en ello, hay que contratar algo para vigilar a toda esta gente… que se puede desmandar. Como Norma Desmond.
Libertad y libertinaje. LiberPillaje.
Lo que el viento se pudo llevar.
Guardias civiles salen a perseguir a pistoleros sin chaleco. ¡Socorro!
–¡Manden un chaleco a Teruel!
Apenas se podrá hablar, aprovechen estos últimos días de leve desorden heredado.
La libertad inercial, previa al estado de virus, aflora a ratos, chispazos.
La normalidad es nada, o casi nada. Ambas privadas, de pago.
Casi todo lo básico es Premium. Como siempre, pero más legal.
Todo atado y bien atadico.
Los héroes y las heroínas cobrarán menos en general. Los héroes siempre han sido gratis.
El trabajo podría hacerse desde casa (¡desde China!), pero el subsidio será presencial.
–Persónese usted en la fila digital.
Este subsidio bien merece unos ipones nuevos para los que lo hemos votado. ¡Y dietas extra!
Jesús qué sudores.
Mejor no nombrar todo eso tan arduino. Como siempre, cremallera total.
Flecos haylos.