Sánchez ha ido en viaje sorpresa a Mali a felicitar la navidad a las tropas españolas destacadas en ese país.
Trump ha hecho lo propio yendo a Irak con su esposa.
El viaje patriótico sorpresa es ya una tradición. Puedes ir a un país que has invadido, a uno al que ayudas a defenderse.
En Nochebuena se hace una videoconferencia patriótica. Pero es más directo ir en persona.
La presidencia se consolida viajando por el mundo. En estas fechas el viaje patriótico evoca a los Reyes Magos o a Santa Claus.
Trump es un desastre, su administración ha echado el temible cierre presupuestario, los funcionarios no cobran.
Sánchez aguanta en Moncloa, pero ha perdido Andalucía.
A todos les viene bien un viaje patriótico a sus respectivos terceros y cuartos mundos. Obtienen una foto navideña, se evaden de sus realidades, quiebras, minorías, problemas domésticos.
La realidad para ellos es un anuncio de perfume.
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