Veinte Segundos Veinte Segundos

El big data del alma

Franco cumple su última misión: hacer reír

La vida sigue y Franco también. Una vez trasterrado el dictador se inmiscuye en la vidorra hispana. Vidorra de viernes con puente a la vista justo antes de la próxima debacle (reza reza reza). Franco interesa a unos para tapar los datos del paro y la ruina inmensa habitual, disimulada estos años a fuerza de horas casi gratis. Horas extras casi gratis. Los propios polis –Policía Nacional– denuncian que cobran la hora a 10,66 euros antes de impuestos. O sea, aquí para llegar a fin del día, hay que aporrear a mucha gente.  Si no, no se cena.

A muchos les interesa que Franco siga dando vueltas en el autogiro y que el Meme Exhumante incendie las conciencias hasta el 10N. Luego ya no. A otros les interesa el meme por lo mismo pero al revés. Todos suben si no mencionan la intocable realidad. INTOCABLE REALIDAD.

Franco disipa hasta el nacionalismo Cat, que se apodera de todo. Pensábamos que la K (Constitución) se defendía sola, se apañaba ella sola, y así era, en parte (con graves lagunas oceánicas), pero ahora hay que arremangarse porque vamos perdiendo por falta de equipo. La K solo la defienden los profesionales, los que cobran, aunque sea poco, como los 10 euros de los polis magullados (uno en la uci con la cabeza rota), la K solo la defienden, cobrando, los jueces que salieron al ver la que se estaba armando, el Rey, etc.

Franco viene bien a todos, siempre dio para chistes malos, por la comisura, chistes ya con la censura de serie, humor negrísimo que es la sombra de los dictadores. Ahora, una vez expatriado y expropiado del adefesio infame, cumple su última misión, cumple su (esperemos) último servicio póstumo: hacer reír al gentío, avivar la discusión, rellenar de filfa una campaña en la que nadie se atreve con los números y escamotear la cruda realidad.

 

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