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El big data del alma

La mejor noticia, el regreso de «El hormiguero»

Ha vuelto el programa El hormiguero y es lo mejor que podía pasar. Hay mucha gente mayor que no hace más que ver la tele y está obsesionada con los síntomas y las malas noticias de la pandemia.

Las teles tienen una gran responsabilidad en estos días terribles: sería bueno que limitaran un poco la exposición al contenido letal porque eso causa un daño incalculable.

Sería bueno que proyectaran películas amables, sencillas, fáciles de entender, comedias, cine español… para aliviar la tremenda presión de tanta gente que no dispone de otros medios ni canales ni sabe cómo manejarlos. Los hijos y nietos no pueden desentenderse de esto porque es un tema crucial, han de asistir a los mayores y proporcionarles entretenimiento no tóxico, conexiones, canales, etc.

En este contexto en el que la gente se infecta a fuerza de ver noticias horribles y escenas apocalípticas el regreso de El hormiguero, ayer lunes comenzó, es una buenísima noticia.

Un programa que hace reír no tiene precio, es un bálsamo, es mejor que la vacuna (si la hubiera).

A los dos minutos te has olvidado de que no hay público y de que el programa está hecho con lo justo, Pablo Motos es una maravilla, benefactor de la humanidad doliente y sufriente. Sale el Monaguillo y se alegra la vida.

Los moñacos, Trancas y Barrancas, han dado la vida a miles de personas que no tenían otra posibilidad de sonreír y de distraerse, yo entre ellas este año, lo que agradezco infinitamente.

¡Viva Pablo Motos y el equipo de El hormiguero!

 

 

El gob sanchero, en lo económico, hace lo mismo que en lo sanitario: prohibir prohibe bien, pero las medidas positivas las toma solo para sí mismo (cosa lógica en un gob): para permanecer indefinidamente en el mangoneo, lo demás es accesorio. Y mucha propaganda. Aquí, la ministra Calviño, racaneando.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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