La carrera hacia las elecciones catalanas del 25N

El triángulo de las Bermudas: Corrupción-Recortes-Unión Europea

El llamado Triángulo de las Bermudas se asocia popularmente a la desaparición misteriosa de aviones y barcos. Ha dado pie a muchas suposiciones, a películas, libros, artículos… pero, científicamente, parece que no es tan fiero como se lo pinta. En cualquier caso, se asocia a esa sensación de vértigo de adentrarse en un lugar de dónde puede ser difícil salir.

En las últimas horas de la campaña de las elecciones catalanas se ha vivido también un especial Triángulo de las Bermudas. Por un lado, el vaivén de informaciones relacionadas con los presuntos casos de corrrupción y el borrador de ese informe policial que, a parte de si es o no fantasma, sí que ha generado muchos fantasmas que costará mucho disipar. Artur Mas ha lamentado que haya sido la campaña «más dura y sucia» que ha vivido. Él, que desde que fue investido President siempre ha utilizado mucho la metáfora del «timonel y el barco», ha vivido en sus carnes este primer vértice del particular Triángulo de las Bermudas de las elecciones catalanas.

Independientemente del resultado de este 25-N, la pregunta es si las heridas que se han abierto estos días van a permitir cualquier negociación Generalitat-Estado en el sentido que sean en los próximos meses. Los políticos han demostrado que no se entienden (o que no se quieren entender).

No ha habido ningún día en esta campaña que no haya habido alusiones a los recortes, tanto del Govern como del Gobierno español. Barcelona ha vivido una huelga de metro y de autobús como colofón del periodo electoral, que ya estuvo marcado por las protestas del 14-N. Este es el segundo vértice del Triángulo de las Bermudas de esta campaña.

Y el tercero es la Unión Europea, omnipresente también a lo largo de los discursos de los últimos 15 días. Se puede decir que aún hoy nadie tiene claro si una Catalunya independiente estaría o no dentro de la UE o si el Estado catalán sería mejor o peor para los catalanes. Cada partido dice una cosa diferente e incluso los economistas, aunque parece que hay un mar de fondo que apunta que España saldría peor parada que la propia Catalunya. Y, por si fuera poco, en el último día de la campaña también la Unión Europea ha estado en la palestra por las negociaciones del presupuesto europeo.

Con todo esto, el Triángulo de las Bermudas que parecía solo catalán, con la ecuación Corrupción-Recortes-Unión Europea que ha marcado la campaña electoral, se transforma en otro con tres vértices claros: Catalunya-España-Unión Europea. Los tres se han adentrado en un lugar de dónde va a ser difícil salir.

«¡Al suelo todo el mundo!»… llega Tejero

Éramos pocos y parió la burra… Hasta el exteniente coronel golpista de la Guardia Civil, Antonio Tejero, expulsado del cuerpo después del 23F y de su tristemenete famoso «¡Quieto todo el mundo! ¡Al suelo todo el mundo!», ha entrado en campaña. Ya solo faltaba esto para acabar de convertir estas elecciones en una auténtica escudella catalana.

Tejero ha denunciado ante la Fiscalía General del Estado al presidente de la Generalitat, Artur Mas, por «provocación, conspiración y proposición para la sedición» y se queja de que ni el Rey, ni el presidente del Gobierno español, ni los Tribunales, ni el Ejército hagan nada para acabar con el «contubernio» catalán. En realidad, Tejero se refiere a Artur Mas como «Arturo Mas», como cuando en Catalunya no se podían utilizar -porque estaba prohibido- los apellidos genuinamente catalanes de cualquier familia.

En cualquier caso, lo que me llama la atención no es tanto lo que dice Tejero, que viene avalado por su currículum, sino que en su carta hace una alusión al hecho de que los catalanes «han sido envenenados» en su etapa educativa. ¿Les recuerda a alguien este argumento? ¿Les suena aquello del ministro de Educación apostando por la «españolización» de los alumnos catalanes? Y, cuando Tejero -que, por cierto, ha publicado su misiva en Melilla- elude a la inacción del Ejército, ¿tampoco les recuerda a nada? ¿Se acuerdan del vicepresidente del Parlamento Europeo, Alejo Vidal-Quadras, sugiriendo al Gobierno que prepare «un general de brigada de la Guardia Civil» para que tome el control de la situación en Catalunya?

A mi parecer, lo significativo no es lo que dice un exmilitar golpista, sino que éste utilice argumentos que antes han puesto sobre la mesa políticos elegidos en las urnas. Eso es lo que debe mover a la reflexión en un momento en que todo este tipo de opiniones (o ataques, según se mire) no hacen más que provocar que cada vez haya más catalanes que del «!Al suelo todo mundo!» quieran pasar, definitivamente, a un «¡Arriba todo el mundo!».

El sexo independentista

La actriz porno Maria Lapiedra ha vuelto a entrar en campaña. Dos años después de que públicamente diera su apoyo a Joan Laporta -quien, finalmente, consiguió su escaño en el Parlament- ha vuelto a colgar en Internet un vídeo subido de tono… en esta ocasión, para defender a Artur Mas «ante los graves ataques que está recibiendo» desde Madrid.

En el vídeo musical, titulado Mas ¿dónde vas? (Triunfo de la independencia), Lapiedra aparece dándole lametones a un tipo con una careta que simula ser Mas, a quien le azota, también, el pompis. La letra no tiene desperdicio y, entre otras cosas, la actriz porno plantea que, con una Catalunya independiente, «me registrarán las peras al pasar por la frontera». Hasta ahora, se había discutido sobre si los catalanes continuarían cobrando las pensiones y temas más frívolos, como en qué Liga jugaría el Barça, pero a nadie se le había ocurrido eso de que si en un hipotético control fronterizo haría falta «revisar las peras».

En cualquier caso, la actriz ha querido darle su apoyo «íntimo» a Mas con este trabajo, «en unos momentos tan decisivos en la historia de nuestra nación». Esto es lo que explica Lapiedra en el comunicado que ha difundido para dar a conocer su iniciativa. Ella, declarada independentista, acaba exclamando aquello de «Visca Catalunya lliure!».

Sea como fuere, lo que me mueve a la reflexión es el hecho de que el sexo en catalán se haya introducido también en la campaña. Uno de los pasos más importantes que se dieron en el reconocimiento del autogobierno de Catalunya fue el traspaso de las competencias policiales; primero, cuando los Mossos se quedaron el control del tráfico, y, después, cuando asumieron la seguridad ciudadana y se desplegaron por todo el territorio catalán. Y de allí hasta nuestros días, donde ya se discute sobre un posible referéndum de independencia.

En el caso del sexo ha pasado lo mismo. En Catalunya se creó incluso el Salón del Sexo en Catalán, como si se hubieran transferido también las competencias en esta materia. Y, ahora, la Cicciolina catalana irrumpe en la recta final de la campaña y ni más ni menos que para defender, como dice ella, «al futuro Padre del Estado catalán». Como esto siga así habrá que poner los dos rombos a la información política.

Alcaldes vs Presidentes

«Lo que hemos hecho en los ayuntamientos es lo que queremos hacer en la Generalitat». Con esta sentencia se ha fotografiado el candidato del PSC, Pere Navarro, junto a la mayoría de alcaldes socialistas catalanes. Entre ellos estaba Núria Marín, alcaldesa de L’Hospitalet, la segunda ciudad más poblada de Catalunya, así como Josep Félix Ballesteros, alcalde de Tarragona.

Dejando de banda que Navarro ha aprovechado este acto electoral para arremeter contra «los gobiernos de derechas» en Barcelona y Badalona, dos grandes alcaldías que los socialistas perdieron en la debacle de las últimas elecciones municipales, lo cierto es que, en el trasfondo, se plantea la cuestión de si es verdad o no que la sensibilidad de un alcalde es diferente a la que tiene un presidente de Gobierno. Es una cuestión de dimensiones: la primera Administración pública son los ayuntamientos, porque son el primer lugar a dónde acuden los ciudadanos cuando tienen un problema. La pregunta es si un alcalde, cuando se convierte en presidente de un Gobierno, mantiene esa proximidad con sus ciudadanos o la pierde.

Los socialistas han perdido peso en los últimos años en los ayuntamientos, especialmente, en el llamado «cinturón rojo» de Barcelona, pero aún mantienen buenas bazas, como Antonio Balmón, al frente del ayuntamiento de Cornellà de Llobregat, el menos endeudado y el más saneado de Catalunya. También está Núria Parlón, que ha destacado en Santa Coloma de Gramenet tras el tsunami del caso Pretoria y eso le ha valido estar en la lista del PSC en estas autonómicas. El propio Navarro mantuvo el tipo en las últimas municipales reteniendo la alcaldía de Terrassa, y Manuel Bustos está recogiendo varios premios por la gestión municipal (por ejemplo, a nivel de aplicación de nuevas tecnologías) en Sabadell.

O sea, que los socialistas han querido sacar pecho de todo eso, intentando poner en valor aquello que les dio en su día la presidencia de la Generalitat. Y es que no hay que olvidar que Pasqual Maragall antes que president fue alcalde de Barcelona. Y José Montilla, otro ex president, estuvo al frente de la alcaldía de Cornellà. En cambio, ni Jordi Pujol ni Artur Mas han sido alcaldes. Entonces, la pregunta es: ¿es importante haber sido alcalde antes que presidente? ¿O un presidente debe tener unas cualidades que no necesariamente debe tener un alcalde?

El Barça y 007 Alta Tensión

¿En qué se parecen Artur Mas y Timothy Dalton? Pues en que ambos padecen de la tensión. El primero, según él mismo ha explicado, toma «una pastillita» contra la tensión alta desde los 42 años, cuando entró a trabajar en el Departamento de Economía de la Generalitat. Y, el segundo, protagonizó 007: Alta tensión en 1987 en una historia marcada por la herencia del bloque de hielo que separaba el mundo, con el KGB de por medio.

Hay quien ve a Mas como un «separatista», que lo único que quiere es crear tensión en España para tapar su mala gestión en el Govern. No seré yo quien juzgue esto, sino que me centraré en la gestión de esta tensión Barcelona-Madrid o Catalunya-España.

Mas ha visitado un centro para gente mayor, donde -entre otras muchas cosas- los abuelos le han preguntado sobre qué pasará con el Barça si Catalunya se independiza. «¿Dónde jugará?», le han interrogado, preocupados. El candidato de CiU ha recurrido, precisamente, al argumento de la tensión o rivalidad con el Madrid para mostrarse convencido que el FC Barcelona jugaría en la Liga española. Sin el Barça, según Mas, el interés por la LFP «caería a la mitad» automáticamente.

El presidente de la Generalitat se ha referido al otro equipo de «gran impacto» de la Liga (es decir, el Real Madrid), argumentando que «uno solo no hace nada» y que, por lo tanto, «o bien hay rivalidad» (con el Barça) o «la tensión cae en picado». Dicho esto, Mas ha garantizado a los ancianos que el Barça jugaría en la Liga o, si no, «no sufran, porque se lo rifarán todos por estar en una liga», la que sea.

La pregunta, ahora, es la siguiente: ¿Sabrían catalanes y españoles vivir sin la tensión que provoca la rivalidad entre Barcelona y Madrid o, por extensión, entre Catalunya y el centro de decisión y de poder de España? Dicen que el roce hace el cariño.

En esa misma visita a los ancianos, Mas ha garantizado que Catalunya estaría dentro de la Unión Europea, más que nada porque «paga más de lo que recibe» y, por lo tanto, no sería un lastre. O sea, ha venido a decir que es demasiado importante para que la excluyan y, en definitiva, que se la rifarían para que estuviera dentro.

En resumen, Mas ha dado una buena «pastilla» contra la tensión alta, como 007, a ese grupo de ancianos -les ha garantizado las pensiones- para disiparles dudas sobre una hipotética Catalunya independiente. Lo que no sé es si les ha dicho aquello tan típico de James Bond de… «Me llamo Mas, Artur Mas».

Límite verano de 2013

El debate a siete de los candidatos a la presidencia de la Generalitat ha dado una noticia: Artur Mas ha revelado que los partidos catalanes a favor de una nueva financiación para Catalunya, como ERC e ICV, acordaron dar de margen al President y al Gobierno español hasta «la primavera-verano de 2013» para cerrar un pacto fiscal con Madrid.

Con esto, Mas quería demostrar que fue a la reunión con Mariano Rajoy en la Moncloa con el objetivo de iniciar una negociación y no para darle un ultimátum al Estado español. Como ninguno de los partidos presentes en el debate y en esa reunión lo ha desmentido, se tiene que dar como cierta la revelación de Mas.

Otro punto importante es que el President fue a Madrid con el respaldo del 74% del Parlament, que es el porcentaje de los partidos que le dieron su apoyo en esa reunión para poder negociar el pacto fiscal con Rajoy hasta mediados de 2013. Lo que pasa es que no se llegó ni a Navidad, ya que el resultado de ese primer y único encuentro con el presidente español es sabido: la convocatoria de las elecciones catalanas tras agotarse las vías de negociación a las primeras de cambio.

En el debate de esta noche en TV3 se ha visto claramente cómo la postura de cada candidato se corresponde con el papel que les otorgan las últimas encuestas de cara al resultado del 25N. Así, Artur Mas ha actuado en todo momento como President más que como candidato, sin querer entrar en el cuerpo a cuerpo con el resto. Oriol Junqueras (y esto es especialmente interesante) se ha mostrado conciliador con Mas en la vía soberanista e incluso le ha echado un cable cuando más lo necesitaba. ¿Se dibuja así una ERC como primera fuerza de la oposición en el Parlament muy reforzada en las urnas y con el mandato de ayudar a Mas en su camino hacia el referéndum? Junqueras, profesor universitario y con experiencia como eurodiputado, se ha expresado de forma muy didáctica ante los televidentes y tampoco ha querido entrar al trapo en discusiones con otros candidatos.

Por su parte, PPC y PSC han estado un poco desubicados, enzarzados en luchas estériles entre ellos, mientras que Ciutadans ha aprovechado la noche para imponer su discurso alternativo dentro de las fuerzas más españolistas. Por su parte, Joan Herrera (ICV-EUiA) se ha mostrado muy combativo a la hora de atacar a Mas por los recortes. Ha ajercido de oposición al gobernante, como en el Parlament. Se puede decir que ha sido el único en conseguir un cara a cara real más o menos prolongado con el President. Y Alfons López Tena (SI) no ha aportado mucho más que su deseo de una Catalunya independiente.

Otra de las conclusiones es que, una vez más, el debate soberanista se ha impuesto al de los recortes. Si bien TV3 había dividido el programa en dos bloques, uno sobre la independencia y otro sobre las políticas sociales, tanto en el primero como en el segundo ha primado hablar de los pros y contras de un Estado propio catalán.

En resumen, lo que ha quedado «meridianamente claro», como diría Rajoy, es que el llamado «expolio fiscal» que, según los independentistas, sufre Catalunya es la principal razón para un referéndum. Nada de cuestiones identitarias, sino, sobre todo, económicas.

El debate ha dado imágenes curiosas, como López Tena (SI) llegando a los estudios de TV3 de paquete en una moto o ver a Mas utilizando un boli BIC, que es de lo más común. La realización ha tenido varios errores notables, como las sombras en el cogote de Herrera que provocaba la mala iluminación del plató o un muy brusco movimiento de cámara en la última intervención de Junqueras. Y el moderador ha estado más bien ausente, lo que ha provocado algún que otro guirigall o olla de grillos.

Se han visto estrategias claras, como Ciutadans atacando al PPC y al PSC para arañarles esos votos que dicen los sondeos que les puede robar. Y a ICV atacando en tropel a CiU e incluso entonando el mea culpa por algunas malas políticas del Tripartito, como haber suprimido un tramo del Impuesto de Sucesiones.

El candidato del SI, Alfons López Tena, se ha esforzado a lo largo del debate en subrayar que el resto de candidatos hablaban de tocar el IVA, la política bancaria… y demás temas que no dependen directamente de la Generalitat, sino del Gobierno español. Y, así, para llegar a la conclusión que, si se quieren hacer políticas fiscales y sociales controlando todos esos temas de Estado, no queda más remedio que la independencia.

También ha llamado la atención que, excepto Ciutadans y Iniciativa, nadie ha puesto sobre la mesa el tema de la corrupción. Sí que se ha hablado de regeneración política, transparencia e incluso de una nueva ley electoral, mérito que se debe otorgar a los movimientos sociales que están en la calle y que son los que también han conseguido marcar el debate electoral.

Sea como sea, si bien había margen hasta verano de 2013 para negociar un pacto fiscal con Madrid y no duró más allá de una reunión en la Moncloa, lo que sí que está claro es que parece dibujarse en el horizonte un Parlament mayoritariamente a favor de un referéndum.

Y, eso, a partir del 25N supondrá otro reto no solo para los partidos catalanes, sino para todo el Estado español. La pregunta es si esta vez la negociación durará solo un par de horas o si, realmente, habrá más margen para llegar a algún tipo de entendimiento. Si no, la hoja de ruta está clara: aprobar una ley catalana de consultas y, si España la frena, recurrir a la legislación internacional. Todo dependerá de los votos de este próximo domingo.

En un momento del debate, Pere Navarro (PSC), se ha mostrado convencido que Madrid aceptaría un refréndum en Catalunya como el de Escocia. Incluso ha ofrecido a Mas ir juntos a la capital de España para negociar un pacto federal. Pero Alicia Sánchez-Camacho (PPC) le ha soltado casi de inmediato aquello de si sabía de qué estaba hablando. O sea, que se acerca un nuevo choque de trenes en las relaciones Catalunya-España y, dependiendo de cómo quede configurado el Parlament, quizás esto ya no se arregla con un pacto fiscal. Al menos esa es una de las conclusiones del debate de esta noche.

De hecho, Mas ha instado a PP y PSOE a pactar «una solución alternativa» para Catalunya, como queriendo dejar en el tejado de estos dos partidos la pelota que puede evitar una secesión catalana.

Los Tercios y la pica en Flandes

Las últimas encuestas electorales señalan que CiU lo tiene crudo para obtener una mayoría absoluta tras las votaciones del 25-N. Eso demuestra que esta campaña ha sido más importante a nivel de debate de ideas que en otras ocasiones. La irrupción de la huelga general del 14-N, con una nada menospreciable manifestación en Barcelona, ha puesto aún más de manifiesto la problemática de los recortes.

Sobre los presuntos casos de corrupción, personalmente, le doy muy poca incidencia en el resultado de las encuestas. Algunas informaciones, como las del caso Palau, ya hace meses que habían salido a la luz pública. A base de repetirlas no se convence a nadie de que cambie su voto. Y, desde Madrid, se han destacado estos días cosas tan tontas como que Artur Mas haya hablado en castellano en una conferencia con empresarios españoles. ¿Cómo va a hablar si no le van a entender en catalán? Por lo tanto, todo el ruido que se ha generado en la capital de España en torno a Catalunya si ha incidido en algo ha sido más bien a favor de los partidos más soberanistas.

Veamos, si no, qué dicen los sondeos. Es lógico que CiU, que ha liderado un Govern que ha recortado ayudas sociales y ha impuesto nuevas tasas, pierda apoyo popular como para no sacar mayoría absoluta. De hecho, lo extraño sería lo contrario. Lo verdaderamente significativo sería que ERC, un partido claramente independentista (y de izquierdas) se encaramase a la segunda posición convirtiendo a Oriol Junqueras en líder de la oposición.

Con este escenario, los partidos catalanes del ala más «españolista» quedarían relegados incluso a la cuarta fuerza. Eso, sin contar que el PSC (y no el PSOE) también defiende el derecho a decidir, aunque con su vía federalista.

Las encuestas también confirman un avance de ICV, partido que más claramente se ha enfrentado a los recortes del Govern. Y otro dato interesante es el crecimiento de Ciutadans, como rechazo de una parte del electorado a la actitud del PPC e incluso el desgaste del PSC, y, por último, la posible irrupción de las CUP en el Parlament.

Si las CUP tuvieran representanción parlamentaria, los partidos más tradicionales ya pueden ir pensando en redefinirse bastante, porque la Candidatura d’Unitat Popular podría afianzar sus avance en los municipios gracias a su mayor visibilidad si tiene algún escaño en el Parlament. Lo de las CUP sería claramente un castigo a la clase política dirigente con una «alternativa de izquierdas» netamente independentista y de base.

Dicho todo esto. Lo verdaderamente importante del 25-N, en clave soberanista, no será si CiU consigue o no la mayoría absoluta, sino si en el Parlament hay una mayoría de dos tercios a favor del derecho a decidir e incluso de la independencia. Y eso aún está más que garantizado.

Y, desde el punto de vista de los recortes, cualquier partido dirá que es mejor que CiU no consiga esa mayoría absoluta. ERC ha sido quizás el partido que más se ha brindado a ayudar a Mas en su construcción de la «transición nacional» catalana, pero los republicanos deberán dirimir a cambio de qué le dan su apoyo en un hipotético Parlament sin mayoría absoluta de Convergència.

Los dos tercios son importantes, como aquellos Tercios españoles que contribuyeron al expansionismo español hace siglos. Si los independencias catalanes quieren salir adelante, necesitan sumar esos dos Tercios y poner así (nunca mejor dicho) una pica en Flandes (región que, por cierto, también busca independizarse).

 

La diplomacia de la tortilla de patatas

En la década de los años 70, los chinos y los estadounidenses empezaron a jugar entre ellos partidas de tenis de mesa como locos, hasta el punto que trascendieron al ámbito de la política y marcaron el inicio del llamado «deshielo» en las relaciones entre la China comunista y los Estados Unidos del capitalismo y de la Guerra de Vietnam. Si lo enclavamos en su contexto histórico, con el mundo dividido en bloques, la «diplomacia del ping-pong» fue un auténtico revulsivo. Incluso en la excelente película Forrest Gump aparece retratado este importante episodio histórico.

Con motivo de la cobertura informativa de la campaña electoral, 20 minutos ha organizado un debate entre familias de diversos orígenes (extremeños, andaluces…) pero que se consideran catalanes, porque viven en Cataluña desde hace 50 o 60 años. Ha sido muy interesante conocer sus puntos de vista sobre las relaciones actuales con sus regiones de origen. «En Cataluña me conocen como el extremeño y en Extremadura como el catalán«, explicaba Lázaro, quien llegó al área de Barcelona en 1962.

Durante este debate, Jesús Maria Canga, alcalde de Sant Adrià de Besòs, ha propuesto que se instaure en España un programa de intercambio, al estilo del Erasmus europeo, para que los estudiantes de Secundaria de las diferentes regiones vayan a estudiar y a vivir durante un tiempo en casa de familias de otras zonas del país.  La tesis es que, fomentando la movilidad temporal entre los jóvenes, se conseguirían romper tópicos y rebajar «el desencanto» actual de Catalunya con el resto de España y del resto de España con Catalunya.

La teoría es que si los jóvenes de diferentes comunidades autónomas comparten actividades y conocen sobre el terreno cómo se vive en los diferentes rincones de España, muchos prejuicios sobrarían. Esto se conseguiría a base de compartir el día a día, la cotidianidad y, supongo que alguna que otra fiesta, como en cualquier Erasmus. Sería como «hacer juntos una tortilla de patatas» para la cena, como se ha apuntado en el debate.

Pilar, de 72 años, que ha participado en esta mesa redonda con su nieto Ferran, de 18 años, ha sugerido que este programa de intercambio cultural se haga extensivo también a los políticos. ¿Se imaginan al presidente de Extremadura participando en un Erasmus con el presidente de la Generalitat? ¿Y al presidente de Andalucía pasando unos días en el despacho del presidente de la Comunidad de Madrid? ¿Y a los diputados del Congreso viviendo en casa de los parlamentarios catalanes durante un tiempo?

Si tomamos como referencia lo que consiguieron los chinos y los estadounidenses en medio de la Guerra Fría, simplemente, jugando partidas del ping-pong, la pregunta que nos podemos hacer sería la siguiente: ¿serían capaces los españoles de poner en práctica con éxito la diplomacia de la tortilla de patatas?

Organismos S. A.

Si una cosa están demostrando estas elecciones a la presidencia de la Generalitat es que se podría crear, tanto en Cataluña como en Madrid e incluso en otras partes de España, una especie de empresa llamada Organismos S. A. De hecho, ya existe, porque cada cual barre para casa con su propio entramado de entes e instituciones. El último caso lo hemos tenido en plena campaña con la polémica del euro por receta.

Resulta que el Gobierno español defiende que Cataluña no tenía potestad para instaurar este tributo y que los catalanes están condenados a pagar dos impuestos por sus medicamentos. ¿Qué hace? Le dice al Consejo de Estado que emita un dictamen que, curiosamente, corrobora que, efectivamente, los catalanes están discriminados.

Por su parte, el Govern de la Generalitat dice que el euro por receta es constitucional. ¿Por qué? Porque el organismo consultivo creado en Catalunya, el Consell de Garanties Estatutàries, avaló en su momento la creación de esta tasa. Un ejemplo de Organismos S. A.

Luego está el tema de las encuestas. No entraré en valorar por qué las estadísticas que hacen públicos los medios de comunicación no acostumbran a coincidir en casi nada, ya que, por lo general, cada uno las hace a su manera. Me centraré en los Organismos S. A.

Tenemos el Centro de Investigaciones Sociológicas, el CIS (no confundir con el CSI de la tele). Resulta que sacó una encuesta el mismo día que el Centre d’Estudis d’Opinió (CEO), que es el CIS, pero a la catalana.

El caso es que la encuesta del CIS no daba mayoría absoluta a CiU, mientras que la encuesta de la Generalitat, sí. Este es otro ejemplo de Organismos S. A. en el que cada uno dice cosas totalmente diferentes. En este caso, habrá que esperar una semana más y ver el resultado del 25-N para salir de dudas. Y por lo que respecta al euro por receta, la discusión -para variar- seguramente acabará en el Tribunal Constitucional… S. A.

¿Qué hiciste el 14-N, papi?

Carl von Clausewitz escribió aquello de que «la guerra es la continuación de la política por otros medios». No nos engañemos, mucha gente conoce esa frase porque la dice Denzel Washington en la trepidante película Marea Roja, de Tony Scott. En cualquier caso, lo que interesa es que, en una campaña política, los partidos se ordenan como Ejércitos que buscan derrotar al enemigo. Así, el jefe de campaña es el general o comandante de las tropas. Él, junto al jefe de prensa, es quien decide a quien concede o no entrevistas su candidato, a qué programas de televisión o de radio va, en qué actos se deja ver…

Todos los partidos tienen sus siglas, que identifican a su Ejército, así como sus banderas (carteles electorales) y sus lemas de batalla (el que han escogido para la campaña). Además, despliegan a sus soldados (las palabras «militante» y «militar» se asemejan mucho) para que ejecuten sus órdenes. O sea que la guerra total es, en sí misma y con todas estas armas, la continuación de la política en época electoral. Pero, ¿a qué tipo de guerra asistimos?

Para mí, esta contienda electoral se asemeja más bien a la que describe Blake Edwards en la comedia ¿Qué hiciste en la guerra, papi?. Un ejemplo es la actitud que han tomado los partidos ante la huelga general del 14-N. La mayoría, excepto Alicia Sánchez-Camacho (PPC), dicen que han suspendido su agenda del día. Incluso Artur Mas (CiU) no hace actos públicos por «respeto» a la jornada de paros. O sea, el presidente de la Generalitat, a quien muchos huelguistas señalan como instigador de los recortes en Catalunya, resulta que medio suspende su actividad por la huelga, aunque seguirá concediendo entrevistas hoy en la intimidad. Al final, resultará que la ciudadanía ha conseguido recortar al president ni que sea su agenda electoral. ¿Irónico, no?

Otra situación al estilo Blake Edwards es que haya candidatos que han decidido participar en la manifestación del 14-N. Incluso Oriol Junqueras (ERC), que es alcalde, ha ejercido de piquete informativo. ¿Han suspendido estos partidos, en realidad, su agenda electoral del 14-N? No, rotundamente, no, porque el hecho de participar en la concentración de Barcelona por la huelga general y hacer declaraciones ante los medios de comunicación convierte su asistencia en un mero acto electoral.

Por lo tanto, no hay ningún partido político que haya suspendido su agenda electoral por la huelga general. Todos están al pie del cañón. Y si  von Clausewitz los viera seguro que cambiaría su frase por esta: «la política es la continuación de la guerra por otros medios».