Bueno, Cifuentes ya ha dimitido. A otra cosa. Ahora nos queda el mal sabor de las guerras intestinas peperas, la lucha a muerte por el poder, el puesto, el cargo, la corrupción como arma interna, íntima. Rajoy ha dicho que bien, que no vuelva a pasar.
La URJC, muy tocada. Las instituciones, vistas por dentro, como esas paredes de adobe del Eroski, ese almacén infame.
Estamos ya en los Presupuestos, con el PNV, el 155, C’s, y el éxito imparable de Indep Cat, que siguen a lo suyo mientras Montoro desquicia y desacredita la labor judicial, policial, etc.
Requisitos para el candidato a suceder a Cifuentes en la presidencia de la Comunidad de Madrid: que no tenga máster. Ni pasado. Que no quiera luchar contra la corrupción, que no abra la boca.
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El presunto vídeo de las presuntas cremas deja a Cifuentes fuera de juego. Si se confirma que estaba robando dos cremas hay que pensar con qué angustia habrá vivido esta mujer su despegue político desde 2011.
Algo en todo esto recuerda a La huella de un recuerdo, de John Brahm (The lockhet, 1946), con Laraine Day, Brian Aherne y un impresionante Robert Mitchum (aquí ).
Y quién habrá guardado ese vídeo espantoso esperando el momento de utilizarlo.
Lo del máster de la URJC ya palidece ante esto, aunque ha servido para destapar lo extendida que está la corrupción.
Por lo demás, el recinto revela la España profunda, un galpón de adobes de hormigón, sin pintar, un almacén o un zulo, la terrible parte de atrás de un supermercado de la España de 2011.
(Sigue)
Todo esto del cifuentazgo es una operación patriótica inmolante del PP para quitar protagonismo a la monserga Cat Indep Rep. ¡Lo está consiguiendo!
Dimite.
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¿no hay un editor en este diario?
25 abril 2018 | 12:05 pm