Torra ha visto que donde se cuece la gloria es en el juicio televisado en directo a diario: fascinante representación.
Torra & Puigde han visto que con el juicio rodando libre por las teles ni él ni sus adeptos tienen nada que rascar.
Así que se ha echado al monte con las triquiñuelas de los toldos. Bananero oficial. ¡Colgad el trapo de reserva! ¡Plagiad a Boadella!
Torra lo que busca es que lo metan en el juicio para chupar cámara, pero sin haberse macerado en la cárcel.
Claro que no es posible encausar a un espontáneo en un juicio que ya ha arrancado. Ni izando los trapos de cocina conseguirá Torra colarse en la sala de madera donde los ropones se reparten la gloria.
¿Qué podemos hacer –le dice a su jefe– si estos tíos nos están ganando la partida con un juicio televisado?
Los indep empezaron con mucha fuerza usando los medios oficiales, las redes y el menaje.
El Estado, muy perezoso por definición (y por Rajoy, que se había petrificado como los leones de las Cortes), tardó lustros en reaccionar. Es normal, al Estado solo le mete prisas la llamada de Merkel, Obams, etc. Solo ha pasado una vez.
Al fin se desperezó la fiera. Cuando vio que iba en serio (nunca sabremos hasta dónde hubiera llegado la broma con la DUI, y esa es la esencia del juicio).
Al no tener costumbre, reaccionó mal: ni siquiera localizaron las urnas. Luego se dejó arrebatar el amarillo, que es un color muy vistoso.
Pero, a la fuerza, a remolque, a mala gana, el Estado y sus trienios se ha puesto a trabajar. Y trabajar es emitir el juicio en tiempo real. ¡Gratis!
¡Sin anuncios!
Es una competencia desleal porque no hay reality que supere a este directísimo. Hasta es posible que acabe con la moda gastronómica y veamos juicios de niños, con sus lacitos y todo.
Quizá vuelva un poco el latín.
Ojo: a lo mejor la Justicia era lenta en España porque no se televisaba en directo.
Así que el Estado al fin utiliza la tele y ha puesto a un fino estilista al mando del asunto: ya no es la Brunete, sino el rayo láser.
Lo que le falta a este ímpetu del Estado es traducir simultáneamente el juicio al inglés y a los idiomas más utilizados. Aun estamos a tiempo, son cuatro sueldos más, y el impacto global sería estupendo. Porque el esfuerzo Cat en el exterior no ha sido compensado con la tele ni las redes ni nada. En esos países agobiados de allende los mares la gozarían con este juicio tan vivaz. Hasta se podría vender como una serie.
Lo bueno de este interregno es que nos hemos olvidado de aquel Sánchez que legislaba para el minuto anterior. Hasta el Rey puede irse a esquiar. Y todo eso lo ha traído el juicio en directo.
Además, gracias a las añoradas elecciones, ha surgido un nuevo poder, tan enérgico como efímero: la JEC, Junta Electoral Central, nunca había tenido tanto mando en plaza: la JEC por primera vez abre expediente a un presidente autonómico; ordena a los Mossos (a ver qué hacen, si siguen la doctrina Trapero o se limitan a obedecer) y hasta remite el caso a la Fiscalía.
La cosa se pone a tope. Mañana a las 15 horas, a ver.
Torra puede presentar recurso al Supremo. Que debería de resolverlo en un minuto.
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