Alguien dimite: se va Zidane. El torrazo del Congreso estaba disparando la venta de anticoagulantes, y cuando el torpor era unánime, PUM, dimite Zidane.
La audiencia del Congreso se ha venido abajo en un segundo. El tuitaje ha colapsado. Como el Real Madrid es el auténtico gobierno y emblema del país, la salida del entrenador que ha ganado tres Champions ha hecho temblar los vitrales de palacio. El rey, que en un alarde de optimismo estaba preparando su discurso navideño, lo ha dejado estar.
Europa se ha echado a temblar. Mario Draghi ha enviado ya el furgón del dinero, aunque todavía no ha decidido a dónde. El rumor más extendido es que Zidane va al Huesca. El club no lo ha desmentido.
En todo caso el zidanazo es cuestión de Estado. ¿Tendrá que ver con las promesas al PNV para que no apoye a Sánchez?
Los rumores políticos han inundado el parqué. El más consistente es que Zidane va a ser el próximo presidente del gobierno (aunque no se sabe de cuál), ya que la moción de censura amenaza con colapsar el espectro a fuerza de verborrea. Según los mercados, Zidane sería el candidato que presentarían Rivera y los grandes bancos por si acaso falla todo lo demás, como suele ocurrir.
El único indicio seguro es que Zidane llama al presidente del Madrid, Florentino Pérez, «el presi».
Cuenta Zidane en directo que a él le gusta ganar, y que después de conseguir tres Champions siente que no va a ganar otra. Y que por eso se va.
Ante la magnitud del impacto zidaniano el Congreso suspende la sesión… hasta la tarde… ¡la comida es gratis!
(Continuará si hay algo)
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Se reanuda la moción… PNV apoyará la ídem… si Rajoy no dimite. EL presidente mocionado no ha vuelto al Congreso.