El flequillo de Anna Gabriel

La chica esa de la CUP se ha cortado el flequillo y se ha ido a Suiza. Ha hecho bien en irse porque a un rapero le ha salido cárcel (sentencia completa). La cosa no está para bromas. Artur Mas ha dicho ante el juez que la DUI fue simbólica, que no fue de verdad. Abjuran de la secesión, la república y la independencia para no ir a la cárcel.

El Estado se ha visto en peligro y reacciona con todo. Hace bien: cada cual defiende su sueldo, su cargo, su supervivencia. Es una guerra, un desafío a por todas. Si luego resulta que estaba mal planificado, que solo era propaganda y que todo era una broma, ha ido demasiado lejos. No lo parecía.

Anna Gabriel, de la CUP, se ha cortado el flequillo y se ha vestido menos revolucionaria. La fuga a Suiza le da alas, a ella, a la CUP y a la disidencia, que ya no insurgencia, que poco a poco va pasando a la clandestinidad o el exilio.

Ha hecho bien en irse porque si llega a presentarse con ese flequillo ante el juez ya no sale. La cosa se ha puesto tan seria que el flequillo penaliza, el flequillo y la ropa por fuera son agravantes de facto.

Acusan al Estado y a la Justicia de exceso de celo y exceso de cárcel, pero es que el Estado, al final, son personas que, como todos (todos los funcionarios, se entiende), quieren cobrar a fin de mes. Y si el Estado se deshace, que puede ocurrir o ya estaba empezando a ocurrir, se quedan sin faena, sin función, sin misión, sin valores… y sin cobrar.

Y Europa entiende esta respuesta porque está en la misma batalla. En la UE también quieren cobrar todos a fin de mes. Tanto lo entiende Europa que obligó a ZP y al PP a modificar la Constitución en una tarde de 2011 para poner por delante la devolución de la deuda. Por delante de todo.

Así que si mañana Rajoy decidiera cambiar el código que sea y penalizar el flequillo, lo haría sin problemas.

Ha hecho bien en irse a Suiza: se hace famosa, ensancha el campo de batalla y se ahorra tener que renunciar a la causa, como hacen los mayores porque tienen nietos e hijos que atender, y algunos ni aun abjurando salen a la calle.

Han tensado tanto la goma que se ha roto, o se está rompiendo en estos días aciagos. El Estado (y los gobiernos) lleva defendiéndose desde que arreció la crisis que cada día renace para cientos de miles de familias. Ley Mordaza. «Es el mercado, amigo». Ahora puede ocurrir que una vez lanzado a defenderse, llevado por la inercia, pase a atacar. A veces es difícil distinguir el punto. Hay que afinar.

A ver.

De momento, a cortarse el flequillo, que en Suiza tampoco está bien visto.

__________

__________

Almacenado en: IndepCat, Spain