Al Partido Popular le falta el aire… acondicionado: ganó Casado

Bueno, ha ganado el aspirante. Pablo Casado. Fin de la era Rajoy. Y, aunque no lo parezca, fin de la era Aznar. El pedigrí de Casado viene de los dos (Fraga, aunque lo ha nombrado, ya no le llega, por suerte). Por eso los jubila a los dos.

Aznar ya desaparece como aguijón de las esencias. Ahora estamos en otra cosa. Sánchez, Iglesias, Rivera, Casado. El cuadrivium ha sido renovado. No hay mujeres en primera fila, es verdad. Pero el relevo se va cumpliendo. La oleada empezó con el recambio regio.

Los veteranos no se dejar recambiar, se aferran al emeritaje, pero la vida celular o celúlea o celulútica sigue su curso.

¿Qué han votado los compromisarios que han dado la mayoría a Casado?

Está claro >>>

Que ponga a tope el aire acondicionado.

Ya basta de sudores agrios. Una nueva corrupción incolora, inodora, que no traspase. Quizá podría ser eso una aproximación a la honradez.

Lo que ha hecho decantarse a los indecisos, que eran casi todos, ha sido esa apelación al aire acondicionado, a los 40 grados del recinto sofocante donde iban a oficial el sepelio de Rajoy y de toda su época, incluyendo a su(s) heredera(s).

¡¡¡Aire fresco, Pablo!!!

Las cuatro cosas que ha dicho Casado (miniprograma) no hay que tomarlas en serio, todo es intercambiable, precario, climático. Gestión de deudas bajo la inspección de la UE, entre los gritos enloquecidos de Trump y el discreto manejo de China.

Lo único que podría valer como programa electoral –y horizonte ilusionante– para todo el país, es eso de ¡aire acondicionado para todo@s!

Por supuesto, ecológico.

Enhorabuena, Casado.

Enhorabuena a tod@s.

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RoR ha elegido para su estampa el momento tremendo en el que Ana Pastor dice, con algo de suspense, los resultados de las votaciones. Rajoy & Soray intentan controlar sus propias caras, espejos del big data del alma. Pero Pablo Casado se transfigura ya en modo estadista, y no se fía del primer recuento: hombre de la ardua estepa castellana, retarda la sonrisa porque no se lo cree, necesita la confirmación, saber que no ha sido un error (como el del aire). De ahí su perfil previo a la gran explosión de alegría: ahora empieza lo bueno, el poder se acerca…

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(Antes de las votaciones)

Lo ha dicho el aspirante Pablo Casado, tras los agradecimientos y (auto)elogios: si él manda, en el próximo congreso habrá aire acondicionado. Lo ha dicho con ironía: se ve que no hemos pagado el recibo del aire acondicionado, o algo así. Ha sido al principio de su discurso.

…¡Y al final!

Quizá el aire estaba a media potencia para que Soraya pudiera lucir el abanico para la foto finish. O quizá era cierta la ironía del aspirante, y la organización no había contratado el aire fresco que necesitaba el partido.

La épica del sudor no mola. El horno impide pensar, sofoca las meninges. Al PP le falla el aire acondicionado, y ese ese es el peor mensaje que se puede mandar a una sociedad ya muy abrasada.

Ayer el PP celebró por fin sus honras fúnebres, la catarsis del duelo, el reconocimiento de la pérdida… esa ceremonia, ese ritual, son necesarios: el duelo, el común fracaso, la pena a gritos… También concelebró el autoelogio, el consuelo y la enumeración de éxitos… hasta llegar al fracaso. Es un ritual obligado. Hoy están en otra cosa, pasando por el tubo que conduce al futuro.

Lástima de aire acondicionado.

Al final de su discurso el aspirante Casado ha vuelto a mencionar los «40 grados».

Y aun dice que el suyo no es un discurso revisionista.

 

 

 

…. Post abierto, siguiendo el congreso… continuará…

Ha ganado Casado. Que pongan a tope el aire acondicionado. (Sigue arriba)

 

 

 

 

 

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