Ciudadanos ha hecho una cosa estupenda que nadie se cree: ha dicho que no pactará con el PSOE de Sánchez tras las generales.
Como ya dijo lo mismo respecto a Rajoy y luego lo incumplió su credibilidad es cero. O sea, la credibilidad estándar en política. O sea, normal.
Por eso es genial la declaración de principios: no pactaremos ni apoyaremos al PSOE de Sänchez.
Todo el mundo entiende que significa exactamente lo contrario o casi, más o menos.
Pero lo mejor de Ciudadanos es el nacimiento o resurrección de Inés Arrimadas. La estrella refulgente que venció en las eleccs catalanas salta a las generales, a Madrid, que es donde pasan las cosas de España (y eso ya justificaría las revueltas catalanas y otras peores que hubo en tiempos y habrá, etc. La dependencia espiritual del centro absoluto a veces cansa).
Arrimadas ha salido como un misil al turbulento escenario del 28A. Cada cual se juega la vida en esa votación. Así que veremos cosas de todo tipo, excesos fabulosos, escándalos, barullos y hasta hecatombes.
La precariedad, ya muy instalada en las vidas rasas de los no funcionarios, ha llegado al pentapartido. Estamos ya en la Spain Policonstitucional (poliK).
Entonces ha salido Arrimadas, que ya ganó unas elecs en la agitada Cat del 155, aunque no le sirvió de nada. Arrimadas está desde aquel día en un limbo estelar, encumbrada pero sin poder hacer nada. Tremendo.
Ahora salta al circo y entra por donde más duele y más ruido hace: por Puigdemont, que es ya un ente metafísico, un virrey virtual estrafalario que para dos millones de personas y pico es el president. Es fuerte, sí.
Arrimadas usa a Puigdemont para obtener share y coger vuelo, y el gob en funciones (pero gobernando y decretando hasta el último segundo en campaña: ¡ahora 16 semanas por maternidad, yupi!), el gob le dice a Arrimadas que es una forma de legitimar al prófugo, una forma de cuestionar el juicio (que sigue enjuiciando).
Pero ella, Ella, Arrimadas, va a por todas. Ya ganó una vez. Así que ha probado ese éxito de la urna rebosante, generosa.
Así que ahora podría arrasar.
Por un factor añadido que parece que a nadie le importaba hasta ahora: es una mujer. Albricias.
Todos los partidos llevan hombres en la pole position.
Lo que tendría que hacer Rivera el mozo si puede es dejarle el primer puesto a Arrimadas, que sea ella la candidata a presidenta. Y ese gesto, junto al poderío natural de ella, les daría un millón de votos extra, o más.
A ver si Rivera se anima y descifra el signo de los tiempos. Lo que falta en los candidatos es que no son mujeres.
Por lo demás, todo bien.
A ver si acaba el mes antes de que se acabe el mundo
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