"El deseado bien último se alcanza mejor mediante el libre comercio de ideas".(1919) Juez O. Wendell Holmes del Tribunal Supremo de EE UU

Archivo de diciembre, 2007

El gobierno desbarra con el IPC

El IPC de noviembre se ha puesto caro, el 4,1% de tasa interanual ha levantado alarmas y ha inducido varias tonterías. Por ejemplo el alcalde Salamanca se excusa en el IPC, culpa a Zapatero de su escalada, y justifica la subida desmedida de impuestos municipales y tarifas de transporte urbano. Y se queda tan ancho. El nº 2 de Agricultura, decepcionado por el precio de los cereales, y como consecuencia del pollo, recomienda comer conejo, que es más barato. ¿En que pensaba este buen hombre con semejante tontería? ¿Qué efectos tendría en los precios del conejo un aumento sensible de la demanda? ¿Imagina que cambias costumbres y gustos tan súbito en una economía moderna? ¿Habrá meditado el susodicho en las razones por las que se encarecen los cereales?

Y persona tan templada y experimentada como Pedro Solbes se desliza por la misma senda del esperpento y alerta sobre los peligros de animar la inflación con las propinas en las cafeterías, en el cafetito matutino. ¿Cuándo se habrá pasado por una cafetería Solbes, que no se bajó del coche oficial en los últimos treinta años? Lo dijo como político por accidente, ya que él se sienmte un alto funcionario diligente y leal.

Para entender mejor los caminos del IPC les recomiendo los análisis del Instituto Flores de Lemus de la universidad Carlos III de Madrid. Los pronósticos de este Instituto estiman que el IPC irá desciendo a lo largo del 2008 para situarse a finales de año en la banda 2/2,5%. Estiman una media del 2,8% para el 2007 (que ya es un dato) y del 3,6% y 2,5% para el 2008 y 2009 (una estimación).

Habría que concluir con una recomendación de serenidad en cuanto al nivel de precios, pero no faltarán los agoreros abonados a la catástrofe inminente.

Nueva Jersey deroga la pena de muerte

La pena de muerte y el libérrimo mercado de armas para particulares diferencian la sociedad norteamericana de la europea. La cuna de la democracia moderna (a medias con Inglaterra) ha mantenido la pena de muerte no como herencia de un sistema autoritario o absolutista sino como consecuencia de un régimen basado en la libertad y autonomía individual y en unas costumbres primitivas de autodefensa y ojo por ojo.

Allá por los años sesenta (del XX) se abrió un resquicio a la abolición de la pena de muerte, que es un derecho (si es que puede denominarse derecho) de los estados federados, que llevó a que trece de los cincuenta estados suprimieran de sus códigos y comportamientos que el Estado acabe con la vida de cualquier persona tras un proceso judicial con garantías. Con respecto al comercio libre de armas no ha habido avance apreciable, solo armas más criminales.

En general los republicanos son partidarios firmes de ambos bárbaras costumbres y los demócratas, no todos, se alinean en el grupo contrario con limitada eficacia en sus propuestas, incluso cuando están en el poder.

Las encuestas muestran una mayoría de ciudadanos a favor de la pena de muerte, compatible con los radicalmente contrarios al aborto, y en favor del comercio privado de armas, lo cual pone de relieve que hay convicciones profundas que no podemos entender a este lado del Atlántico, a pesar de que nuestra historia de los últimos doscientos años en cuanto a violencia y espíritu bélico está mucho más acreditada, por desgracia.

Varios estados de la Unión debaten en sus asambleas legislativas la cuestión de la pena de muerte y el propio tribunal Supremo tiene sobre la mesa algunos casos que pueden conducir esa práctica hacia el punto final. Nueva Jersey lo ha hecho esta semana y su gobernador pondrá su firma final en breve. De hecho en ese estado la última ejecución se produjo en 1963. Pero estos días no han faltado campañas y voces enérgicas a favor de la pena de muerte para asesinos de policías, de menores, de violadores y para terroristas.

En Europa no entendemos esas costumbres, pero no me atrevería, en determinadas circunstancias emocionales, a someter a votación la cuestión de la pena de muerte en España o en cualquier otro de los países europeos. Nueva Jersey deroga la pena capital, pero mantiene la cadena perpetua sin libertad condicional ni remisión de penas salvo casos muy excepcionales.

Casinos en Los Monegros

A pocos kilómetros de Zaragoza, a menos de dos horas, puerta a puerta, de Madrid y Barcelona (y de Valencia por la ruta mudéjar) puede crecer en el plazo de media docena de años una especie de Las Vegas a la europea con la mayor oferta de juego y entretenimiento. Dicen que pueden llegar a 17.000 millones de euros de inversión, que sería la mayor de la historia en una operación unitaria en España. Y dicen que el gobierno de Aragón, que son gente seria, está comprometido y decidido a que todo esto sea cierto.

Soy de natural escéptico respecto a este tipo de macroproyectos, la realidad suele ser más compleja, más fértil en obstáculos e incidentes. Para que la historia llegue al final se requiere una movilización por tierra, mar y aire. Primero que la inversión sea posible, que la pasta esté disponibles; segundo, y previo a lo anterior, que el marco legal admita un proyecto de esa naturaleza, lo cual requiere nuevas normas estatales y autonómicas. Y también que las infraestructuras y servicios de agua, electricidad, telecomunicaciones… responda a las necesidades requeridas.

Es posible y probable que este proyecto se materialice en su totalidad o en buena parte. También es probable que haya demanda para rentabilizar semejante inversión a medio y largo plazo. Y que esa demanda nacional y europea asimile tanta oferta de entretenimiento en los Monegros. El valor de esa zona es la soledad y la equidistancia, que no haya nada en el alrededor inmediato y que a menos dos horas de viaje (entre 200 y 400 kilómetros) esté la zona más rica de España, más de veinte millones de personas. Y si el proyecto madura las comunicaciones con el sur de Francia tendrán que adelantarse.

El gobierno de Aragón está decididamente comprometido con el proyecto y hay que suponer que ha tomado cautelas y garantías. El otro proyecto previo semejante fue el de Disney en Europa que finalmente se ubicó en París y no en Cataluña o Valencia. La oferta francesa era más central, más segura en cuanto a público consumidor potencial. Aquello ocurrió hace más de una década, de entonces acá la capacidad de consumo de los españoles ha mejorado y, probablemente, hace posible lo que pareció demasiado arriesgado.

En este siglo la sanidad, la enseñanza y la diversión son las industrias generadoras de riqueza y empleo. Y los aragoneses pueden sacar ventaja de la oportunidad de que en Los Monegros solo hay soledad y buenas comunicaciones.

Los debates electorales, Zapatero vs. Rajoy

Los debates electorales entre los candidatos a presidente son rara avis en Europa, moneda común en Estados Unidos y práctica creciente a este lado del Atlántico. Fueron apasionantes los que enfrentaron este mismo año a Sarkosy y Royal, que contribuyeron a decantar el voto a favor del actual presidente de Francia. En España se intentó en todas las campañas aunque por unas y otras razones los titulares del poder se libraron de la prueba. Felipe González aceptó debatir con Aznar en 1993, quizá por esa superioridad intelectual en la que flotaba por aquel tiempo. Hubo dos debates, en Antena 3 y en Tele5, con saldo incierto, el primero quedó algo mejor Aznar y en el segundo González enredó a su oponente con las pensiones y obtuvo alguna ventaja.

Rajoy no aceptó un debate con Zapatero el 2004 y bien que lo lamentó cuando perdió. Por eso ahora Rajoy pide debate y no debería poner condiciones que descarrilen esa posibilidad. Los ciuddanos tienen derecho a presenciar ese debate y, como están las cosas, es muy probable que decantaría los votos decisivos. Más aun, no debe ser un solo debate, ni dos, sino que caben varios formatos para que haya diversas oportunidades de confrontar ideas y actitudes.

Los norteamericanos tienen muy ensayada esta fórmula desde hace décadas. Hay innumerables debates entre los candidatos de cada partido a lo largo de las primarias. Los que estamos viendo estos meses. Y durante la campaña final, los dos candidatos se enfrentan en tres ocasiones, con tres formatos distintos; y además dos debates adicionales de los candidatos a vicepresidente.

La organización corre a cargo de una organización privada, a modo de fundación, financiada con donantes que no inciden en el desarrollo de los actos. Estos están regulados por un protocolo minucioso (más de treinta folios) a modo de contrato de obligado cumplimiento que suscriben todas las partes. Y la señal se facilita a todas las cadenas de televisión y radio.

Dirán que eso es América, que son muy puntillosos y complicados y que aquí las cosas se cocinan de otra manera: arreglo entre los aparatos de los partidos e interés de las televisiones que solo ponen el escenario pero sacan pecho.

La propuesta de Rajoy de dejar fuera de los debates a TVE no es defendible. El PP votó el actual consejo de RTVE, acepta su existencia y que la sufraguen los españoles con sus impuestos. Si después de todo eso es sectaria y no merece ofrecer el servicio público que es semejante debate, la conclusión lógica es que RTVE no tiene sentido y hay que cerrarla. La exigencia de Rajoy es injustificada e inaceptable, es como que quisiere evitarse el debate.

El arzobispo que reclama misericordia

Los obispos españoles están persuadidos de que viven en un mundo hostil y equivocado. El cardenal de Valencia, por ejemplo, en el reciente brindis protocolario en la embajada de España tras su ascenso a cardenal, pronunció un agónico sermón sobre la importancia de Dios, en un marco, una cena, donde tocaba otro tono y mensaje. Pero los obispos tienen derecho a cultivar sus sentimientos y mostrarse como son.

Esta semana ha ocurrido algo sin precedentes. Un obispo, arzobispo, condenado por un juez ordinario por coacciones e injurias a un subordinado, a un canónigo. Es insólita la condena, lo es la descripción de hechos de la sentencia y lo es la propia denuncia y su tramitación con posiciones obstinadas de las partes. ¿No fue posible una avenencia en el seno de la familia?, ¿No hubo suficiente caridad, o humildad, o misericordia, como para evitar la ciega y serena intervención de la justicia del Estado civil.

Los obispos tuvieron fuero especial que les evitaba enfrentarse a la Justicia, lo cual era una anomalía. Sometidos al común no hay precedentes de una condena por hechos semejantes. Le ha caído al arzobispo de Granada, que antes lo fue de Córdoba y antes de Madrid. Un obispo de largo recorrido que ascendió a esa dignidad cuando estaba por cumplir 37 años.

Tras la condena el arzobispo ha reconocido “soy frágil como todos los seres humanos y como todos tengo necesidad de misericordia”. Poco que objetar a semejante proposición, solo que se aplique el cuento, que ejercite la misericordia, que le evitarías algunos problemas y se les ahorraría a sus adversarios, que no le faltan.

En algunas profesiones, incluidas las mercantiles, una condena conduce a una inhabilitación. Quizá es exagerado, el perdón y una nueva oportunidad es propia de sociedades generosas y fuertes. La Iglesia lo es y predica el perdón aunque hay veces que lo olvida.

El arzobispo merece otra oportunidad, pero la condena le debería imponer una penitencia más allá de la multa, al menos un tiempo de meditación, de humildad, de modestia y, quizá, de expiación. Pero no hay noticia de nada de eso, deben andar pensando cuando y como.

ETA: la respuesta indebida

Sarkosy ha renovado en Lisboa, tras entrevistarse con Zapatero, que el compromiso de Francia para acabar con ETA es más firme que nunca. Una declaración que no debería ser noticia, la lealtad francesa frente a estos delincuentes debe estar más allá de cualquier vacilación. Los comentarios de Sarkosy: “lo que ha hecho ETA es extremadamente grave…los enemigos de la democracia española son enemigos de Francia” sobran por redundantes. ¿Extremadamente grave este atentado? ¿y los anteriores?.

Pero si el compromiso francés mejora, miel sobre hojuelas. Que pongan más medios, más policías, más cooperación y más efectividad. Liquidar el santuario francés será un buen golpe contra ETA. Como lo sería que los tribunales españoles pusieran más diligencia y firmeza. Las actuaciones judiciales frente al terrorismo son tibias; más que de garatismo pecan de indolencia. El ruido con Juana Chaos (que estuvo sometido a estrecha vigilancia) debía haber ocurrido antes con estos dos pájaros, ahora a buen recaudo, Asier Bengoa y Gorka Lupiáñez.

Los dos tendrían que haber estado en la cárcel desde antes del 2004 (fecha anterior a la tregua). Aquí abundan las palabras enfáticas y las declaraciones más que las actuaciones. Aquí hay gente que duerme demasiado y que ve los toros desde la barrera. Critican a Garzón pero es de los pocos que echan horas. Critican a Bermúdez pero es de los pocos que ha innovado para que los terroristas anden menos tranquilos.

Lo ocurrido años atrás con estos terroristas es como para en la Audiencia Nacional y en el Supremo y en el CGPJ se apresuran a dar y pedir explicaciones, para inmediatamente hacer propósito de enmienda. Porque esta historia de los plazos que se pasan y los acusados que se van de rositas por pruebas insuficientes, huele que apesta. Los terroristas deberían temer a la justicia. Y no temen.

Se impone el energumenismo

De las concentraciones ayer en los ayuntamientos queda la imagen de los insultos a los socialistas, algunos tan elocuentes como los dirigidos al concejal Zerolo. De la concentración de esta tarde no se que quedará, pero, de momento, el dato relevante es que el presidente Zapatero se queda en Palacio. Ignoro las apreciaciones que hicieron los estrategas en esa reunión matutina del lunes donde, los que mandan en el PSOE y en el gobierno, afilan el cálculo electoral. El presidente no concurrirá a la manifestación para evitar tensión, para que los abucheos de las minorías exaltadas no se apropien del plano y de las imágenes en los medios.

Así que los energúmenos mandan en la agenda y los líderes, prudentes, se pliegan. Zapatero, que no condenó los ataques que otros energúmenos protagonizaron contra sedes del PP, se encuentra con una situación semejante y, prudentemente, se hace a un lado.

Será prudente pero puede ser erróneo. Convocar a los ciudadanos a salir a la calle y quedarse en casa es la estrategia del capitán araña, así se entierran las promesas y compromisos: “no voy a cambiar…” como que instalarse en palacio, en el helicóptero, no pisar tierra con polvo… no trasformara a las personas, incluidas las más equilibradas.

La reunión del domingo en el Parlamento fue un mero gesto, apariencia. No hay unidad porque hay cálculo electoral y táctica. Es la hora de los energúmenos, de ellos es la escena, a ellos se dedican las cámaras y las fotos que luego van a las portadas e ilustran editoriales y comentarios. Los de las pistolas respiran aliviados, la solemnidad del funeral solo fue un espejismo.