"El deseado bien último se alcanza mejor mediante el libre comercio de ideas".(1919) Juez O. Wendell Holmes del Tribunal Supremo de EE UU

De los avales a las primarias

El PP anda metido en peripecias electorales internas, en procedimientos y reglamentos. Mal asunto, esa es materia que conviene aclarar cuando no hay confrontación, porque todos los procedimientos son malos hasta que se comparan. Y el mejor es el que dura, que suele ser fruto de la serenidad. Cuando hay lío interno, no faltan los que se preocupan de los procedimientos, cualquier novedad produce o recelo o entusiasmo, por barrios.

Dos asybtos perturban ahora a los populares: los avales y las primarias. Avalar a un candidato no debería significa comprometer el voto, sólo reconocer la capacidad del candidato, ni siquiera que fuera el más idóneo. Los avales son públicos, pero no presuponen que el voto secreto vaya en el misma sentido. ¿Cómo negar un aval a quien lo pide? Hay quien ha entrado en una votación con más avales que votos obtenidos luego. Por eso el aval no debería ser excluyente, los avalistas de Rajoy deberían poder avalar otros candidatos. Rajoy será candidato a la búlgara, con avales excluyentes, porque no habrá 600 compromisarios que asuman el riesgo de avalar a otro y correr el riesgo de ser vistos como desafectos al aparato oficial.

Las primarias son otra historia, suenan bien pero cuando se ensayan producen enredo. A los socialistas les fueron entre regular y mal y las han olvidado. En Estados Unidos forman parte del ritual desde hace más de dos siglos, un modelo que si se copia debe ser completo, lo cual no es sencillo; no puede ser una ocurrencia coyuntural. Para una democracia directa lo mejor sería ir por derecho, con censos de militantes y voto secreto nominativo de todos ellos. No e stan dificil.

La escalada de primarias pone a prueba a los candidatos pero también propician ajustes de cuentas que crean nuevos problemas imprevistos. La propuesta de primarias entusiasma a algunos, pero hay que concretar el cómo, dónde, para qué… lo cual tiene su enredo; incluso puede ser peor remedio que la enfermedad.

2 comentarios

  1. Dice ser Jesus

    Con independencia si voto o no al PP o si soy partidario de Aguirre, Rajoy o de Hernandez Mancha, el que hagan falta un 20 % de compromisarios (600 sobre 3000)para presentar una candidatura me parece que es una herramienta de control por parte de el Partido para evitar discrepancias que una organización con todo el espíritu democrático que debieran tener.El PP tiene una fuerte tradición de imposición a dedo de la que se tiene que librar.Saludos

    28 abril 2008 | 15:20

  2. Dice ser Xavi

    En EEUU la lucha Obama-Hillary puede dar la victoria a McCain. Si gana uno pedería mucho voto centrista y si gana la otra perdería voto negro. La democracia interna está bien pero llevada al límite de la rivalidad personal puede dañar todo un proyecto o hacer pedazos a un partido.

    29 abril 2008 | 02:41

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