Los acusados por el golpe de 2017 (de momento no ha habido más, que se sepa) son trasladados a cárceles de Madrid.

El juicio se ha retrasado hasta el día 12 de febrero debido a los 1800 folios que han remitido las defensas.

Se ha formado una cuerda de presos presuntos que recorren la estepa vacía de España en un furgón, en un tren de tercera de esos que fatigan Teruel y van a morir a Extremadura.

La cuerda de presos sale en El Quijote: es un clásico de las series hispanas de antes de la tele. Series de cordel.

Así que estamos en fase de cuerda de presos. Presuntos rebeldes algunos, aunque jueces de otros países discrepan.

La cuerda ahora va en primera. La cuerda tensa España desde la punta de Port Lligat, Dalí y Pla, hasta Finisterre.

La ruta de los reos es secreto de Estado. Unos van por Covadonga, para despistar a los CDR; otros por autovía. Y los más rebeldes sin causa van en el furgón viejo, que no ha pasado la ITV.

No despistarse de la mafia corrupta de los radares de tráfico. La operación está por ahí, coleando, un poco fuera de foco.

Casi todo está fuera de foco.

Pedro Sánchez, mientras los presos van y vienen por esas mesetas, intenta solucionar lo de Venezuela.

Sánchez tiene un plan para la cuerda de presos, pero es secreto hasta mañana.

No, no es mandarlos a Eurovisión. Aunque se ha barajado en el Consejo de Estado y en otras altas instancias.

Ya se sabe que medio Estado estuvo pinchado en su día, y que quizá se olvidaron de retirar los micrófonos, que ya estaban amortizados.

Las contorsiones que le asestaron al presunto Estado de Derecho cuando la villarejada, el caso, GAL, aquel subinspector Amedo…

Los intentos por apoderarse de TODO por parte de los partidazos diversos… Hay que imaginar cómo serían ahora esos manejos de cloacas… o cómo serán… O cómo son, si es que son.

No hay ninguna garantía de que esas guerras sucias en los intestinos del Estado se hayan erradicado. Ni mención.

Esta vez le podemos echar la culpa a Facebook.

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