Veinte Segundos Veinte Segundos

El big data del alma

El ascensor

Unos quieren esto, los otros aquello. Todos viven bien. La pelea siempre es trivial, puesto que cuando mandan apenas pueden hacer nada, excepto blindar sus privilegios, que son los mismos de los rivales cuando llegan al poder. Los privilegios se van consolidando con los trienios. Solo se reducen o se limitan un poco cuando se va a hundir el mundo.

Cuando ha pasado eso se ha abierto un hueco y han entrado algunos advenedizos en la cripta de los misterios del Estado. Ahora están viendo que allí no hay nada, excepto el sello con el que se fija su pertenencia al club. Ya es suficiente. En el horizonte giran locas las puertas de salida, que ya consagran el ascenso para dos o tres generaciones. Gracias, enhorabuena, amén. El ascensor grande o montacargas tuvo un momento de gloria, y enseguida se rompió. Ahora hay que escalar a mano, dando mandobles en las teles. No es el peor trabajo.

Hoy estamos en Davos, probando la sopa mágica del gobierno obediente universal. ¡Gastor pagados!

 

La entrevista a un Junqueras airado y radical.

 

Exito y fracaso de la ficción. Por Daniel Gascón.

«Voy a citar a Kant para que se vea que no soy politólogo«.

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