Veinte Segundos Veinte Segundos

El big data del alma

Ibuprofeno y Paracetamol han salvado a España

Ibuprofeno y Paracetamol podría ser un dúo cómico, pero son las dos sustancias que sacan adelante a España. Día tras día, millones de doloridas personas se echan a las calles, metros, autos, atascos, buses y patinetes gracias a esta pareja estelar del dopaje voluntario.

Eso se ha acabado, a partir de ahora exigirán receta. Este detalle ínfimo, normativo, disciplinario, puede hundir al país en el caos y la depresión. La vaga euforia que impulsa a gastar a los pobres (impulso mal visto por el Banco de España) proviene sin duda de esta pareja de ases del doping, la droga accesible de los días: paracetamol e ibuprofeno sostienen al país.

Millones de eslomados y contracturadas consiguen levantarse cada mañana gracias estos elixires milagrosos que alivian un poco el malvivir y colocan lo justo para ir tirando y subir una décima ese PIB del demonio.

Entre Draghi y las drogas farmacéuticas han salvado lo que queda de Europa. Hay más fármacos, pero esta pareja son el fondo de botiquín , lo mínimo para aguantar el ritmo demencial de los días de cien horas, la mayoría extras y gratis y gracias.

Pablo Iglesias ha salido hoy con sus propuestas para coaligarse o empotrarse en el sanchazgo, y están todas muy bien: subir al 2 y el 3 por ciento la pasta para ciencia. ¡Eso nos pondría en órbita! Por eso mismo no se hace.

Las horas extras gratis ya están reguladas, pero no se ha vuelto a saber nada de esa medida de hace unos días. Como siempre, no ha pasado nada.

Ahora ya no se podrá comprar ibuprofeno ni paracetamol sin receta. Pasó con el Optalidón hace mil años, luego las anfetas. Cuando la población se engancha a un producto legal de farmacia, lo prohíben o lo legislan para evitar esa euforia tonta de pobres colocados. Es una tradición gubernativa.

A ver si arranca un mercado negro de esos fármacos y al menos da para copiar un par de series de tv.

España ha aguantado gracias a estos fármacos atrabiliarios, ahora la cosa se pone fea.

Por eso han esperado a exigir la receta después de las elecciones.

Claro que los recuentos están casi todos mal o medio mal, así que de todas maneras habrá que repetirlas, que nos va la marcha. Después de tantos cuarenta años sin poder votar, ahora, otros cuarenta después, ya pasado el mero desencanto, nos apetece votar a menudo, o siempre.

Será por el paracetamol y el ibuprofeno.

 

_______

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Los comentarios están cerrados.