Un grupo de científicos ha creado organismos de un milímetro «con funciones personalizadas creados a partir de bloques de construcción biológicos específicos basados en un algoritmo evolutivo». La cita es de Agencia Sync, que titula la noticia «Cosntruyen los primeros robots vivientes». (Revista PNAS: https://www.pnas.org/content/early/2020/01/07/1910837117 )
La noticia ha competido con el aluvión del nuevo gobierno, la industria que ha reventado en Tarragona, la chapa que ha volado casi tres kms para matar a un hombre en su casa… y las locuras del mundo. El breve atisbo de vida creada de restos de una rana se ha evaporado en el remolino de las cosas que van y vienen.
Células de rana, algoritmos en un supercomputador, probando infinitas veces… Y salen, al parecer por primera vez, criaturas híbridas de matemáticas y vida, biobots. Un biobot de medio milímetro que hace una función: acarrea algo, va de un lado a otro, obedece a unas instrucciones básicas; forma un círculo. Y lo mejor, se reconstruye cuando le pegan una cuchillada. Casi lo parten por la mitad y enseguida se rehace, como un gusano bola.
Servirá para la medicina, y también como arma para el ejército. Microarmas biobots. De momento es un ser nuevo, medio vivo medio digitoide, un microser o medioente.
Quizá ya han ensayado la siguiente fase, se abren tantas posibilidades, quizá ya han mezclado células madre para hacer cerebros mixtos y que los próximos bots sean semihumanos, o superhumanos, según el grado de poderío.
Todo esto induce a pensar si los humanos no seremos biobots creados por alguien, o por una civilización que nos mira como un videojuego, nos trocea para ver cómo respondemos… o que simplemente nos creo y nos ha olvidado.
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