Los resultados del 25N habían puesto en el congelador la idea de convocar un referéndum, ya que algunos partidos catalanes que habían apostado por el derecho a decidir, en los últimos días, ya habían expresado que no eran su prioridad. Ese divorcio entre las formaciones a favor de una consulta se puede volver a convertir en matrimonio gracias a Wert, el ministro de Educación, y su borrador de la ley para relegar el catalán en la enseñanza en Catalunya a una asignatura meramente optativa. O sea: lo que las urnas separararon, Wert ha vuelto a unir.
Tanto es así que, en estos momentos, Artur Mas y cía deben de estar pensando: «Gracias, Wert, por dar aire otra vez al soberanismo». Y, a las pruebas me remito. Primero, tanto el PSC como ICV, dos de los partidos que apostaban por el derecho a decidir antes del 25N, pero que en los últimos días lo habían dejado en un segundo plano, ya han pedido un frente común catalán contra lo que la consellera de Educació tildó del «mayor ataque contra el catalán desde 1978».
Segundo, las bajas en Unió Democràtica de Catalunya -el ala menos soberanista de CiU- continúan. Y no sólo eso, sino que, si bien la mayoría han solicitado ingresar en Convergència Democràtica de Catalunya -el ala más soberanista de CiU-, ya los hay que están cortejando a ERC.
Tercero, Mas y Duran i Lleida, los dos líderes de CiU que parecían un poco distanciados después del 25N por la cuestión del soberanismo, han hablado antes de la reunión del Govern y han querido transmitir a la opinión pública que ERC es su único aliado y que apuestan «firmemente» por una consulta de autodeterminación «legal» en esta próxima legislatura. Por lo tanto, han querido cerrar filas en torno a la idea soberanista que llevó a CiU a las elecciones.
Cuarto, por primera vez, Oriol Junqueras -líder de Esquerra Republicana de Catalunya- ha hablado de formar un gobierno de coalición con CiU para garantizar de esta manera que el Govern tendrá más fuerza para tirar adelante la convocatoria de un referéndum de autodeterminación.
Quinto. Desde la noche electoral se habían hecho dos propuestas desde el PSC e ICV para celebrar dos cumbres políticas: una sobre la crisis, con agentes sociales; y otra sobre los desahucios, con la presencia de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. Pues bien, la primera cumbre que se va a celebrar ahora es para «hacer frente común» para defender la lengua catalana del «ataque» de la ley Wert.
En resumen, si sumamos estas cinco consecuencias directas que ha acarreado en un solo día el borrador de la ley Wert, podemos decir que el ministro de Educación, el mismo que quería (y parece que quiere) «españolizar a los alumnos catalanes», se ha convertido en el mayor de los independentistas.
Gracias a él, ahora ya no sólo se habla desde el soberanismo catalán de «expolio fiscal», sino también de «expolio cultural». Si Rajoy quería acercarse a CiU a través de UDC y poner sobre la mesa la negociación de una nueva financiación para Catalunya -que nunca sería el pacto fiscal de Mas- lo primero que debería ir pensando, quizás, es si le conviene o no tener en su Gobierno a un ministro que da alas al independentismo.